¡hey tú,idiota!

Cap2

Una semana, exactamente ha pasado una semana y mi vida ha cambiado de mil maneras. Primero ya mi papá preparo los papeles para comenzar la escuela, y lo segundo ¿Saben lo que es odiar? bueno es lo que siento por Lorenzo desde que pise esta casa.

Yo andaba muy tranquila en mi cuarto que había terminado de hablar con mi mamá y me disponía a leer A través de mi Ventana que aunque la he leído millones de veces aún no supero a los hermanos Hidalgos.

—Te he dicho que tienes una asquerosidad de cuarto, tienes 18 años por gusto querida topo—hablo el chico hace mi estancia tan horrible, pero bueno odiar es un sentimiento y por él puf no siento nada.

—Creo que no es tu problema con mis gustos, señor engreído de mierda.

Rueda los ojos para seguir observando mi cuarto, ya llevo una semana acá y es la primera vez que él entra. Vuelvo acomodarme en mi cama que queda al lado de la venta y solamente pienso, como sería mi vida con un Ares Hidalgo a mi lado.

Un ruido en el armario me saca de mis pensamientos, ósea de mi mundo de unicornilandia. Siento unas telas que me caen encima y cuando logro verlas, era todo estilo emo rock.

— ¡Ponte eso! En diez minutos te quiero afuera —Lorenzo me mira con aire autoritario y me señala como si fuera mi padre, haciendo que sacara mi lado más enojón.

— ¿Y si no quiero? —Me cruzo de brazos, mientras le saco el dedo del medio. Además que logro empujarlo hacia la puerta. — ¡Tu no me mandas idiota!

Lorenzo comienza a reírse y me da suave en la cabeza

—Metete algo en la cabeza, tú haces lo que yo diga. Hoy estoy al mando—Me susurra todo eso mientras me acorralaba hasta caerme en la cama. — Sabia que eras una floja para nada, topo.

Me da rabia que intente creer que es mi padre, así que cuando se va cierro la puerta de un solo tirón. Miro la ropa que ahí encima de la cama ¿Y si le hacemos la guerra?

Ruedo los ojos cuando escucho los golpes en la puerta, improviso rápido cogiendo un jeans gastado que había traído de mi pueblo y una blusa floreada de color rosa. Agarro los converses blancos que tenía en una esquina tirado, ya saben la vieja confiable, con converse pega todo.

Salgo de mi cuarto cuando lo observo tomando alguna de esas bebidas raras.Aunque sea un odioso, indeseable, no puedo ocultar que se ve sumamente guapo y en sus post en Instagram ¡Wow! es otro nivel. El jeans que trae puesto hace que se le marquen mejor las nalgas, además de sus muslos bien trabajados, el pullover ajustado lo hace ver como un maldito dios griego ¡Para Camila! ¡Dios griego solo Ares, para!

—Terminaste de vacilarme

—Quisieras que una chica como yo, te vacilara idiota.

Le saco el dedo del medio y soy la primera en salir. Me dispongo a esperarlo en el parqueo cuando Bea me manda un mensaje, deseando un bonito día y que la pase excelente con Lolo ¡Lo dudo!

—Móntate topo —grito en su auto descapotable, no me pidan que les diga que marca era porque soy mala en eso.

—Me llamo Camila Alejandra, no me gusta que llames topo —le corregí mientras montaba y me ponía mi cinturón de seguridad ¡Mi vida por delante de todo! — ¿A dónde vamos?

—Eres muy odiosa ¿Sabes? No me hagas tantas preguntas si te gusta tu vida

Trague saliva y observo como aprieta con fuerza el volante en señal que estaba irritado o enojado. Decidí quedarme quieta y mirar el paisaje de mi nuevo hogar. ¿Cuánta falta me haría los abrazos de mamá? ¿Las charlas hasta tardes con mis amigos? ¿Y Joel?

Mire a Lorenzo para ver si podía psicoanalizarlo, tenía gran curiosidad por saber él porque es tan insoportable y porque la cogió conmigo cuando yo no le hice absolutamente nada, es que soy un ángel con su corona.

—Me intimidas, además que me das miedo cuando estás tan callada y observándome con ganas de hacer cualquier cosa—hablo Lorenzo con cierta burla en sus palabras pero en el fondo sus palabras tenían algo de picante —Tranquila no haremos nada que no quieras.

¡ESPERA! ¿QUÉ? Estaba escuchando bien lo que él estúpido me había dicho.

— ¡Hey! —chasqueo sus dedos delante de mí mientras mi mente se preguntaba si el sería capaz de violarme algún día —No te voy a violar, incapaz yo de estar con alguien como tú.

— ¿Alguien como yo? —Respondí mientras lo veía con ganas de matarlo, puse mi mano en forma de puño, porque lo que me faltaba por plantarle un bofetón era nada—Mira Lorenzo ya basta de...

Pero fui interrumpida por un frenazo que si no fuera por el querido cinturón hubiera terminado sin un diente o sin vida, Drama Queen me dice.

Mire agitada y con el corazón a mil, observo el lugar para darme cuenta que estábamos en un barrio bastante modesto. Las casas eran pequeñas y todos tenían la misma pintura gris aburrida. Lorenzo estaba parado afuera de unas de estas con los brazos cruzados y mirándome con la cara.

— ¿Te vas a bajar del auto o prefieres ser de custodio?

¿Por qué lo odio tanto? Es que de naturaleza, de gratis es odioso Camila
Me bajo del auto como puedo, pues mis piernas parecen dos gelatinas, observo detalladamente el lugar pues no quiero que me suceda nada y menos que me violen. Lorenzo abre la puerta cuando comienza a escuchar una música bastante inusual. Una música que sin dudas nunca escucharía por mi personalidad tan fresa e infantil. Ahora todo concuerda, todas las piezas encajan.

—Me trajiste a tu ensayo de banda— respiro hondo pues pensaba que me iba a llevar a un ambiente más peligroso

— ¿Qué pensabas? ¿Qué te iba a violar? Diez puntos para el topo  —me respondieron con su acento sarcástico y abrió la puerta del cuarto de ensayo, dejándome ver a tres hermosos, guapísimos que fueron esculpidos por los mismos dioses— Chicos ella es mi hermanastra Camila, alias topo.

Mis ganas de caerle a golpe llegaron de pronto ¡Topo tu mamá! No ella no, Bea no tiene la culpa de tener un hijo tan desagradable pero guapo a la vez.

—Solo díganme Camila —respondí rápido y sentí como una chica empezó a gritar para después correr y abrazarme.




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