Llegamos de la calle, mande a Lorenzo a bañarse para que se quitara un poco de sangre de los nudillos. Solté a Tobby y este salió corriendo directo a su camita, el pobre tuvo un día bastante ocupado. Beatriz hoy hacia doble turno en la tienda junto a mi papá, quienes me lo habían informado en una nota, dándome también las instrucciones de donde estaba la comida.
Busque entre los armarios del baño algún botiquín de primeros auxilios y fui hacia la puerta del cuarto de Lorenzo. Toque suavemente y sentí un pasa bien callado, abrí la puerta suavemente.
Ni siquiera me miro a la cara, seguía sentado en una esquina de la cama con la mirada pérdida. Me impresiono mucho su cuarto porque me lo imaginaba tipo rock todo negro en cambio estaba pintado de azul, tenía algunas fotos de su familia y la banda, pero ninguna con una chica. Es verdad que tenía algunos posters de rock pero parecía un cuarto de alguien bastante maduro.
—Hola, pues yo venía a curarte los nudillos.
Me arrodille delante de él, agarre su mano izquierda primero y con un algodón mojado con alcohol le limpie la herida haciendo que se quejará y refunfuñara.
—Cálmate idiota, déjame limpiarte bien. —Suelto una risa nerviosa y sigo limpiando su herida— Sino se te va a infestar, además tus fans me van a matar si se enteran que yo provoque esto.
— ¿Cargo de consciencia, topo? —preguntó con la voz ronca debido a que no había hablado en rato.
—Puede ser, además nadie toca la batería mejor que tú —le di una de mis mejores sonrisas haciendo que su ego aumente y el también sonriera.
Al terminar de limpiar su herida, le unto un poco de yodo en la herida y Lolo sigue protestando, y moviendo su pie con algo de nervios.
—Pareces una nena quejándote —me reí un poco lo que provoco que me mirará mal— Disculpa por lo que dije de Fernanda, yo no quería entrometerme en eso.
—Camila no quiero hablar más de eso.
Asentí levemente y al terminar mi trabajo le puse unas banditas de Winnie Poh que enseguida se quería quitar diciendo que era cosa de niña. Decidí dejarlo en su cuarto en la misma posición sentado mirando a la nada.
Fui directo a la cocina a buscar algo de comer porque mi estómago lo pedía a gritos. Un mensaje llega a mi teléfono haciendo que mi corazón palpite locamente.
¡Hey panquesito! ¿Llegaste bien?
No me dijiste cuando íbamos a salir juntos.
Josh
No quería seguir complicándome pero mi mente pedía a gritos vivir esta experiencia al máximo, aunque luego me arrepienta de todo.
Acepto, solamente pon el día y allí estaré.
By Cami
Sonreí y seguí preparando mi comida hasta que la puerta de Lorenzo se abre, me mira y va hacia donde estaba sentada.
— ¿Puedes prepararme algo de comida? —me pregunta con una bella sonrisa en su rostro, esta vez era sincera.
Asiento y voy al micro para calentar la comida. De pronto siento unas manos que me abrazan y una cabeza se apoya en mi cuello suavemente.
—Mi mundo era negro Cam, muy negro y tú le diste color ¿me entiendes?
Me quedo estática mis músculos no reaccionan, quiero hablar decirle algo pero no sale nada de mi garganta. Él me gira lentamente para quedar frente con frente. Sus ojos brillaban, con su mano acariciaba suavemente mi rostro su tacto se sentía tan bien, sentía como quemaba su contacto en mi mejilla que luego toco mi labio inferior.
Millones de sentimientos mezclados en tan solo segundos. Fue acercándose poco a poco hasta quedar a centímetros de mi boca ¡¿Lorenzo me iba a besar?! Cuando algo en ese justo momento, acaba de bajar de mi vagina ¡Maldita mierda!, fuertes cólicos hacen que me retuerza en el piso. Lorenzo me mira con miedo.
— ¡Ayúdame! Búscame una pastilla ¡¿Corre Lorenzo?!
Le grito mientras mis ovarios comienzan hacer una grandiosa fiesta. Me levanto como puedo para ir directo al cuarto para bañarme y ponerme una toalla sanitaria. Me pongo mi pijama de unicornio con mis pantuflas. Afuera estaba Lorenzo con las pastillas y me miraba con asco.
— ¿Nunca habías visto una mujer menstruando?
Me tiro en la cama mientras me retuerzo haciendo poses raras.
— ¡Me duele mucho! ¡Odio mis ovarios!
— ¿Qué quieres que haga? ¡Nunca he pasado por esto! ¿Quieres que te busque una bolsa agua caliente, helado, galletas dulces? Nunca he pasado por este Cam.
Lorenzo se sienta a mi lado mientras me hace piojitos en el pelo.
—Te ves súper adorable con ese pijama, pareces una topicornio.
Quiero reírme con él pero el dolor no me lo permite. Le pido que me busque una bolsa de agua caliente para poner en la zona de los ovarios.
— ¿No es más fácil que te saques los ovarios? ¿Qué te los corten?
Solamente le doy una mirada de asesina en serie y me recuesto en la cama con la bolsa caliente.
—Quiero tener hijos, idiota.
Me quedo quieta en una posición fetal, donde logro sentirme cómoda y sin mucho dolor. Con el rabillo del ojo, observo a Lorenzo sentado en el umbral de la puerta, agitando su pelo y su rostro reflejaba una gran preocupación.
—Ya estoy mejor, si quieres ve a tu cuarto. Me se defender sola.
—No te dejaré ni un momento, topo.
Asiento mientras vuelvo acurrucarme como un gusanito en busca de otra posición cómoda. Luego de una hora los dolores se mantienen, ya era bastante raro pues con el Acetaminofeno los dolores se me van rapidísimo.
— ¡Hey! Idiota de Lorenzo —grito con la cabeza pegada en una almohada tratando de buscar la forma de aliviarme, Lorenzo levanta la mirada de su celular y me mira— ¿Qué pastilla fue la que me diste? Es que me duele mucho.
Este protesto para enseñarme el pomo. Mis ojos se abrieron de par en par cuando vi el nombre de la pastilla, resumen era una pastilla para la alergia.
— ¡Pudiste matarme! Eres un asesino —grito sentada en la cama abrazando a mis ovarios— Voy a buscar yo misma las pastillas.
—Camila deja el drama, yo voy a buscar las pastillas.