Hey'carmen

Dos

Miré mis zapatos nuevamente mientras suelto mi cabello me maquilló un poco y me pongo lápiz labial rojo. Tobias no solamente era mi amigo estoy enamorada de él desde qué tengo veinticinco años, fué en la universalidad estába ebrio fue demasiado extraño. Tuvimos la fiesta de la fraternidad tranquila pero por alguna extraña razón nos besamos y lo hicimos... Tobías no se acuerda de eso pero yo si.

Salí del baño, sintiéndome más estúpida de lo qué me sentía hace cinco minutos.

—Clara quiero pedirle algo.—habló él señor Felton.

Él se detiene y me observa.

—Es hora de mi almuerzo.

Él toca mi brazo.

—Está bien, Clara—respondió cabizbajo.—Me gusta cómo le queda ése labial.

—Eh... Gracias.

Camino hacía él ascensor.

—Yo invitó—me miró Felton.

Qué hombre más creído.

—No gracias... Voy a almorzar con un amigo.—respondí cortante.

Él bajo sus gafas oscuras.

—¿Sabes cuántas mujeres me dijeron no?—pregunta ¿enojado?.

Frunci él ceño.

—¿Cuantas?.

Él se cruzó de brazos.

—Ningúna señorita... Allende estoy demasiado ofendido.

Tapó mi boca.

—Señor Felton, quiero una pizza con queso extra y comer como una persona normal.—dije caminando, hacia la salida.

Las personas entraban y salían del buffet, miré hacia la salida.

—Hola Carmen—me saluda Tobias, —¿Ese es tú jefe?—lo miró desde lejos.

—Sí... Es él.—sonreí.

Felton se voltea y nos mira.

—Creo qué le gustas.—dijo dandome un pellizco.

Le doy un puñetazo fuerte.

—Le gusta torturarme.

Miró sus manos, tenía un anillo de compromiso. Sentí cómo un horrible nudo en mi garganta.

—¿Pizza o hamburguesa?—preguntó, regalandome una sonrisa.

No quiero comer en éste momento.

—Pizza... Tobby.—respondí triste, él miró.

Fuimos a Foods quedaba a una cuadra y media de él buffet.

—¡Hey' Carmen!—chasqueo los dedos, Tobias.—Distraída, torpe, sarcástica y ligeramente bonita Carmen.—habló rápido.

Le doy un punta pié.

—¿Comó ligeramente bonita?—preguntó, enojada.

Él sonríe, miré sus ojos grises.

—Sólo bromeó Carmen, tienes treinta y ocho años ¿hasta cuando tú baja autoestima?.

Apoyó la cabeza en la mesa.

—Hasta él día qué muera, sí es Carmen Elena Allende.—respondí, él se ríe.

Toqué mi frente y tenía pegado un papel con moco.

—¡Que asco!—bufo

Tobby empezó a reírse a carcajadas.


—Carmen voy a mudarme a Canadá, voy a casarme con Elizabeth en dos meses.

Él mesero trae la pizza.

—¿Cuando te mudas?—abro ligeramente la boca.

Él me miró triste.

—En una semana, Carmen  se qué hemos crecido juntos somos cómo hermanos. pero tengo qué hacer mi vida.—comentó, tenía ganas de llorar.


—Tobías Reed, eres mi amigo estoy aquí para tí siempre sin importar dónde estés.—sollozo él se levantó.

—Te quiero hermana.—contestó, —Tengo un  nudo en la garganta... Carmen.

No quiero llorar y mucho menos dejarlo ir. ¿Como era esa frase cliché?. Si amas algo déjalo ir si vuelve es por qué te pertenece. Por qué tengo esa horrible sensación de qué él no volverá.

 



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En el texto hay: humor romence jefe

Editado: 05.03.2020

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