Híbridos

Capítulo IX - Aislados

Cuando llegamos al hotel quise darme golpes con el asiento que tenía en frente. Al principio creí que Leon estaba jugando, pero al ver que se estacionaba y me decía que saldría del auto para que me pudiera poner un pantalón largo y alguna gorra para cubrir mis moratones comencé a caer en que hablaba en serio. Se bajó tan rápido que no tuve tiempo de replicar. Luego de unos segundos comencé a hacer lo que me pidió, busqué en la maleta que me dio Karen un pantalón deportivo largo, junto a unos lentes de sol y una gorra. Una vez vestida le avisé que podía entrar.

-Fue rápido – encendió la camioneta y comenzó a moverse nuevamente hacia la entrada del majestuoso hotel.

-¿Eres idiota? – Hablaba molesta – No nos podemos quedar aquí.

-Esa boquita… - Gruñó.

-Pensaba que nos quedaríamos en un lugar de bajo perfil… Algún motel de mala muerte – lo acribillaba con mis ojos, los cuales no se separaban de su rostro – Los socios de mis padres siempre se quedan en éste hotel cuando vienen a la ciudad ¡Es uno de los hoteles más famosos, lujosos y costosos que hay dentro del país! ¡Me van a reconocer!

-Por favor… No sabes de lo que estás hablando – bufó molesto – como si alguna vez hubieras estado en un motel de mala muerte… - yo aparté mi mirada y fijé mi atención al frente nerviosa – Espera… - lentamente volví la vista y Leon me escudriñaba entre molesto y sorprendido - ¿De verdad tú…?

-¡Eso no importa! – Mi rostro debía estar rojo. La verdad es que siempre me metía en situaciones y lugares extraños cuando estaba con Karen, es un milagro que siguiéramos vivas – ¡No te enfoques en lo menos importante!

-No puedo creerlo – negó con la cabeza pero dejó el tema de lado, aunque claramente le molestaba – Nos quedaremos aquí porque así me asegurare de que no salgas de la habitación por temor a que te vean, además, no soy tan idiota, comprobé las listas de huéspedes antes de reservar… Por el momento no hay ninguna junta laboral, por lo que los socios de tus padres no se están hospedando aquí.

-De todas formas Leon, mis padres tienen colegas que… - Lo miraba realmente molesta.

-No te quejes – me dedicó una mirada cansada – no lo hago por fastidiarte Lyla.

-Pero me estás fastidiando justo ahora – voltee mi rostro y no lo volví a mirar. Cuando llegamos nos bajamos y dejamos que tomaran nuestro equipaje, el cual era bastante poco y luego, se entregaron las llaves del auto para adentrarnos al hotel.

Me sentía realmente incomoda y deseaba con todas mis fuerzas el poder subir lo más rápidamente posible a nuestra habitación. Una vez en recepción la atención fue rápida, lo suficiente como para que no me diera una crisis de nervios por la idea de que alguien se diera cuenta de quién era, llamara a la prensa, y se creara un escándalo donde la noticia seria “Hija de la familia More, menor de edad, en hotel con uno de sus compañeros de instituto” o quizás “Miembro de la familia More aparece gravemente golpeado en famoso hotel”.

Estaba tan nerviosa que mis pasos eran rígidos mientras nos dirigíamos a los ascensores. Nada de contemplar la majestuosidad de la arquitectura, nada de admirar el buen servicio, nada de detenerse a describir la lujosa decoración… Mi único objetivo era llegar a la seguridad de mi habitación.

-¿Quieres calmarte? – Leon habló a mi lado – Aunque te reconozcan nadie dirá nada. Una de las políticas más importantes de este lugar es la privacidad de sus huéspedes, pues todos desbordan en riquezas y vienen a estos lugares porque saben que cuidaran su privacidad. Además, la Agencia se encargó de cambiar nuestros nombres cuando se hizo la reservación – Leon tenía razón, estaba prohibido que los empleados hablaran o divulgaran lo que sea que vean dentro de éste lugar y las personas que se hospedan aquí les importa muy poco el avisarle a la prensa mi presencia, pues no ganarían nada con eso… Pero, yo no podía evitar imaginarme lo peor.

-Sé que mi única preocupación es que me vea alguien que conozca a mis padres y les cuenten que me vieron aquí y en estas condiciones, sé que no me debería preocupar la prensa ni los dramas mediáticos… Pero estoy a punto de hiperventilar de todas formas… - Leon me tomó de la mano y aceleró el paso hasta que llegamos al frente de nuestra habitación.

Una vez dentro me fijé en el gran vestíbulo que abría paso a tres majestuosas puertas. No es la primera vez que me quedo en hoteles de este nivel, no es la primera vez que me quedo en una habitación como esta, no es la primera vez que hago nada de esto… Pero de alguna forma se sentía diferente. Si no me equivocaba, esas tres puertas debían dar a tres imponentes habitaciones con toda clase de lujos, una habitación para cada uno de nosotros. En pocas palabras, dentro de nuestra habitación, había tres habitaciones más.




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