Híbridos

Capítulo X - Tu juego

Me desperté hace al menos una hora, pero no he querido levantarme de la cama. Anoche discutí con Leon sobre su actitud tan extraña y lo mal que estuvo el que me cargara hasta la habitación delante de todas las personas que estaban en el pasillo, pero realmente no llegamos a nada y terminé encerrándome en mi recamara.

Escuché que alguien llamaba a la puerta y escuché cuando Leon la abrió, debía ser la comida… ¿Qué será más fuerte, mi orgullo o mi estómago gruñón? Para mi desconcierto en lugar de que entrara el servicio de comida, Leon terminó saliendo y ahora estoy completamente sola.

Me levanté de mal humor y me dirigí al baño donde me duché y maquillé, asegurándome de cubrir todos los moratones perfectamente. La verdad ya casi ni se notaban, pero mujer precavida vale por dos. Estaba distraída terminando de elegir qué usaría hoy cuando sentí que alguien más entraba en la habitación, pero no era Leon, esta vez se trataba o de una mujer o de un hombre pequeño, pues la cantidad de liquido en su cuerpo era mucho menor.

Quizás se trataba del servicio de limpieza… Aunque es extraño, ellos generalmente esperan autorización antes de subir. Me metí dentro de unos pantalones ajustados y una sudadera blanca antes de salir a investigar de qué se trataba. El ruido provenía de la habitación que se suponía seria de Támara.

-¿Hola? – Mi voz resonó en el silencioso salón, y aunque nadie me contestó el ruido cesó. Caminé lentamente hacia la habitación. Nada de esto me daba un buen presentimiento… Me detuve en seco ante la imagen de una mujer de al menos unos veinte años, en ropa un tanto reveladora y cabello alborotado. Era realmente bonita y actuaba como si la hubiera agarrado en medio de alguna fechoría - ¿Quién eres tú?

-¿Usted es la esposa de él? – Me miró nerviosa – Él anoche me aseguró que usted tenía un sueño pesado… - ¿Perdón? Abrí mi boca ante el desconcierto y mi cerebro hizo cortocircuito intentando unir todas las piezas sin entender de qué hablaba esta mujer.

-Disculpe pero… ¿De qué está hablando? - ¿Anoche Leon tuvo sexo con ella? ¿En qué momento? ¿Esposa? ¿Él le dijo que era casado?

-No esperaba conocerla así… - Me miró tristemente, como si lamentara mi situación – Pero él me aseguró que hoy hablaría con usted para hacerle saber sobre mí – Esta mujer debía estar muy confundida… En tal caso con quien hablaría Leon sería con la señorita Linares.

-Está confundida, yo no soy su esposa – Mi cabeza comenzó a doler ante el desconcierto y eso solo me irritó aun más.

-¿Entonces quién es usted? ¿Qué hace en su habitación? - ¿Esta mujer era estúpida? ¿No ve que la habitación es para tres personas?

-Yo soy su otra amante – la miré burlona – a la segunda amante y dueña de esta habitación donde ahora nos encontramos, se le presentó un inconveniente y no pudo venir – estaba haciendo una referencia a Támara.

-¿Tres amantes? – Parecía desconcertada, pero rápidamente se recompuso – No caeré en estos juegos… Acéptelo, mientras más rápido lo haga más rápido será todo.

-No estoy jugando – me crucé de brazos y dejé que mi voz saliera tranquila sin demostrar emoción alguna – yo soy la primer amante, la chica que debería dormir aquí es la segunda y usted que acaba de aparecer es la tercera.

-Yo soy la primera en todo en la vida de él - ¿Por qué no lo llama por su nombre? – Antes sentía pena por usted pero ahora al ver que está loca no siento pena alguna… Debería preguntarle, pídale que le diga todo lo que hicimos en esta habitación…

-Esto me huele a mentira – la miré de soslayo - ¿Por qué Leon se acostaría contigo? – Es decir, él tiene novia, y nunca creí que fuera un promiscuo - ¿Qué haces aquí?

-¿Ah sí? – su actitud se llenó de seguridad y de repente me miró como si no fuera más que una cucaracha - ¿Entonces cómo explicas el que pueda entrar a esta habitación si no fue él quien me dio la llave? – Iba a contestar pero la verdad no tenía idea de cómo responder a esa pregunta así que volví a cerrar la boca, por lo que ella me miró victoriosa – Tiene razón en una sola cosa… Estoy buscando algo. Estoy buscando mis bragas pues cuando me fui esta madrugada las dejé olvidadas y no quería meterlo en problemas.

-¿No querías meterlo en problemas? – Mi voz destilaba incredulidad y sarcasmo - ¿Entonces por eso le confesaste a su “esposa” que eres su amante y la retaste? ¿Qué sentido tiene eso? – Esta mujer debía ir directamente al manicomio ¿Será que a Leon le gustaban las locas? ¿Por eso salía con la señorita Linares? Porque juro que no encuentro mayor explicación para alguien que sale con una mujer que es hermana de una chica como Jessica.




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