Hidden World: Secretos entre las sombras.

Capítulo 6: Ese aroma.

Chris…

Sal de ahí, Christian…

Te necesito, Chris…

Me levante de golpe, mi pecho subía y bajaba con velocidad, sentía como mi corazón latía con gran frenesí dentro de mi pecho. Pase una de mis manos por mi frente y comprobé que estaba sudando. Mire a mi alrededor, todo estaba oscuro, al parecer aquí no habia luces.

Sentía mi piel erizada, no recordaba que estaba soñando antes de despertarme pero sabía que Amelia estaba en él, era su voz la que decía mi nombre, con necesidad y urgencia.

Mi Amelia… donde quiera que este, esperaba que estuviera en paz, no tenía una religión que seguir, pero ella era una católica nata, entregada, le acompañaba todos los domingos a la iglesia, le gustaba ayudar mucho en las actividades que hacían allí. Pero tal vez pensar tanto en ella, en la falta que me hacía y las ganas de tenerla a mi lado no dejaban que estuviera en paz.

Tome una gran bocanada de aire y me levante de la cama. Busque una camiseta y me la coloque. Sali de la habitación y la luz en los pasillos hizo que cerrara los ojos para adaptarme a la claridad, habia movimiento, varios pasaron por mi lado, todos llevaban sudaderas, buzos o camisillas grises.

Reconocí una mata de cabello gris salir de la habitación del lado.

—Anna.

Le llame, ella se detuvo se giró para mirarme y darme una sonrisa. Se acercó a mí dando leves saltos.

—Hola, Christian. — dijo colocando sus manos en su espalda moviendo su cuerpo de un lado a otro.

—Hola, Anna— le regale una sonrisa al tiempo que colocaba una de mis manos en su hombro y vi cómo se ruborizaba—. Me dijo Luca que podrías llevarme con él.

—Ah… yo…— titubeo—. Claro que si puedo…

—Ok, vamos.

Empecé a caminar pero ella me detuvo.

— ¿No debería darse un baño antes?— dijo con nerviosismo—. No es que huela mal… solo que… es mejor que este fresco como una lechuga.

Vi como al decir lo último apretaba sus ojos, como si se regañara por lo que habia dicho y yo sonreí, era una chica muy tierna.

—No me parece mala idea pero no sé dónde quedan los baños.

—Yo le acompaño… solo hasta la puerta— dijo comenzando a caminar y yo le seguí—. Las chicas se bañan en uno diferente.

Recorrimos el pasillo y doblamos a la derecha. Note que estábamos en la fila 5B y que las puertas de las habitaciones estaban enumeradas con el número de la fila y un número.

Según le entendí a Anna, las habitaciones estaban organizadas por filas de la ABC y así sucesivamente hasta la H y que cada fila tenía alrededor de doce habitaciones, me dijo que mi habitación ahora era la 5B-7 y la de ella, la anterior a esta. También me explico que de la I a la P, estaban los cazadores, de la Q a la U, estaban los profesores, de la V a la los Dirigentes, y que las de la Z, son las habitaciones que tenía los Destripadores o algún cazador que estuviera de visita.

Me explico que la Cueva, estaba dividida por secciones y que solo habían tres pisos, donde habían salas de tortura, entrenamiento, la enfermería, las demás habitaciones, galerías y salas de herramientas. Habia una torre donde se reunían los Dirigentes a discutir cosas importantes. Aunque ya lo habia visto del exterior y pareciera un edificio normal, sus paredes eran de piedra lisa y oscura, tal como en una cueva, que ironía.

Llegamos a la sección de baños y ella me señalo la entrada.

—Puedes entrar, de pronto te encuentras con cualquier otro aprendiz— dijo—. Hay una gaveta con toallas y otra con ropa. Puedes tomar alguna… te esperare aquí.

Lo último lo dijo apartando la mirada y yo entre. Las paredes tenían el mismo aspecto y estaba dividido por cubículos. Encontré uno libre y entre, habia una pequeña regadera, los cubículos eran blancos, eran altos pero debajo se podían observar los tobillos. No habia rejilla de desagüe, solo un pequeño canal que estaba unido a los demás cubículos, quien sabe dónde terminaban.

Me quite la ropa y abrí la regadera, el agua estaba fría pero mi piel caliente se refresco y sentí como cada parte de mi cuerpo se relajaba. Sentí como me hacía falta esto, si estuve dos semanas inconsciente, eso significo que alguien me bañaba.

Cerré mis ojos para disfrutar del agua.

Chris…

Te extraño, te necito….

Quise golpear la pared, pero el cubículo aparentaba ser solo para dividir y dar privacidad, no para resistir un golpe. Pensar en Amelia provocaba un vacío en mi pecho y sentía la necesidad de seguirle, lo que decía en el sueño se repetía en mi cabeza…

Yo también te necesito…­— dije en un susurro y apreté mis ojos.

Al abrirlos, todo estaba borroso por el agua, mire mis brazos y note que tenía las vendas. Las retire para lavar la herida pero me sorprendí, tenía tres finas líneas rojizas en cada brazo, vi pequeñas líneas en medio de cada una, lo que me dio a entender que habían tenido que tomarme puntos para cerrarla y mientras estuve inconsciente retiraron los puntos.

Tome el jabón y me frote todo el cuerpo. Cuando limpie mis brazos no me dolían. Al retirar el jabón de mi cuerpo, caí en cuenta que no habia tomado la toalla antes, así que sali y busque la gaveta que Anna habia mencionado.

La encontré justo debajo de un gran espejo. Mi aspecto me sorprendió, estaba más delgado, mi cuello tenía un leve morado que ya estaba desapareciendo, era el resultado del agarre de aquel licántropo, la cicatriz de mi brazo derecho comenzaba desde mi hombro y terminaba un poco más debajo de mi codo, mientras que el de mi brazo izquierdo empezaba desde el codo y terminaba en la muñeca. Mis diferentes ojos se veían apagados y era el cansancio que tenía acumulado.

Deje de mirarme y me agache para tomar una toalla. Las gavetas estaban en la pared y podían pasar desapercibidas. Una vez me seque y me vestí, me encontré con Anna que estaba afuera tarareando una canción. Una vez me vio, caminamos juntos.




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