Hidden World: Secretos entre las sombras.

Capítulo 7: Licántropos en el puente

No, no me iba a ir directamente a mi habitación. Espere a que estuvieran lo suficientemente lejos. Cuando sentí que ya el olor de ambos era leve, sali.

Eso de sentir el aroma de alguien era nuevo para mí y no quería pensar en eso ahora pero no podía. Habia muchos aromas a mi alrededor, todos distintos si hablaba de esencia, unos eran puros, otros arrogantes, pero no los mismos. Nadie es igual al otro por más que sean familia o tengan similitudes.

Me centre en lo que haría, tratando de respirar poco pero aun así la esencia de todos y cada uno llegaba a mí. Así que me enfoque en ellos dos, en el aroma de Danna y Luca. Uno irradiaba ferocidad y decisión, el otro era fuerte y amable.

— ¡Ay!

Sacudí mi cabeza al escuchar esa suave voz y la mire. Anna estaba en el suelo, llevaba un libro que ahora estaba a su lado, su esencia era inofensiva.

—Lo siento, Anna, no te vi. — dije y le ofrecí mi mano para levantarla.

Ella tomo mi mano y se levantó, se sacudió y sonrió. Estaba tan concentrado en seguir a Danna y Luca que no la vi a ella.

—Tranquilo...— comenzó pero le interrumpí al sentir que el aroma de Luca y Danna se volvía débil.

—Lo siento, tengo que irme.

Le ofrecí una sonrisa nerviosa y pase por su lado. Apresure el paso y agradecí en el fondo que Luca me diera una manilla para moverme por el lugar. La noche estaba fría y no tuve que abrazarme para darme calor, simplemente me sentía bien en la temperatura de la noche. Mire la hacia la fachada de la Cueva antes de correr calle abajo.

La esencia se volvía cada más fuerte a cada paso que daba, llegando al centro, baje la velocidad, las personas me veían curiosas, pero no era por lo que ellos pensaran que provoco que disminuyera en velocidad, fue lo cerca que estuve de que el grupo dirigido por Luca me viera. Llevaban gran variedad de armas pero pasaban desapercibidos bajo los ojos humanos.

Humanos, los habia llamado así, suspire con resignación, ya me estaba haciendo la idea de que mi humanidad estaba muy lejos de mí.

Llegando al puente, escuche gruñidos y se me erizo la piel al recordar lo sucedido. Me oculte entre las sombras que habia en la entrada debajo del puente, todo estaba oscuro, muy pocas lámparas como ese día y di un paso adelante para tratar de ver mejor pero solo escuchaba como peleaban entre sí.

¿Acaso tenía que estar en medio de la disputa para poder mejor?

Y con ese pensamiento, todo se aclaró solo un poco, podía ver cada silueta. Reconocí a cada uno de los cazadores y era obvio que había más licántropos. Ellos estaban en desventaja numérica pero no de fuerza.

Vi como Luca luchaba con dos hombres al mismo tiempo y deslumbre la cabellera rojiza, como el fuego, de Danna moviéndose con cada movimiento que ella daba y en como cada golpe que propinaba lo hacía con urgencia para salvar a los más débiles.

La esencia de los cazadores se sentía a respeto mientras la de los licántropos era a humedad pero... sentía una tercera esencia, a normalidad, habia humanos en el lugar.

Sentí pasos y no eran de los que estaban peleando bajo el puente, habia autoridad y eso hizo que me girara para ver a la persona que respiraba con rapidez frente a mí, su piel blanca bajo la noche se veía tan limpia, suave, su cabello marrón oscuro llegaba hasta la mitad de su espalda y lo llevaba suelto, sus ojos del mismo color oscuro de su cabello me miraban de forma inquisitiva, pensativa, como si viera en mi algo que ya habia visto antes, en otra persona. Tenía cejas delgadas, sus pómulos resaltaban en sus mejillas y sus ojos eran grandes, era más baja que Danna pero yo tenía que alzar mi cabeza para poder verla a la cara, porque estábamos en un desnivel.

Pensé en correr, pero no lo hice, sus ojos me tenían hipnotizado y sentía que no corría peligro.

—Tú debes ser Christian, ¿no?

Su voz era suave e igual de hipnotizaste que sus ojos. Asentí aunque quería mentirle sobre quien era.

—Sígueme, quédate detrás de mí y no digas nada.

Paso por mi lado y su orden produjo en mí una respuesta involuntaria. Era delgada y se notaba que tenía cierta edad sobre sí. Habia experiencia en ella.

Cuando deje de mirarla comprobé que caminaba hacia el lugar donde estaban los cazadores y los licántropos peleando. Ya de cerca, vi que solo eran hombres pero sus gruñidos eran parecidos a los lobos de esa noche. Ella se detuvo y yo quede entre las sombras, oculto de los ojos de los cazadores, ella silbo y los licántropos se detuvieron para mirarla.

— ¿Se puede saber qué es lo que está pasando aquí?

Su tono exigía una respuesta rápida, era demandante pero sin perder la suavidad en su voz. Danna dio un paso adelante.

—Pasa que tus hombrecitos— dijo con desprecio—. Están atacando a estos humanos.

Señalo varios cuerpos inertes y varias personas que se quejaban de dolor y pánico en algún lado.

—Ya veo— dijo la mujer frente a mi escaneando el lugar—. Muchachos, ¿Qué paso aquí?

—Ya te dije lo que paso. — dijo Danna con firmeza.

—Le hable a mis muchachos, no a una destripadora con falta de educación— abrí mis ojos sorprendido y quise decir algo pero estaba cumpliendo su orden de estar callado, un nudo en mi garganta formándose—. Muchachos...

—Mi señora— dijo uno de ellos y bajo la cabeza—. Nosotros solo pasábamos por aquí y los humanos nos provocaron... solo nos defendimos.

—Ok, vuelvan al campamento, luego hablamos.

Todos asintieron y se giraron para salir por el otro extremo del puente.

— ¿Qué?— era Danna la que hablo con desespero—. ¿Vas a dejar que se vaya así nada más Luca?

—Los problemas con mi manada los resuelvo yo, pequeña.

Vi como Danna la miro con odio ante la forma en que le hablo a ella, iba a dar un paso para decirle algo pero Luca le detuvo poniendo su brazo frente a ella, sirviendo como barrera.




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