Hidden World: Secretos entre las sombras.

Capítulo 12: ¿Te gusta?

Danna.

Me levante exaltada, Anna estaba sentada a mi lado y preocupada, ver su rostro me hizo caer en cuenta de lo que me dolía el cuerpo, de lo que habia pasado... y a quien habían secuestrado.

Intente levantarme y cuando me senté, todo me dio vueltas. Anna me tomo del brazo para no dejarme caer nuevamente a la cama. Busque fuerzas y me impulse con mis manos para levantarme, me sostuve de la pared y apreté mis ojos buscando calmar el mareo.

Sentí que mi estómago se contrajo y se revolvió, sentí la primera arcada y lo controle, pero no pude retener la segunda. Abrí mi boca y ojos, cayendo de rodillas, vi una taza café y vomite allí, cuando termine, una pequeña mano me extendió una servilleta y me limpie la boca.

—Es mejor que descanses...

— ¿Dónde está Luca?— pregunte ignorando lo que decía.

—Él me dio la orden de que te quedes aquí...

— ¿Dónde está Luca, Anna?— repetí entre dientes.

No me respondió mientras me miraba nerviosa, el mareo comenzaba a disminuir. Camine pero Anna se interpuso en la puerta.

—El profesor me ordeno que no salieras de aquí hasta que ellos regresaran.

— ¿Cómo que ellos?— pregunte.

Y tenía una leve sospecha a que se refería, pero esperaba que esa idea fuera mentira, no podía ser así.

—Filis y el Profesor salieron...

No deje que siguiera y salí de la habitación, me demore un poco en darme cuenta que era mi propia habitación. Camine erguida, tratando de ir en línea recta hacia donde iba, no quería que me vieran sostener de la pared, débil, una destripadora que no pudiera sostenerse después de un ataque, era símbolo de debilidad, de deshonra, porque a un destripador nada lo derrota más que la muerte.

Mis costillas dolían, tal vez a causa de haber caído de lado, solo podía recordar como Christian trataba de llegar a mí, luchando, incluso llego a romperle el cuello a un hombre, él, que nunca habia pensado en matar a alguien, lo habia hecho solo para protegerme.

Se lo debía, me habia advertido y lo ignore.

—Danna.

La voz de Luca sonó sorprendida. Estaba con Filis, ella recostada a la pared de brazos cruzados mientras Luca estaba sentado en la esquina de la mesa en su oficina.

Una vez cerré la puerta, respire profundo y me sostuve de la pared, me sentía cansada. Camine hacia las dos personas, Filis me dio una corta mirada y Luca se acercó a mí para ayudarme a sentar, pero evite su ayuda, no quería mostrar lo débil que estaba frente a Filis.

—Deberías estar descansando.

—No puedo después del ataque— dije—. ¿Qué han estado haciendo? ¿Encontraron a Christian?

Los dos se miraron Luca se alejó de mí, con la cabeza gacha. Esto no me gustaba, algo estaba pasando, algo malo porque donde Luca no me respondía con rapidez, era porque lo que me dijera me podría molestar.

—Danna, hemos estado buscándolo desde ayer...— comenzó Luca.

— ¿Cómo que desde ayer?

—Ayer cuando despertamos, lo primero que buscamos fue a Christian, Filis me conto lo que paso. — dijo Luca, Filis seguía cayada en su lugar, ignorándome.

Estaba confundida... ¿Cómo pude despertar más tarde que Luca y Filis? Y recordé que uno de los lobos compañeros de Filis murió, ahora entendía lo cayada que estaba, guardaba luto por un integrante de su manada, usaba esa pañoleta roja atada en su brazo, señal de que alguien importante ya no estaba en la manada.

Y recordé que Hank también estuvo ese día con nosotros, que me protegió de la mordida de un lobo, que también fue sedado.

— ¿Qué han sabido de Christian?— pregunte.

Ignore el hecho de preguntar por Hank, sabía que debía estar bien, era un vampiro y tenía el mismo poder sobrenatural de sanación de los licántropos, Filis estaba frente a mi como si nada, bueno, casi nada, sufría la pérdida de su amigo.

—Nada, no lo hemos visto, Filis no siente su rastro...

—Filis no siente su rastro porque él no es un licántropo— dije con frialdad—. No paso por las etapas.

Filis giro sus ojos de forma cansina.

—Christian nos ha estado mintiendo, Danna. — dijo Luca resignado.

—Christian no es capaz de mentir. — dije con firmeza.

Luca miro a Filis, buscando ayuda pero ella se encogió de hombros, sin decir nada. Luca suspiro y me miro, directo a los ojos.

—Filis me conto que Christian y ella se estuvieron reuniendo no solo para contarle la historia de los licántropos, se estaban viendo porque él estaba teniendo cambios, estaba en la segunda fase cuando lo vio por primera vez...

—No, no puede ser así— le interrumpí—. Si estaba teniendo cambios, cambio de humor, pero no habia nada más...

Casi le pongo el ejemplo mío frente a Filis, la de aquella vez cuando solo tenía diez años y fui atacada por una pequeña manada del norte, solo tuve la primera fase, y me ha quedado, aún sigo con esa sensibilidad, paso molesta e indiferente.

—No tuvo más cambios. — termine de decir.

—Sentía tu aroma, Danna, el de cada cazador, vampiro o licántropo, no protesto ante cada orden que le di cuando le entrene, peleaba con cada uno de la manada, con fuerza, no demostraba debilidad...

—Mientes, licántropa— le interrumpí—. Yo habría notado algún cambio, Hank abría sentido su aroma.

—Yo lo sentí— me gire para ver a Hank entrar por la puerta seguido por Anna, se sostenía el brazo, donde un dardo le habia dado—. Levemente pero lo hice.

—Al fin despertaste— dijo Luca con alivio—. ¿Cómo te sientes?

¿Hank también acababa de despertar? No quise hacer la pregunta, para todos aquí presente, a mi nadie más que yo o Luca me importaban. Nadie sabía lo bien que la pasaba con Hank... y nadie debía saberlo.

—Adolorido, no sé qué tenía ese suero...

— ¡Yo sí!— dijo con entusiasmo Anna, se aclaró la garganta al notar la seriedad de todos nosotros—. Bueno... el suero que usaron en Filis, uno de sus chicos y en Hank, era diferente al que usaron en Danna y Hank... y puedo creer que también lo usaron en Christian.




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