Hidden World: Secretos entre las sombras.

Capítulo 17: No puedo ser eso.

CHRISTIAN.

No sé qué creer, qué pensar o qué decir. No podía ser cierto, yo no podía ser eso que Dalton aseguraba que era.

Cómo decía Danna: Soy un simple, idiota y estúpido humano. Esas palabras no me describían, esas palabras no describían a mi Amelia.

— ¿Por qué está mal que ella esté muerta?— preguntó Danna.

— ¿Es que no me has prestado atención?— Dalton se dirigió a ella—. Él puede ser letal, soy parte de un grupo que estaba encargado de ayudar a que no naciera hasta que se encontrará una forma en que se pueda controlar o suprimir sus poderes— suspiro y paso la palma de su mano por la frente.

—Entiendo— intervino Hank—. Está bien que lo quieran por su poder— dijo mirándome de reojo y con indiferencia—. Pero te contradices en algo.

— ¿En qué?— dijo Dalton con frialdad.

—Dices que Christian puede matar todo sobrenatural que causara el mal, pero ningún sobrenatural después de tantos años es imposible que no haga algo indebido— Hank camino hacia donde estaban los demás, haciéndose al lado de Filis—. Todos hemos cometidos errores a lo largo de nuestra vida, si es así, ningún sobrenatural sobreviviría, ni tú, brujo— Hank se cruzó de brazos y yo camine hacia ellos, alejándome de Dalton—. Así que dinos la verdad, ¿Por qué estás aquí?

Dalton nos miró con seriedad. Quería saber que pasaba por su mente, pero no quería intentarlo, seguramente él tendría muchos muros protectores.

—Estoy aquí por la razón que les acabo de dar, estoy aquí para impedir que Christian se transforme, pero si todo es como ustedes dicen y Christian fue atacado en Luna Llena— Dalton dio unos pasos lejos de nosotros mientras se tocaba el mentón con una mano—, entonces, ¿Por qué no hay nadie muerto?

—Eso es lo que queremos que nos digas— Danna se abrió paso entre nosotros—. No hay nadie muerto aún.

—Filis, ¿Sientes…?

Dalton se dirigió a ella pero le interrumpí.

—Estoy cansado de escuchar esas preguntas— dije y todos me miraron sorprendidos por la firmeza de mi voz, decidí resumirle a Dalton la razón—. Y entonces no sabemos qué es lo que me está pasando.

— ¿No han dado con los licántropos que te atacaron esa noche?— me pregunto Dalton.

Negué. Dalton extendió su mano e hizo un movimiento que me hizo entender que me acercara a él.

— ¿En qué parte del cuerpo te rasguñaron?

Me quite el buzo y mostré mis brazos. Las cicatrices no eran tan grandes a como las vi cuando comenzaron a sanar, pero eran notables.

Dalton tomo mi brazo izquierdo pero se quedó mirándome a los ojos.

—Qué raro…— dijo para sí.

— ¿Qué es lo raro?— le pregunte para que solo él me escuchara.

Dalton me miro con una leve expresión de sorpresa en su rostro. Sabía que no esperaba que yo alcanzara a escuchar sus palabras. No respondió mi pregunta y puso su mano derecha sobre mi antebrazo y la izquierda debajo de él, cerró los ojos y susurro unas palabras que no entendía pero sabía que era latín.

— In prima essentia Pie Jesu, quaeso te. Cum potentia plena luna, te voco. In memoriam aurium cicatricibus et incerta, peto ut venias eo de insidiarum loco. Quo nunc es, ad opus ego postulo scio qui es.

De las manos de Dalton salió un color dorado que cubrió mi brazos y luego mis cicatrices de ambos brazos, sentía un hormigueo sobre ellas, uno parecido a cuando las piernas comienzan a despertarse luego de estar sentados por mucho tiempo.

Luego deje de ver, solo veía el color amarillo hasta que vi pasar mis recuerdos, no cualquiera, todos donde estaba Amelia. Esto lo estaba haciendo Dalton y no dejó pasar ninguno, ni aquellos que trate de ocultarle que eran sobre mis intimidades con Amelia. Luego, recordé todo lo de esa noche, sentía cada golpe. Grite, le pedí en voz baja que se detuviera pero era cuando más seguía viendo mis recuerdos. Sentía como si estuviera bajo ese puente siendo atacado, solo que sabía que no estaba pasando.

Mis piernas cedieron y caí de rodillas. Quería que parara, lo deseaba.

— ¡DETENTE!— grite.

Los recuerdos desaparecieron y pude ver como Dalton era empujado con fuerza hacia una de las estanterías. Mire mis brazos y vi como de ellos salía gran cantidad de sangre, me toque la frente al sentir algo cálido por ella y vi mis dedos machados de sangre. Era como si al recordar aquello las heridas provocadas esa noche se abrieran de nuevo.

Busque a los demás y los vi levantándose. Todo a mí alrededor estaba en el suelo. Alcance a ver a Danna en el suelo, acurrucada y corrí hacia ella.

—Danna— aparte el cabello de su rostro—. ¿Estás bien?

—Estoy bien— dijo sentándose mientras tocaba su espalda—. ¿Dónde está el brujo?

—Acá. — dijo Hank.

Ayude a Danna a levantarse mientras todos nos acercábamos a él que estaba levantando a Dalton.

— ¿Dónde está?— pregunto él mirando a Luca.

— ¿Quién?— pregunto Luca desconcertado.

—El licántropo que sobrevivió a los ataques de Danna— Dalton miro a Luca con detenimiento—. Uno de ellos sobrevivió y estuvo allí el día en que atacaron a Christian y a su guardián.

— ¿Uno de ellos sobrevivió?— Danna le pregunto a Luca—. ¿Por qué no me dijiste?

—Porque sabía que lo matarías cuando te dieras cuenta.

— ¿Dónde está?

—En el último piso de la cueva. — respondió Luca.

—Debemos hablar con él. — dijo Dalton.

Luca asintió e hizo un gesto para que lo siguiéramos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.