Hideyoshi- ¡No, no puedes! Eres mi invitada, y te voy a tratar como tal.
La cara de Hideyoshi estaba libre de cansancio, pero aún podía verlo en la forma en que se movía mientras se levantaba con las piernas temblorosas.
No podía seguir viéndolo así. Levantándome, lo agarré por el brazo y lo tiré hacia abajo.
(¡Alguien necesita ser TU madre, Hideyoshi!)
Cedió con demasiada facilidad, una señal de lo cansado que estaba. Hideyoshi estaba inclinado sobre su escritorio. Desde el otro lado, lo miré hacia sus ojos somnolientos.
MC- Deja de fingir que estás bien. Por favor.
Hideyoshi- Uh, yo....
MC- Estás exhausto y cualquiera puede verlo. Ahora mismo, no importa quién es el invitado de quién. Admiro cómo te esfuerzas por todos. Pero date la misma cortesía. Y no finjas una sonrisa o finjas que estás bien cuando estás conmigo.
Hideyoshi- ¿Estás molesta por algo menor como eso?
MC- No es algo menor. No cuando te preocupas por alguien. Y yo me preocupo por ti.
(No que deba hacer ningún cambio por mí. ¡Quiero que lo haga por él!)
Hideyoshi- Cuando me jalaste, pensé que estabas muy enojada conmigo. Pero eso es simplemente adorable.
MC- Las complicaciones graves de salud no son adorables.
Hideyoshi- Pero tú eres... Erhm.
Aclarandose la garganta, Hideyoshi continuó.
Hideyoshi- Mi sonrisa no es falsa.
MC- Sí, lo es.
Hideyoshi- De verdad no lo es. Esta sonrisa es para ti. Me alegro de verte.
(Si es así, entonces me alegro.)
Pero Hideyoshi estaba a punto de levantarse otra vez.
MC- ¡Vuelve a sentarte! Prepararé el té. Tómate un momento para descansar. Y avísame si necesitas algo. Y no sólo hoy. Trata de confiar en mí como dejas que otros confíen en ti.
Hideyoshi- Nunca he tenido a otra persona que me diga eso. Eres diferente a cualquiera que haya conocido.
(500 años van a venir con algunos cambios de actitud.)
MC- Espero que no sea un diferente en mala manera.
Hideyoshi- No lo es. Entiendo cómo te sientes. Así que deja de fruncir el ceño, ¿de acuerdo?
Hideyoshi levantó su pulgar hasta mi frente y suavemente lo alisó. La punta de su pulgar se sentía bien.
MC- Frunciré el ceño si me apetece.
Hideyoshi- ¡Entonces tendré que frotarte la frente un poco más antes de que tu cara quede tan estrujada como una máscara de oni!
MC- Voy a pegarte.
Hideyoshi- ¡Estoy bromeando! ¡Estoy bromeando! Nunca podrías mirar nada más lindo.
(Todavía voy a devolverte el comentario de la máscara oni.)
Pues me sorprendió lo rápido que me hizo pasar de fruncir el ceño a sentirme acalorada por dentro.
Hideyoshi- Tal vez acepte tu oferta de descanso. ¿Puedo pedirte que me despiertes en un cuarto de hora?
MC- Claro. Duerme un poco, Hideyoshi.
No había relojes ni teléfonos celulares que me recordaran la hora. Sólo las campanas del templo que sonaban cada dos horas. Romper mentalmente esos tramos de dos horas en bloques de treinta minutos era una habilidad que había tenido que adquirir por mi cuenta. Empecé mentalmente la cuenta regresiva cuando Hideyoshi se apoyó contra la pared, cruzó las piernas y cerró los ojos.
(Le guardaré té para cuando despierte.)
Cuando regresé con la tetera llena, Hideyoshi ya estaba dormido.
(Sabía que estaba cansado.)
Dejando la tetera, me arrodillé junto a él para echarle un vistazo a su rostro dormido.
(Tiene un pliegue perfecto en las líneas de sus ojos. Combinando con sus cejas, es una verdadera obra de arte. Apuesto a que su pelo es súper suave, la forma en que se mueve con el viento. Su piel es impecable, y tiene buen color también. ¿No decía la gente que Hideyoshi parecía un mono? ¡De ninguna manera! Es totalmente guapo. ¡Mira! Incluso la forma de sus orejas son lindas...)
Había perdido completamente la noción del tiempo, gracias a que estaba adulando a Hideyoshi.
(Vamos, MC. ¡Suenas como una completa acosadora ahora mismo! ¡Él no está interesado en ti, chica!)
Quería reírme, pero el golpe mental era demasiado fuerte. Con las rodillas dobladas en mis brazos, suspiré. Hideyoshi, lentamente inclinándose, se acercó a un lado hasta que cayó sobre mi hombro.
Hideyoshi- ¿Mrn? ...lo siento.
MC- ¡No, está bien!
Hideyoshi se levantó letárgicamente, el sueño aún escrito en su cara.
MC- ¿Cómo estuvo tu siesta?
(Pobrecito, está demasiado cansado para responder.)
Me levanté tras él, preocupada de que pudiera caer. Parecía inestable de pie. Entonces puse mi mano sobre su cabeza. Su cabello se sentía suave y exuberante.
MC- Hideyoshi, recuerda cuidar de ti.
Le di una palmadita en la cabeza.
(¿Acabo de...?)
Hideyoshi estaba despierto ahora, y me miraba fijamente.
(¡Lo hice! ¡Le di una palmadita en la cabeza! ¡Todo esto es culpa tuya, Hideyoshi!)
Hideyoshi inclinó levemente su cabeza hacia mi mano. Casi como si le gustara.
Hideyoshi- ¿Me estás... copiando?
MC- Seguro, sigamos con eso.
Hideyoshi- Muy bien entonces....
No sabía qué era lo que tenía que leer del silencio y del rubor profundo en sus mejillas.
(¡¿Qué hago ahora?! ¿Cómo te retiras con dignidad de una palmadita en la cabeza? Demasiado rápido y parecerá que tienes una fobia. Demasiado lento, y estarás precipitándote. ¡Necesito un plan de escape!)
Con mi otra mano, suavemente froté el pliegue de la frente de Hideyoshi.