(Muy bien, MC, hagamos esto.)
Me paré frente a la habitación de Hideyoshi, mi mano sobre la puerta. Ayer por la tarde, recibí una carta suya. La había leído tantas veces que podía recitarla.
Querida MC,
Tengo todo el día libre mañana y me gustaría que vinieras a visitarme. Planeo mimarte todo el tiempo que estés aquí como agradecimiento por las deliciosas galletas de arroz. Y no escucharé ninguna queja
Cada vez que la leía tenía un tono diferente. A menudo sonaba fraternal. Lo que fue bueno, si iba a tomar la idea de reiniciar. A veces sonaba más genial. Lo que dirías para impresionar a alguien especial. Eso fue peligroso. Y un poco emocionante.
(¡Recuerda, sin expectativas, MC! ...Oh, Dios, tengo tantas expectativas.)
Abrí la puerta y entré antes de pudiera convencerme de hacer mi salida.
MC- Hideyoshi, soy yo. MC
Hideyoshi- Cuando abriste la puerta así, pensé que estaba bajo ataque.
MC- ¿De mí? Estás bromeando
Hideyoshi- Lo estoy. Entra.
MC- Gracias.
Hideyoshi- Gracias por venir. Me encantaron las galletas de arroz, por si no te lo he dicho ya.
Hideyoshi me hizo un gesto hacia un cojín que había puesto ante su escritorio. Parecía relajado y llevaba una sonrisa amistosa.
(Hideyoshi parece bastante normal. Si lo asusté hace cuatro días, lo superó. O no le afectó. O estaba todo en mi cabeza.)
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MC- Hideyoshi, recuerda cuidar de ti.
Le di una palmadita en la cabeza.
(¿Acabo de...?)
Hideyoshi- ¿Me estás... copiando?
MC- Seguro, sigamos con eso.
Hideyoshi- Muy bien entonces...
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(Debería tomar su ejemplo. Esta es una buena oportunidad para pasar un buen rato. Lección 6- Las fechas límite temporales no son excusa para no aprender tanto acerca de alguien como se pueda, y vale la pena saber de Hideyoshi)
Tomé asiento, notando que tenía utensilios para hacer té. Enseguida, eso me hizo relajarme.
Hideyoshi- Déjame hacerte un poco de té. Deberías saber que, es un paso vital en mi plan para mimarte hoy.
MC- Estás libre de sospechas. Y gracias, me encantaría.
Hideyoshi- Bien. Será sólo un momento.
(Me encanta cuando sonríe. ¿Cuánto tiempo hace que no lo veo así? Ya sea una sonrisa o no, necesito pasar mi tiempo en el periodo Sengoku como si estuviera en un museo. Mirar, pero no tocar.)
Hideyoshi comenzó a hacer té con una solemnidad ritualista. Lo observé, y mi admiración fue creciendo. Era grácil, su postura era perfecta, ya que había hecho espumar el té con habilidad.
(¡Él sabe la ceremonia del té!)
El arte de la experiencia permaneció conmigo mientras colocaba la copa frente a mí.
MC- Gracias. Ha pasado mucho tiempo para mí, así que recuérdame si me equivoco.
Hideyoshi- Tú y yo somos los únicos aquí. No te preocupes por la ceremonia.
MC- Hiciste una hermosa taza de té. Quiero hacerle justicia.
Hideyoshi- Bueno, te guiaré si eso te hace sentir más cómoda.
Hideyoshi explicó todo lo que había hecho. Habló de las herramientas, técnicas y desarrollos contemporáneos en la ceremonia.
(Ahora recuerdo que Hideyoshi Toyotomi fue, históricamente, un promotor de la ceremonia del té.)
Tomé un sorbo, el suave sabor fluyó sobre mi lengua.
MC- ¡Este es un té maravilloso!
Hideyoshi- Me alegra que te guste. Ahora, basta de ceremonias. Te conseguí un montón de dulces para acompañar, y puedes comerlos tan rápido como quieras. Pero no demasiado rápido.
MC- ¡Gracias!
(¡Se trajo la pastelería a casa!)
MC- ¿No es demasiado para una caja de galletas de arroz?
Hideyoshi- No fue sólo una caja de galletas de arroz. Son algo que tú hiciste. Eso los hace invaluables para mí.
Era difícil rebatirlo cuando se veía tan serio.
(¿Un simple experimento culinario significa tanto para él? Bueno, me alegra oír eso.)
Hideyoshi- También hay una chica a la que quiero presentarte. Es un poco joven, así que puede ser muy complicada de manejar.
(Espera un segundo. ¿Tiene Hideyoshi una hija? ¡ESO ciertamente explicaría muchas cosas!)
Hideyoshi bajó su taza de té y salió. Un minuto después, volvió, una mano pequeña estaba alrededor de la suya.
Mono- Ekk, ekk...
(¡Aww! ¡Su niña pequeña es en realidad un mono hembra! ¡Mira esa cara roja! Debe ser un macaco japonés.)
MC- ¡Es adorable! ¿Es tuya?
Hideyoshi- Sí, es mía. Su nombre es Uri. No le presto tanta atención como debería.
MC- ¿Tú? ¿Descuidando a una chica? ¡No lo creo ni por un segundo!
Uri apretó sus largos y pequeños dedos alrededor de los de Hideyoshi, sus ojos eran redondos como los melones que le dieron el nombre.
MC- ¿Se enfadaría si la acaricio?
Hideyoshi- No veo por qué lo haría. Yo la acaricio todo el tiempo.
Me acerqué cautelosamente, dejándola acostumbrarse a mí, antes de acariciar su cabeza. Uri cerró los ojos con una sonrisa encantada.
MC- Es muy buena con la gente, ¿no?
Hideyoshi- Sí, es una lindura. Debería haberlas presentado antes, ¿no?
MC- Puedo decir que es la chica de papá. Y, ¿cómo se conocieron? ¿No es bastante inusual tener un mono?
Hideyoshi- Empezó como una forma de recordarme mis errores.