Hideyoshi Toyotomi

CAPITULO 6 (6-10)

(Se acabó demasiado pronto)

Hideyoshi me acompañaba a mi habitación. Si nos quedamos callados, apenas me di cuenta.

Mi cabeza se arremolinaba con pensamientos y mi corazón con sentimientos que no podía volver a sentir.

Hideyoshi- ¿Segura que estás bien?

MC-

(Estoy bastante sobria ahora. Y esa sobriedad no hace que lo que acaba de pasar sea más claro.)

............................................................................................................................................................

MC- Hideyoshi, no haces esto por todos, ¿o sí?

Hideyoshi- ...no. No lo hago.

MC- ¿Por qué recibo un trato especial? Dime.

Hideyoshi- ¿Crees que hay una razón por la que no deberías?

............................................................................................................................................................

La persistente insistencia en no confirmar ni negar sus sentimientos por mí, me fastidiaba el cerebro. ¿Qué significaba eso?

(No puedo responder esas preguntas por él. Y no puedo volverme loca preguntándomelo. Todo lo que sé es lo que siento.)

Era amor, me había dado cuenta. Amor que se negaba a ser enterrado, ignorado. Caminé más despacio, quizá no quería que la noche terminara. Hideyoshi se detuvo y me miró.

Hideyoshi- Estás caminando muy lejos detrás de mí.

MC- Supongo que me quedé atrás.

(¿O quizás él tiene prisa por volver?)

Pero Hideyoshi se acercó a donde yo estaba y miró mi mano. La agarró con firmeza, innegablemente, pero había una rigidez en sus movimientos por la forma como me llevaba por el pasillo.

MC- Si tienes prisa por volver a la fiesta, puedo regresar yo sola.

Hideyoshi- Déjame acompañarte hasta el final. Me sentiré mejor si lo hago.

MC- En serio, puedo caminar.

Hideyoshi- Sólo por ahora, finge que no puedes.

(Hideyoshi, ¿estás poniendo una excusa para que nos tomemos de las manos?)

Mano a mano, los dos caminamos. Su mano era grande, pero de alguna manera nuestras palmas se unieron en un ajuste perfecto.

(Esta es la primera vez que nos tomamos de las manos.)

Las veces en las que nos tocamos físicamente fueron pocas. Y muchas de ellas habían sido incómodas. Pero ésta no lo fue. Nuestros dedos se entrelazaron, titubeando al principio. Pero se sentía tan natural.

(¿Esto sigue siendo parte de su trato de hermana? ¿Estaba simplemente siendo amable? ¿O estoy loca y el corazón de Hideyoshi está latiendo como el mío ahora mismo? Dios, que bueno sería eso.)

Le apreté la mano. Hideyoshi empezó a hablar con vacilación.

Hideyoshi- ¿Sabes que la guerra empezara pronto?

MC- Sí. Va a ser una muy grande, ¿no? Quiero decir, no soy una experta juzgando guerras, pero...

Hideyoshi- Lo es. Y no sé cuánto tiempo va a durar. Tampoco sé si volveré.

(Lo que significa que podría morir.)

Sabiendo lo que sentía por él ahora, sus palabras eran como un cubo de agua helada tirada en mi corazón.

MC- ¡Vamos! No seas pesimista. Eres un tipo duro. Estarás bien.

Hideyoshi- Es una posibilidad real. Una para la que he estado preparado, durante mucho tiempo. Le he dado mi cuerpo y mi vida a Lord Nobunaga. Su ambición es crear un mundo donde el estatus no importe. Y es mi mayor deseo que eso suceda. Moriría por ello.

(Hideyoshi, lo entiendo. Pero...)

Ojalá pudiera ver cualquier signo de arrepentimiento en su sonrisa.

Hideyoshi- No podré estar aquí para ti una vez que empiece la guerra. Y sólo nos queda poco tiempo. ¿Me dejarás que te trate bien mientras aún tengo la oportunidad?

(Esto pone una nueva perspectiva en la razón por la que pidió pasar el día conmigo ayer.)

Hideyoshi- ¿Cómo suena eso?

MC- Suena bien. Eso también me gustaría.

Quería decirle mucho más. Quería decirle que no fuera. Quería decirle que se mantuviera a salvo. Quería decirle que viviera. Pero vi su sonrisa. La sonrisa de un hombre que estaba dispuesto a morir. Que quizás incluso ya le ha dado la bienvenida. Recordé las palabras de Sodoko. El sufrimiento del que me advirtió. ¿Me estaba preocupando por nada? Hideyoshi Toyotomi vivió una larga vida ... eso era, en la historia que conocí. Le sostuve la mano con más fuerza, deseando poder encontrar algo de seguridad en eso. Aunque la distancia a mi habitación era dolorosamente corta, la caminata allí se sintió infinitamente preciada.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hideyoshi volvió a la fiesta después de dejar a MC en su habitación. Volvió un poco preocupado.

Masamune- ¿Finalmente de vuelta, Hideyoshi?

Hideyoshi-

Mitsunari- Escuche que MC ¿no se sentía bien?

Hideyoshi- Ella bebió demasiado. La acompañé a su habitación. Ella estará bien.

La tristeza dejó la expresión de Hideyoshi mientras volvía a reunirse con los demás.

Mitsunari- Me alegro de oír eso.

Masamune- Entonces, ¿cómo van las cosas con ustedes dos?

Hideyoshi- ¿De qué estás hablando?

Ieyasu- No parecían hermano y hermana cuando la sacaste de aquí hace un segundo.

Hideyoshi- ¿Estaban todos mirando?

Masamune- Vamos, admítelo. Nobunaga se le acercó y usaste eso como excusa para sacarla de la habitación.

Nobunaga- ¿Es eso cierto? Hideyoshi, ¿has puesto las manos sobre mi amuleto de la suerte? Es osado de tu parte desafiarme.



#5845 en Novela romántica
#2482 en Otros
#399 en Novela histórica

En el texto hay: ikemen sengoku, cybird

Editado: 16.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.