Habian pasado seis dias desde nuestro regreso a Azuchi, y aun asi era la primera oportunidad que MC y yo teniamos de pasar tiempo juntos...
HIDEYOSHI- ¡Por fin, tus «hermanos» me dejaron sacarte de allí!
MC- ¡Son aún más protectores conmigo que tú!
(La ultima vez que estuvimos tan cerca fue en la fiesta)
Sentado con las piernas cruzadas, la sostuve en mi regazo, feliz de tenerla aquí.
(El trabajo ha sido incesante. Estoy acostumbrado a largos periodos sin descansos, pero ahora es más difícil porque soy MC).
Ella también había estado ocupada, por supuesto. Además del trabajo, sus encargos estaban despegando. Me alegré mucho por ella...
(Lo que no me alegra es que nos obliguen a vivir separados. ¡¿Cuánto tiempo me van a hacer esperar, exactamente?! Ahora que está aquí, no quiero que se vaya)
Puse mis manos alrededor de la cintura de MC, sintiendo el calor de su cuerpo contra mí. De repente, inclinó la cabeza, me miró y asintió. Le brillaban los ojos.
MC- Toma. Déjame verte bien. Sí. Eres tan guapo como pensaba.
(Yo... err, ¿qué?)
HIDEYOSHI- ¿De dónde viene eso?
MC- ¿Sabías que cuando les hablé a las costureras de nosotros, se pusieron muy celosas? Sodoko, Hisa, Fumi y otras no paran de darme la lata. Mitsuhide tiene razón. Todo el mundo te quiere.
HIDEYOSHI- Por favor. Tienes que estar exagerando.
Me deshice de los cumplidos, con la esperanza de prevenir los sentimientos de timidez que amenazaban con surgir.
(Y, de todos modos, ¿a quién le importa lo que los demás piensen de mí? Cuando se trata de ese tipo de cosas, la única opinión que valoro es la tuya).
MC se giró en mis brazos, sentándose como si estuviera a punto de hacer una proclamación formal.
MC- No estoy exagerando. Ahora, si me permites exponer mi caso. Tú, Hideyoshi Toyotomi, eres el mayor encantador de Azuchi. ¡Probablemente de todo Japón!
HIDEYOSHI- No sé cómo podríamos probar eso, pero estoy bastante seguro de que no lo soy.
MC- Sí, lo eres. No puedes caminar por el castillo o la ciudad sin atraer a una multitud. Eres tan maravillosa que, bueno, menos mal que no dudo de tu devoción por mí. Si no, estaría muy preocupada.
(Me alegro de que no dude de mi devoción, pero... ah, joder. No sé cómo reaccionar cuando dice cosas así)
HIDEYOSHI- Ya está bien de hablar así. Preparémonos para ir a la cama.
Si no la detenia ahora, me iba a poner tan rojo como un bosque de arces. Me levante, levantandola suavemente en mis brazos, para no tener que soltarnos.
MC- ¿Hideyoshi?
HIDEYOSHI- ¿Si?
MC- Mientras tu te ganas a Nobunaga y a los demas, yo voy a impresionar a todo Azuchi y demostrarles que soy el adecuado para ti.
HIDEYOSHI- Oh. No. Tú. No.
(¿Quieres ser MEJOR? Dame un respiro. Mi corazón empieza a latir con fuerza al verte ahora)
Respirando hondo, ahuecé las preciosas mejillas de MC. Toda su cara era preciosa, por supuesto. El resto de ella también.
HIDEYOSHI- No tienes que impresionar a nadie más que a mí. Y ya lo hiciste hace mucho, mucho tiempo.
MC- Vamos...
HIDEYOSHI- Ya eres más que adecuado para mí.
MC- Hideyoshi, ¿me estás halagando?
HIDEYOSHI- No. Créeme. Como el hombre que es «amado por todos», te amo más a ti.
MC- Pero...
HIDEYOSHI- Sin peros.
(No contestes, MC. No esta vez)
Antes de darme cuenta, la había vuelto a tumbar en el suelo. Estaba a un suspiro de ella. Ella ocupaba toda mi vista. Cuando le hablé, lo hice en voz baja y suave.
HIDEYOSHI- si estas planeando discutir conmigo, puede que tenga que castigarte esta vez.
MC- ¿Por entrar en otro debate sobre quién es mejor? ¿Hablas en serio?
HIDEYOSHI- ¿Lo estoy?
Juguetonamente, sujeté sus muñecas contra el suelo.
(Yo diría que hablo medio en serio. Un poco de venganza sexy es lo justo, ¿no? Si no, me sentiría completamente indefensa a tu lado).
Sus ojos se abrieron de par en par, oscuros y llenos de interés. Fue una mirada que me hizo derrumbarme por dentro.
(He pasado gran parte de mi vida intentando rehacerme. Pero cerca de ti, me veo reducido a mis componentes básicos. No puedo ocultar nada)
No tenía palabras bonitas para eso. Mis pensamientos salieron exactamente como los estaba pensando.
HIDEYOSHI- No lo sé. No lo sé porque, para ser honesta, estoy loca por ti. Las pequeñas vislumbres que tengo de ti al pasar, te vuelves más hermosa día a día. No vivir contigo ha sido un tormento.
Respiró seductoramente, como si estuviera saboreando cada una de mis palabras y las encontrara deliciosas. Sus labios entreabiertos me decían que estaba disfrutando. Y las cosas que decían sus ojos, bueno... Maldición. Estaba en problemas.
(Me estás mirando. ¿Cómo puede ser eso tan increíblemente sexy?)
Estaba mareado, caliente, y los impulsos se arremolinaban en mi cabeza palpitante. Pero ella no decía nada. Sabía qué era lo correcto, así que se lo pregunté con toda la calma que pude.
HIDEYOSHI- No te me calles. ¿En qué estás pensando?
MC- Lo siento. Te lo diría, pero algunas de las cosas que estoy pensando ahora mismo son un poco indecentes.
HIDEYOSHI- No eres el único.
MC- ¿Tú? ¿De verdad? Bueno, quiero decir, dadas algunas de las cosas que hicimos la semana pasada, puedo creerlo, pero...
(no creo que pudiera mentir en esta situación si me sostuvieras a punta de espada)
HIDEYOSHI- Créetelo. Además de hacer que se me salga el corazón del pecho, siempre estoy pensando en ti. De todo lo que... Por muy buen amigo o hermano que intenté ser para ti, nunca fue suficiente para mí. Te deseo. Siempre te quiero, y estoy listo para demostrarlo. A partir de ahora, sólo soy un chico que está locamente enamorado de ti. Y no pasará un momento sin que te mime como te mereces.
MC- Entonces consiénteme, Hideyoshi...
Su alentadora petición, sus labios carnosos, me hicieron querer tomarla aquí y ahora.