Hideyoshi Toyotomi

ETERNAL ROUTE - EPILOGUE

Había pasado medio mes desde la guerra. Los señores de la guerra seguían ocupados, pues había mucho que hacer tras la gran batalla. El más ocupado de todos era, por supuesto, nada menos que la mano derecha del Rey Demonio...

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

MITSUNARI- ¿Señor Hideyoshi? Deberías comer algo.

Por una vez, no era Hideyoshi quien le recordaba a Mitsunari, sino Mitsunari quien le recordaba a Hideyoshi la importancia de comer. Sin embargo, Hideyoshi ni dejó el pincel ni levantó la mirada de sus papeles.

MITSUNARI- Es como si ni siquiera nos oyera.

- ...Ha vuelto a este estado, ¿verdad?

MITSUNARI- Sí. Es típico que el Señor Hideyoshi se involucre mucho en su trabajo, sin embargo...

En cuanto terminaron sus vacaciones ordenadas por Nobunaga, Hideyoshi volvió al trabajo. Y trabajó. A través del sueño y las comidas.

MITSUNARI- Me preocupa que se esté concentrando tanto que pueda estar ignorando su salud.

IEYASU- ¿Te preocupa...? Oh, Dios. El mundo se ha vuelto del revés... Da igual. No pasa nada. De todos modos, aquí están las cartas que pidió. Intenta que las reciba, ¿quieres?

MITSUNARI- Sí, Señor Ieyasu.

Ieyasu acababa de levantarse cuando miró con el ceño fruncido a Hideyoshi y Mitsunari.

IEYASU- ...¿Qué crees que estás haciendo?

MITSUNARI- Pensé que podría darle de comer.

Mitsunari colocó una bandeja en precario equilibrio demasiado cerca del borde del escritorio de Hideyoshi y cogió un par de palillos.

MITSUNARI- No creo que haya comido desde ayer. Si se niega a tomarse un descanso y comer, entonces le daré de comer yo misma.

IEYASU- ...¿Darle de comer? ¿Tú? ...Ugh. No puedo irme ahora. Estaría dando la espalda a un desastre literal...

Mitsunari, ángel que era, no se percató de los agoreros de Ieyasu e intentó llevar un trozo de pescado a la boca de Hideyoshi. Su agarre demasiado fuerte de los palillos hizo que el trozo se rompiera y cayera a la bandeja.

MITSUNARI- Oh, vaya.

IEYASU- No voy a ver esto y no voy a dejar que continúe. Dame los palillos, Mitsunari.

Ieyasu los tomó sin esperar un visto bueno. Luego comenzó a llevar comida a la boca de Hideyoshi.

MITSUNARI- Eso es tan impresionante, Señor Ieyasu. ¿Dónde aprendiste a hacer eso?

IEYASU- ...Ojalá no lo hubiera aprendido. Tener que verlo pasar una y otra vez me resultaba embarazoso. Me sorprende que se te ocurriera la idea, teniendo en cuenta lo muerta que se te quedaba la mirada cada vez que te daba de comer.

MITSUNARI- Perdona, ¿quién me da de comer...?

IEYASU- Vaya. ¿De verdad no estabas prestando atención? Pues sí. Es impresionante. En el mal sentido. Tú y Hideyoshi os merecéis el uno al otro.

Ieyasu suspiró y volvió a mirar a Hideyoshi, que seguía escribiendo. Su concentración era impresionante, no menos que la de su ayudante, cuando se fijaba en un tema. Hideyoshi también trabajaba a un ritmo rápido. Terminó una carta y media justo en el tiempo en que Ieyasu le había estado observando.

MITSUNARI- Por mucho que admire la fuerte ética de trabajo de Lord Hideyoshi...

IEYASU- ...Sí. Este ritmo va a acabar con él. Lástima que MC sea igual de mala, o podría tener alguna oportunidad de detenerlo...

--------------------------------------------------------------------------------------------------------

(¡Bien! ¡Entrega abajo! ¿Quién es el siguiente? Este va para... ¡Nobunaga en su tenshu!)

Levanté la pieza terminada en mis brazos, doblé la nota con una mano y me fui. Este haori era especialmente bonito, y eso siempre hace que las entregas me resulten divertidas.

(¡Dios, me encanta hacer ropa! No sé por qué no se me ocurrió antes que aquí podría ser diseñadora de moda).

Después de la guerra, solicité unirme a las costureras del castillo. Así es. Tuve un segundo trabajo. Pero era un trabajo estupendo. A tiempo completo. Trabajar desde casa también, ya que todavía vivía en el castillo. Estando en la misma época que el hombre que amaba, trabajando en el trabajo de mis sueños. ¡Estaba viviendo la vida! La parte del "hombre que amaba" no estaba disponible por el momento. Como, durante la semana pasada.

(Sin embargo, las semanas ocupadas ocurren. Hideyoshi tiene mucho trabajo que hacer. ¡Mucho más que yo! En retrospectiva, me alegro mucho de que Nobunaga le diera ese descanso cuando lo hizo)

...¿Era posible sobornarle para otro descanso? No. Es broma. Pero, ¿y si...?

NOBUNAGA- ...Este es un excelente trabajo. Un talento digno de elogio, MC.

MC- ¡Gracias!

(Eso es mucho mejor que lo que dijo el tipo que revisó mi portafolio. Ohh, trauma...)

Me sacudí aquellos desafortunados recuerdos cuando noté que Masamune, que también estaba aquí, me miraba.

MASAMUNE- Me alegro de que te animes, muchacha, pero ¿estás segura de que no te estás quemando?

MC- ¿Yo? No. De hecho, ¡estoy a la caza de más trabajo! ¿Tienes alguna fiesta elegante para la que necesites trajes... eh, kimonos? Sinceramente, siento que tengo que seguir trabajando. Igual que Hideyoshi está trabajando duro...

NOBUNAGA- Ah. Entonces Hideyoshi es la razón del repentino aumento de tu actividad.

MC- Oh, bueno, él no es la única razón. Me gusta coser. Estoy muy agradecida por el trabajo. Es sólo que necesito algo que ocupe el espacio de mi agenda, o si no todo el tiempo libre me volverá loca, ¿sabes?

MASAMUNE- Trabajar para no sentirte sola, ¿eh?



#6159 en Novela romántica
#2516 en Otros
#409 en Novela histórica

En el texto hay: ikemen sengoku, cybird

Editado: 16.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.