Hidrium - La Orden Makin

Una Carta que no se Quería Usar

PARTE NARRADA POR ANYA

“¿Dónde estoy?” Poco a poco fui abriendo los ojos y lo que vi no fue lo que esperaba: Ikeonwu me cargaba y frente a nosotros iba Salex; estábamos llegando a la torre de la que habíamos partido. “¿Por qué regresamos? ¿Qué sucede?” Mis ojos se abrieron por completo y al darse cuenta Ikeonwu de que estaba despierta, se reclinó para dejarme suavemente en el suelo.

Miré alrededor, no había visto mal; estábamos de vuelta en esa torre, y por más que buscaba no podía ver a Rubén en alguna parte.

 

-Salex, ¿dónde está Rubén? -pregunté un poco aturdida. Aún sentía el cansancio de la máscara.

 

-Él se quedó atrás -me respondió sin mirarme a los ojos.

 

-¿Se quedó atrás? ¿Qué sucedió mientras estaba inconsciente? -no quería pensar lo peor…, pero la duda que nos dejó Leah y la propia actitud de Kijim mientras avanzábamos, me hacía pensar de una forma muy mala.

 

-Al elfo que venía con nosotros algo le pasó cuando llegamos al castillo donde concluyó nuestra batalla con Xutyenek -dijo nuevamente sin mirarme a los ojos; en su voz se notaba que las cosas no estaban bien.

 

-¿Y Rubén? -repetí la pregunta con miedo, porque había una respuesta en específico que no quería escuchar…

 

-¡Ya te lo dije, se quedó atrás! -no sabía por qué no me miraba a los ojos, pero hacía que mi miedo se intensificara.

 

-Solo respóndeme una cosa: ¿murió? -no quería escuchar su respuesta, pero a la vez necesitaba oírla.

-Eso tú misma podrías respondértelo -dijo señalando su pecho, que era donde se encontraba su símbolo.

 

Toqué con mi mano derecha mi símbolo, el cual estaba en mi hombro izquierdo; y en mi mente visualizaba a Rubén para ver si podía sentirlo. Unos segundos después comencé a sentir cómo Sahame vibraba de una forma inusual, lo hacía con mucha más fuerza de la que había percibido antes con Kleiterem; puedo decir que me dio un poco de miedo sentirlo, no sé por qué, pero por más que intentaba pensar en Rubén no podía sentir su presencia. No podía darlo por muerto… “Sahame tiene algo extraño y no se debe a la muerte de su maestro, eso es seguro, hay algo más”. Noté que Salex me miraba fijamente y dijo:

 

-Tú tampoco pudiste, ¿eh?

 

Y al decirle lo que había sentido de Sahame me dijo que él no sintió eso. Él había intentado detectar a Rubén justo saliendo de aquel lugar, por lo que entonces eso era reciente. “Este extraño sentimiento de Sahame no puede tener mucho de estar resonando, y la verdad no sé qué pueda ser, ya que es algo que no había sentido antes”. Quise decir que regresáramos por Rubén, pero Salex simplemente negó con la cabeza diciendo que regresar sería inútil, al menos no sin todos los demás Makin, porque temía que Xutyenek hubiera regresado.

 

“¿Regresado? ¿A qué se refiere con eso?”, me pregunté a mí misma, y al externarlo me explicó lo que había sucedido mientras permanecía inconsciente a causa de la fatiga, y, aunque no podía asegurarlo, era muy probable que quien había poseído a Kijim no era otro sino Xutyenek. Le dije que me esperara un momento antes de continuar. Cerré los ojos y me senté, estábamos al exterior de la torre todavía. Salex e Ikeonwu entraron y yo permanecí fuera porque tenía que hablar con mi madre.

“¿Madre?”, dije en mi mente esperando respuesta; usualmente siempre respondía rápido, pero en esa ocasión, y por una razón que me suponía, no recibí respuesta. “¿Madre?, necesito hablar contigo”, repetí una vez más y aparecí donde ella gustaba hablar conmigo, que era un prado enorme lleno de flores y animales, un lugar de tranquilidad absoluta.

 

-¿Qué pasa, Anya? -dijo ella en un tono tranquilo que de alguna manera me incitaba a mantener la calma por lo que había sucedido con Rubén.

 

-Solo quiero hacerte dos preguntas, ¿Rubén está bien? -después de terminar permanecí en silencio.

 

-Lo está -su voz era serena y caminaba acariciando con sus manos las flores más altas-. Aunque no puedo decirte su condición porque la fuerza de Xutyenek no me lo permite…

 

-Entonces sí ha vuelto… -respondí lamentándome un poco-, pero bueno, esa no es la segunda pregunta que quiero hacerte. ¿Dónde está Kriniton? -mi madre se sorprendió un poco por la pregunta y se puso a pensar.

 

-Kriniton, ¿eh?, entonces vas a ir por él -se detuvo a pensar un momento con sus ojos cerrados para localizarlo y después dijo-. Parece que él ha vuelto a su Torre en Nbogrard. Solo recuerda que no pueden usar las torres una tras otra para aparecer en la zona, los humanos no podrían soportarlo, y aunque seas inmortal sigues siendo una humana.

 

-No te preocupes madre, igual la torre donde estamos no nos lleva a Nbogrard, nos hará regresar a Sbonramsuh y de ahí caminaremos para buscar a Kriniton, solo espero que Rubén resista… -estaba a punto de irme y recordé la sensación que había tenido con Sahame y me regresé a preguntarle a mi madre-. Una cosa más antes de irme, he sentido no hace mucho a Sahame de una manera diferente, ¿tú sabes qué sucedió? Mi madre únicamente rió con sutileza sin darme respuesta y luego dijo:




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