Hija de dos mundos

Capitulo 12: "mentiras que duelen"

(En este capitulo va a narrar Ene)

— emmm —dije sin saber que responder.

—Ene, aún no me respondes, ¿de qué plan estabas hablando?

— Es que...—no quería mentirle, pero tampoco podía contarle la verdad, aun le faltaba practicar. Aun no era el momento y no me quedaba tiempo para inventar una excusa cien por ciento creíble.

Es muy inteligente y astuta una de las grandes habilidades de la naturaleza que nos rodea.

No sé qué decir. 

Su envolvente mirada fría me observaba confundida e intrigada, una pizca de desconfianza brillaba en sus ojos como una mosca molesta y sus brazos cruzados mostraban autoridad, me ponía nervioso su seguridad y confianza. No sabía cómo reaccionar y el tiempo se acortaba para que volviera a insistir, tenía que decirle algo así que dije lo que primero que se me vino a la mente—es solo un plan con un amigo, nada de tu interés.

— Ajá... ¿y por qué lo tratabas tan formal? — dijo desconfiada, con las manos en la cintura como diciéndome: "te tengo", tan segura de que mentía, aunque no estaba mal, porque si le estaba mintiendo, aun así, no puedo contarle. Tenía que resistirme a no caer rendido a sus pies y contarle todo.

— A ti no se te escapa nada, ¿verdad? —dije tratando de ocultar mi nerviosismo.

— Claro que no, ahora dime la verdad —seguía con su papel de detective con los brazos cruzados, con una mirada cálida y profunda que me hacían notar su desconfianza y a la vez un sentimiento de cariño, que apenas se podía vislumbrar en sus bellos ojos que brillaban como dos astros uniéndose con su rostro que irradiaba curiosidad y recelo. 

Con solo verla era como viajar dentro de sus ojos y toparse con montones de sentimientos ocultos, que ella jamás diría, sus ojos eran fríos. No le gustaba abrir la llave a sus emociones a nadie. Cuando la conocí esa era su mirada, fría, pero ahora es cada vez más cálida, aunque no en este preciso momento.

— Ya te lo diré, es mi entrenador—dije con astucia— estamos ayudando a uno de mis compañeros en unos temas que lo complican sin que él sepa.

— ¿Solo eso? — dijo aún con desconfianza.

— Si es eso, ahora si me disculpas tengo que ir a hacer algunas cosas.

— Claro te acompaño a la puerta —dijo más relajada, pero aún sin creer mi excusa. 

— !Ah¡, se me olvidaba decirte que hoy tienes entrenamiento en la casa de Agu, con ella y los chicos para que vayas —dije acariciando su pelo.

— Claro ahí estaré — dijo mirándome como nunca lo había hecho, sus ojos estaban sumergidos en un dorado intenso, hermoso, inusual en ella. Estaban llenos de emociones revoltosas que se abrieron a mí. Me dio la llave a ese mundo desconocido, a su mundo. 

—adiós —dije alejándome y dando media vuelta.

—adiós —dijo despacio y su mirada me acompaño durante un rato.

Jamás había sentido esto por nadie, tengo bastante claro lo que siento y lo tengo claro desde hace mucho, pero debo admitir que tenía miedo, aún lo tengo, no quiero que nada le pase, pero eso es inevitable, lo comprendí cuando Arm me dejo, ahí aprendí que la muerte es inevitable y que no soy capaz de protegerla a ella ni nadie de eso. Pero cuando te aleja de alguien un vacío permanece en ti, que siempre va a doler y no sé si estoy preparado para vivir eso otra vez.

Pero ella es capaz de llenar ese vacío y alegrar mi dolor, como dicen acá: "la persona correcta es capaz de hacerte olvidar lo que te atormenta", ella hace eso en mí y mucho más, en medio de pensamientos, sentí el vibrar de mi e-pad (celular espacial por así decirlo), lo saqué y respondí:

— Buenas tardes jefe —dije de manera educada.

— Ene, recuerda que quedamos de acuerdo con vernos hace quince minutos —dijo furioso el jefe— ¿qué es lo que le sucedió?, lo tengo por puntual y llega tarde, no ve que yo también tengo asuntos fuera de este.

— Si señor, lo tengo claro, pero me surgió un contratiempo, luego le explico tiene que ver con Nat.

— Más le vale no volver a llegar tarde, lo espero hasta las dos.

— Si señor cuente con eso, nos vemos jefe —dije para luego cortar la llamada.

Camine hasta llegar al "Palace Ou", me teletransporte a su interior, ya que el Palace no tiene puertas, pero eso no significa que no tenga seguridad, ya que si el jefe no quiere la visita de alguien puede poner una barrera que no permite su ingreso. Caminé por los pasillos hasta entrar en una de las habitaciones cristalinas, una llena de luces que le daban un color amarillento.

— Señor Cie —dije educado— disculpé el atraso me surgió un tema irremediable, en serio...—me interrumpió.

— Y, ¿se puede saber que es más importante que esto? —dijo molesto, sin dejarme terminar.

— Es sobre Nat, señor y está totalmente vinculado con el plan —dije tratando de explicarle lo sucedido.

— !Ah¡, temía que lo que me dijo Fue fuera verdad, pero afortunadamente no —dijo con calma. Dejándome desconcertado, ¿desde cuándo Fue habla con él?, ¿qué le ha contado?, un escalofrío recorrió mi cuerpo y un cálido sentimiento se apodero de mí, ese que me invadía cuando estaba cerca de Nat y algo me hacía pensar que estaba vinculado con ella.

— Y, se podría saber, ¿de qué trata esa información? —pregunté confundido, aunque en el fondo sabia la respuesta.

— !Ah¡, no está enterado de los rumores —dijo con sarcasmo— bueno de todas formas te lo digo, Fue ya me dijo que lo expulsaste del grupo. 

— Señor yo...—volvió a interrumpirme.

— No es eso lo que me preocupa, en cierta parte llevarte la contra es peligroso y en eso estoy de acuerdo, tú das las órdenes y los demás solo acatan, concuerdo —hizo una pausa —pero lo que me preocupa es...como decirlo...lo que sientes, Fue me dijo que quizás estás sintiendo cosas por ella —dijo algo incomodado por el tema, que no sabía cómo abordar. 

— Emmm... —mi cuerpo se puso tenso, no podía evitar tocarme el cuello y evitaba el contacto visual. 



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En el texto hay: misterio, secretos, seres cosmicos

Editado: 13.07.2020

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