—Si y, ¿Qué esperabas que hiciera?, ¡¿eh?!, tu hermano era muy astuto e inteligente, sabía mucho más de lo que debía saber, igual que tú ahora, me descubrió —respondió con prepotencia— y me enfrentó como tú pensabas hacerlo, antes que yo me adelantara, claro. Me prometió que guardaría el secreto, yo le hice creer que confiaba en él y en el momento que me pareció oportuno me deshice de él. Al fin al cabo nadie se enteraría de que yo lo hice y él solo era un cabo suelto que tenía que atar.
Sentí como se me apretaba la garganta y como en mi pecho se hacia una mezcla de dolor e ira al escuchar esas frías palabras salir de su boca y en medio de mis recuerdos una frase se repetía:
— “la gente no siempre es lo que aparenta, a veces lo que muestran son simples disfraces que ocultan su verdadero ser” —balbuceé —mi hermano me estaba advirtiendo sobre ti, siempre creí que era un consejo más, jamás pensé que era una advertencia. Él sabía su destino, pero no sabía cuando seria ni dónde y eso te daba ventaja para tu ataque.
Mi hermano predecía el futuro, pero veía solo vagas imágenes de lo que sucedería, nunca sabia el dónde ni el cuándo solo sabia el quien, pero siempre se lo guardaba, él decía que así no alteraba el equilibrio y orden de las cosas, que así era mejor, ya que las cosas se sabrían en el momento en el que sucediesen y no antes, porque así funcionaba el mundo y así tenía que funcionar.
— Pero por supuesto que sabía que era el próximo, él sabía muchas más cosas que cualquier otro oxtrilita, sabia quien moriría, que pasaría y desafortunadamente quien era yo, el destino es el destino, Ene y nadie tendría que saber lo que se viene antes de tiempo, algo así decía tu hermano cada vez que le preguntaba por lo que se vendría, era irritante siempre con lo mismo, jamás pude sacarle ni una sola palabra sobre ese tema— dijo con irritación.
— ¿Por qué lo hiciste?, él jamás habría dicho algo y si lo hizo tampoco lo entendí, no fue solo por eso, ¿Qué más querías de él? — sonrió de manera escalofriante.
— Si, tienes razón, tu hermano habría sido capaz de guardar ese secreto, ya estaba acostumbrado a ello, habría sido una carga más a su silencio —admitió mezquino.
— ¿Entonces?
— Mira Ene yo quería algo más que su silencio, yo quería sus poderes —dijo sin rodeos — y para ello me dediqué a estudiar su raza, tuve que profundizar en como funcionaban sus poderes hasta que descubrí que al morir el portador estos pasaban al ser querido más cercano a ellos.
— Yo conozco todo eso de la genética oxtrilita, se supondría que deberían haber pasado a mí, pero por alguna razón no los he sentido, así que supongo que los conseguiste —añadí con rabia.
Me hubiera gustado tener algo de él, aunque hubiesen sido sus poderes y él volvía a arrebatarme otra cosa más que quería.
— No, yo no los tengo —dijo sombrío —tú los tienes.
— Eso es imposible —acoté desconcertado.
— Si yo no los tenía, tú tampoco —dijo entre dientes—los bloqueé apenas los recibiste.
— Por eso me dejaste inconsciente —concluí —¿Por qué?
— Porque sería más fácil quitártelos si no sabias, porque tú conoces su poder y habrías hecho lo mismo que tú hermano, guardártelo, igual si los quieres devuelta te los devuelvo, pero de ser así tendría que matarte —dijo sin arrugarse.
— No esperaría menos después de todo lo que has hecho por conseguirlos, ¿sabes?, porque no me los devuelves, ¿eh? —dije confiado — y lo solucionamos como seres civilizados.
— Ene, es que no ves que esto no es conversable, solo hay dos soluciones para esto, tú muerte o la mía no hay más caminos —añadió acercándose con posición de batalla y con dos haces de luz destellantes en sus manos.
— Claro que hay muchas más soluciones y como todos los de tu raza prefieres la violencia —aclare adquiriendo la misma posición —pero sabes hay tantas cosas que me gustaría saber antes de comenzar, como, por ejemplo, ¿mis compañeros saben algo de esto?
— Ten cuidado Ene —me advirtió — con las preguntas que me hagas, si son muchas me vas a dar tiempo para fortalecerme más y más —claro que estaba consciente de eso, solo necesitaba tiempo para salir de esta con alguna de las cartas que había preparado en caso de que algo así sucediera.
— Claro que lo sé —respondí, mientras absorbía la energía de Oxul con sutileza y la liberaba en pequeñas ondas—solo responde.
— Tus compañeros, claro que no saben nada, solo uno y debo añadir que ha hecho un buen trabajo…
— Fue —interrumpí, aliviado por su respuesta — él me distrajo, mientras tú bloqueabas mi salida.
— Exacto, esa era mi carta, él me ayudo, convencerlo fue fácil, es un egocéntrico me basto con decirle que si me ayudaba conseguiría un puesto más alto que el tuyo y listo.
— ¿solo estas aquí por los poderes de mi hermano? — pregunté cada vez inquieto, cada vez su poder aumentaba más y más. Aun necesitaba ganar tiempo.
— No específicamente, vine más bien como un espía, nuestra raza crece y crece, ya no queda espacio en mi planeta y a mi padre no se le ocurrió mejor idea que apoderarse de Oxul y me envió a mí para descubrir su punto débil y ahí supe de Nat y te envíe a traerla para, supuestamente, salvar a este horrendo planeta —contó con confianza, ya que se seguía fortaleciendo.
— Y trajiste a Nat para que supiera quien era John realmente, así volvería a comprobarlo y, como, según la profecía los poderes de él se manifestarían a la edad de 20 años, ella tendría que enfrentarse a él, donde esperas que muera —dije molesto — me has quitado todo lo que he querido y quieres seguir arrebatándomelo.
— No, tú te has encariñado con todo lo que yo he planeado, recuerda que Nat era solo un plan, aunque igual con tu enamoramiento y tus engaños me ayudaste a que su estadía fuese más pasajera de lo que había esperado —enunció descaradamente.
— Ella es más fuerte de lo que crees —añadí amenazante.