Oxul seguía siendo increíble, pues siempre me había sentido a gusto en este lugar, lo sentí como un hogar mucho más rápido que la Tierra. La diferencia es que esta vez estaba acompañada, conocí a algunos de los oxitrilitas y ellos me aceptaban así, sinceramente no sé si será por la profecía o porque realmente era de su agrado, de una u otra forma Oxul se había comenzado a volver mi casa, supongo que después de todo mi vida estaba aquí, quizás la Tierra solo forma parte de mí, porque por más que pienso jamás la llegué a llamar hogar de manera certera, solo lo llamaba así porque era el único lugar que existía, aun así la Tierra siempre será parte de mí, pero jamás podría llegar a llamarla “hogar” otra vez .
Este lugar es increíble, su gente es sencilla, no juzgan, no hacen prejuicios ni se rigen de estereotipos, son como son y no pretenden ser otros, porque se valoran y les enseñan a valorarse.
Oxul termino siendo el lugar que siempre soñé o el que siempre supe que existía. Los mundos perfectos no existen, cada uno tiene sus pros y contras, por ahora Oxul era lo más cercano a eso, pero según lo que me había contado Ene también existían inconvenientes, pero eso no es lo que más importa.
Con todo esto aprendí que la vida es impredecible y el universo sigue siendo un misterio y una vez que entiendes ambas cosas, comprendes que la vida cambia y que el mundo sigue su curso, sigue creciendo y sigue creando.
Comprendí que yo no soy parte de los humanos, porque los humanos jamás ven esas cosas. Viven segados con sus preocupaciones y no están preparados para aceptar todo lo que el universo ha creado y así debe permanecer.
Yo conviví con ellos y sé que si se llegarán a enterar de la vida extraterrestre nosotros pasaríamos a ser sus conejillos de indias y acabaríamos encerrados en laboratorios, por que eso es lo que hacen con lo que no conocen, muchas veces por miedo y otras por ambición.
Son seres curiosos, pero la curiosidad no siempre es buena y su curiosidad va más allá de eso, muchos de ellos son fieras que buscan poder y dominio, no siempre buscan una explicación, sino fama y reconocimiento.
El humano no está preparado para tanto. Más allá sigue habiendo muchos mundos por conocer, solo falta que el hombre sepa valorar y cuidar lo que tiene para conocer y conquistar lo desconocido, sin dañar a lo que allí habita, solo allí el humano será digno del universo y de la vida.
Hay que aprender a cambiar, porque es la única forma de entender a la vida y el universo. Toda mi vida cambio y sé que seguirá cambiando.
— ¡Nat!, ¿estás lista? —dijo Ene entrando.
— Sí…pero y si hago algo mal…si aun no es el momento y si…— se acercó y me abrasó.
— Oye, calma todo va ha estar bien lo juro y si no yo estoy aquí —lo miré. Acercó su rostro al mío y posó sus labios sobre los míos — ahora ve te están esperando.
Comencé a caminar hacia la puerta que daba al salón donde toda una muchedumbre me estaba esperando, pero me detuve al llegar al umbral y me volví a ver a Ene.
— ¿Me veo bien? —pregunté mirando el vestido color café de mangas verdes que me había puesto.
— mmmm…por ahí no más —añadió con ironía.
— ¡Ene! —dije algo molesta, pero sonriente —habló en serio.
— Te ves hermosa. Ahora ve —dijo mirándome con dulzura.
Me di vuelta hacia la puerta y tomé una bocanada de aire. Dudé por unos segundos si cruzar la puerta o no.
— Voy a estar atrás de ti, solo confía. Yo sé que puedes —aludió.
Tomé aire por última vez aire e ingresé por la puerta. Subí por unas escalas hasta llegar a estar sobre un hermoso escenario de piedras preciosas. Y permanecí oculta tras unas cortinas.
— Por años crecimos con la historia de una oxtrilita excepcional, vivimos esperando su llegada, su reinado y ahora por fin la hemos hallado, con ustedes Nat, la hija de dos mundos — pasé las cortinas y el pueblo vitoreo entre gritos y aplausos. Volteé y atrás en una esquina estaba Ene, eso me dio seguridad y continué caminando. El presentador espero que la muchedumbre se calmará y añadió —esta es una nueva era para nuestro planeta, un nuevo inicio y comienzo a la era, con un nuevo reinado, el reinado de la hija de dos mundos —este volteó a mirarme. Algo en su mirada era amenazador y misterioso.
Me entregó algo similar a un bastón que al tocarlo se rodeó de ramas. Yo lo sujeté, pero él no lo soltaba y puso fuerza. Luego se acercó y en susurros me dijo — cuídate, princesa y a tu príncipe también —se alejó, soltó el bastón, volteó nuevamente al público y tomó mi brazo levantándolo —he aquí su nueva reina —nuevamente los aplausos y gritos se apoderaron del lugar. Me sentía incomodada por su actitud y por lo que me había dicho.
— Pero esto no sería posible sin Ene — prosiguió diciendo. Volteé a mirar al mencionado y él estaba estupefacto —ven, acércate Ene no seas tímido —continuó diciendo con un tono poco amigable y algo molesto. Ene se puso a mi lado, algo extrañado —hola, viejo amigo —susurro el presentador dirigiéndose a Ene. Sus pupilas cambiaron de color y se tiñeron de color gris. No comprendí, porque, pero Ene se veía nervioso —nos volveremos a ver, ¿recuerdas? —añadió amenazante y desapareció entre una extraña neblina, pero nadie se percató de su ausencia. Nuevamente la gente comenzó a aplaudir.
Le eche un vistazo a Ene, que seguía inquieto por el personaje misterioso.
— ¿Estás bien? —pregunté preocupada. Él negó con la cabeza.
— Tengo un mal presentimiento sobre esto —permanecí en silencio.
Nunca nadie dijo que esto fuera fácil, afortunadamente, adoro los desafíos. Siento el peligro, pero no sé que es lo que viene.
Supongo que siempre he vivido así. El peligro siempre está a nuestro lado y nunca uno sabe, lo que esta planeando. El peligro es algo a lo que todo ser vivo se debe enfrentar en algún momento, pero a final de cuentas el más fuerte es el que vive.