Capítulo dieciocho.
Gruño y me obligo a abrir los ojos cuando la alarma de mi móvil comienza a sonar. Saco la mano de debajo de las sabanas, intento coger a ciegas el móvil de la mesilla.
Tardo unos segundos antes abrir los ojos incorporarme de la cómoda cama. Me acerco a la ventana para subirla y dejar que los rayos del sol iluminen la habitación.
Observo por unos segundos la enorme casa que está justo al lado de la mía, la que tenía pensado comprar la primera vez que llegué aquí, y la cual no pude obtener por falta de presupuesto. Me parece increíble que nadie se haya mudado allí. Aunque es normal, muy pocas personas querrían mudarse en un lugar tan aislado de la población.
Me sobresalto cuando recuerdo algo. Cojo el móvil para verificar la hora, las ochos menos cuarto. Maldigo antes de tirarlo sobre la cama y correr al baño para prepararme.
Llevo tres años viviendo aquí, sin tener precisamente la necesidad de salir a buscar un trabajo; pero ya el dinero que tengo ahorrado en el banco es muy poco, Así que pensé que debería salir a buscar un trabajo antes de que mi cuenta del banco quede en blanco.
En América había hecho un curso de 2 años de auxiliar de enfermería. En su momento me pareció algo que valdría la pena tener, que quizás con este curso me sería más fácil encontrar trabajo, en cualquier lugar, según lo que he investigado.
Cojo el móvil y las llaves del coche antes de salir rápidamente de la casa.
Si consigo algún trabajo, tendré que quedarme en la ciudad durante toda la semana… No me agrada la idea de dejar la casa sola durante tanto tiempo la verdad.
Me detengo en seco cuando no veo el coche. Entonces de repente siento un leve pinchazo dentro de mi cabeza, seguido de un pitido. Frunzo el ceño. Entonces los recuerdos van llegando a mí como si alguien los estuviese insertando allí.
Tuve un accidente con mi coche. Afortunadamente a mí no me sucedió nada cuando la parte delantera de mi descapotable impactó contra aquel árbol.
-¿Frankly?- Digo mientras camino hacia la carretera.
-Hola Aneta.
Resoplo.- Anette Frank.- Le recrimino. ¿Es que nunca se va aprender mi nombre bien?- Necesito tu ayuda.
-Claro, lo que quieras.
-Tengo que ir a Broadford y…
-Aun no termino de arreglar tu coche. ¿Quieres que te lleve yo?
-Por eso te he llamado. Te lo agradecería mucho… claro, si no estás ocupado…
-No hay problema. En cinco minutos estoy allí.
Sonrío.- Gracias Frank. Te debo una.
Tardó diez minutos en llegar.
-¿No tienes frío con ese vestido?-Pregunta desde el asiento conductor nada más ver mi vestido color granate.
-Buenos días a ti también.-Digo mientras me abrocho el cinturón de seguridad. Nada más haberme abrochado el cinturón Frank pone el coche en marcha. Suspiro.- No, no tengo frío. Estoy bien.
Me mira entre ojos antes de encogerse de hombros.- Si lo dices tú.- Apoyo mi brazo sobre el borde de la ventana para seguido apoyar la cabeza sobre este. -Y bien… ¿Qué vamos hacer exactamente en Broadford?- Pregunta curioso al mismo tiempo que sube el volumen de la radio. Y añade antes de que conteste:- Tu coche estará listo en dos semanas. Le diste un buen golpe… tuviste suerte de haber salido ilesa
Asiento estando de acuerdo con él sobre lo del coche.- Intentaré encontrar trabajo.- Le digo contestando a su primera pregunta.
-¿Sobre qué?
-Auxiliar de enfermería.- Su nariz se arruga instintivamente.- ¿Qué?
-Nada… solo que… he escuchado que no es un trabajo muy agradable.
Río a la vez que niego con la cabeza.- No es para tanto.- Hace una mueca dudosa.- En serio, no es como la mayoría de la gente se imagina.
Se encoge de hombros.- Si tú lo dices, Anita.
Me quedo pensativa durante un momento tras escuchar su última palabra. Es como… si tuviese un gran vacío dentro de mi mente. Como si aquel diminutivo de mi nombre de mi nombre me llevase a una enorme pared de piedras, la cual es imposible de derrumbar.
-Escucha esto.- Exclama sacándome de mis pensamientos. Sube un poco más el volumen de la radio. ¿En qué momento la encendió?
-… Y aún las autoridades desconocen que pudo haber provocado aquella extraña y desconocida luz que iluminó gran parte del noroeste de Escocia, principalmente por la zona de Skye y las islas de alrededores la semana pasada, alrededor de las tres de la madrugada.
Entre las posibles hipótesis están los científicos que aseguran que lo que causó la luz se debió simplemente a la electricidad descargada en el aire tras algún agrietamiento de las rocas de la corteza terrestre; por otro lado, los conspiradores Ovnis aseguran que los responsables de aquella luz fueron precisamente los extraterrestres… y no nos olvidemos de la idea de que la extraña luz es una señal apocalíptica… escalofriante
-Qué extraño…- Murmura pensativo Frank.- Mierda, las mejores cosas pasan siempre cuando no las podemos ver. ¿No puedo haber pasado durante el día?
#23410 en Fantasía
#9378 en Personajes sobrenaturales
novela romántica, hombreslobo, magia amor romance misterio bruja hechizos
Editado: 12.10.2018