Hija de la Oscuridad #1

Epílogo

Cuando mamá habló por primera vez conmigo de ella, me tomó por sorpresa esa noticia, luego, vino el enojo, ¿por qué? Se suponía que yo era el único para ellos, y por esa razón fui educado para gobernar algún día el reino, con muchas lecciones fastidiosas todos los días, siendo solo un niño, tenía que soportar eso. Había algunos rumores, y usualmente yo no les daba importancia. Se decía que solamente las mujeres eran las destinadas a ocupar el trono, con la condición de que la niña naciera con un poder más allá del conocimiento. Lo sé, eso era completamente estúpido; hace muchos años que no nacía alguien así, y mucho menos una chica. Dudaba que eso fuese a pasar. Sin embargo, la bruja madre, dijo en algún momento que se acercaba un futuro incierto, calamidad, de la mano de una joven pelirroja, con una magia incierta de dominio compartido, al igual que el recipiente. En ese entonces, no comprendí esas palabras. Tampoco era muy común tener más de un hijo, incluso, si se daba el caso, la madre perdía la mayor parte de la magia, limitando su vida.

Mamá anunció a todos en la corte que tendría otro bebé. Algunos la felicitaron, y otros no recibieron con agrado la noticia. Al fin y al cabo, ella era la reina, y si moría, cualquiera podría atacar a un reino vulnerable.

–Ayleen, ¿por qué no me lo contaste? Estoy preocupado por ti – August, un hombre joven que había conocido mi madre en un viaje, cogió sus manos. Mi padre solamente los vio de reojo, desde una distancia prudente. No confiaba en él.

–Mi buen amigo, como lo siento. Jamás fue mi intención ocultarlo – sonrió con dulzura. Ella era una mujer encantadora –. Fue una sorpresa para nosotros. Tú sabes que en mi familia no es muy común.

–¡Y con toda razón! Ese bebé disminuirá tu magia.

–Estoy preparada para todas las consecuencias – ella acarició su vientre que aún permanecía plano, con total maravilla. Tan llena de vida y decidida.

 

Con el paso de los meses, fue otra cuestión. Se veía débil, apagada, como una flor marchitándose. Ese bebé la estaba consumiendo, pero nunca lo aceptaría. Para nosotros, la magia era vida, y sin eso, éramos cascarones vacíos.

La mayor parte del tiempo entrenaba con mi papá, el arte de la espada. Nunca hablé con él sobre mis verdaderos sentimientos, ¿quién tomaría en serio las palabras de un niño?, y tampoco expresé cariño hacia esa hermana, no sentía nada al respecto. Yo la repudiaba por consumir la vida de nuestra madre.

Era un niño estúpido y egoísta, y no solo eso, yo lo quería todo para mí. Durante el tiempo que estuvo en el vientre, jamás la amé y nunca sentí la necesidad de preguntar sobre ella. No me interesaba.

La niña finalmente nació.

Me rehusé a visitarla cuando sucedió. Ellos la amarían más.

Entonces la vi, y todo ese absurdo sentimiento de celos, desapareció. Una bebé tan banca, con un cabello rojizo y unos preciosos ojos color verde. Sonreía en brazos de papá. A pesar de ser tan solo una niña recién nacida, muchos la repudiaban. Y por esa razón, luego de su nacimiento, vivimos en Inglaterra, mezclados con la gente.

¿Quién era yo para odiar a una persona indefensa? Alice. Ese era su nombre. Prometí protegerla, no como un hombre del clan Morgan, sino como su hermano mayor. Sería su verdugo contra quien sea.

Después del accidente con nuestros padres, traté de protegerla en las sombras, mientras sus recuerdos eran sellados, pero de nuevo, esta vida la alcanzó con un alto precio que decidió pagar por su cuenta, y no pude cumplir mi promesa. Qué inútil hermano.

 

Los recuerdos de ella no lo dejaban descansar, ella tendida en un charco de sangre con una terrible herida en el pecho. Melanie trató de consolarlo, pero no tenía palabras para describir lo que él sentía, porque ella también tenía un gran dolor en su corazón. Perdió a su amiga, su hermana a quién vio crecer hasta convertirse en una hermosa mujer.

Frente a la chimenea, solos, hubo un gran silencio. La batalla terminó con muchas muertes, incluyendo la de Alice y la desaparición de Eligia. El aquelarre huyó con August. Tal vez para replantearse la situación. No lo sabían con certeza.

–Perdóname – se disculpó Melanie –. Si fuera más fuerte, esto no habría sucedido – colocó su mano en el hombro del joven y esté le dio un apretón. Ella siempre lo acompañaba.

–Estás aquí conmigo. ¿Qué haría si también te hubiera perdido?

Lo sabía. Estaría destruido.

–Me pregunto si Ethan lo sabrá.

–No me hables de ese hombre. En cuanto lo vea lo mataré.

–¿Por qué? Él sacrificó una parte de su alma para salvar a tu hermana – Melanie estaba convencida que en alguna parte él estaría sufriendo a su manera –. Creo que ellos dos se quisieron a su manera. Dos almas que no pudieron estar juntas en esta vida.

–Melanie – dijo su nombre, y en ese instante hubo un gran silencio antes de continuar - ¿Qué sucede si resucitas a una bruja?  - la miró seriamente. Era una locura solo pensarlo.

–No lo hagas – le dijo con angustia, pero con un tono firme –. Es un tabú traer a una bruja de la muerte al igual que retroceder el tiempo. Son los dos tabúes más importantes de nuestro mundo, y lo sabes. No puedes romperlos, ni siquiera lo pienses.



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En el texto hay: romance, magia, sobrenatural

Editado: 25.03.2023

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