Me desperté como todo los días, mire el techo de mi habitación por unos 10 minutos hasta que sentí la puerta de mi habitación abrirse dejando ver a mi nana, este me sonrió y luego levantó su mano haciéndome entender que tenia solo 5 minutos para levantarme hacer mis necesidades e ir al instituto ya que luego de clases tenía que ir a entrenamiento de patín. Así que lo hice, entré al baño para darme una ducha rápida y hacer mis necesidades matutinas, luego de unos 20 minutos ya estaba con el uniforme el cual era una pollera marrón tableada, camisa tres cuartos blanca, medias blancas y zapatos negros junto a un estúpido saco rojo, al mirarme en el espejo puse los ojos en blanco me veía patética, tomando mi mochila bajando las escaleras, mi abuela me sonrió y me acerque a darle un beso en la frente.
Buenos días, ma. -dije sentándome al lado de ella para tomar mi desayuno, desde pequeña le decía así- ¿Dormiste bien? -le pregunté con la taza de café en mis manos.
Buenos días, hija mía. -habla mi abuela con una sonrisa de oreja a oreja- Dormí bien cariño ¿Y tú?
Bien también, ya sabes no deje de pensar en la rutina para las regionales y estoy nerviosa. Si todo sale bien podemos conseguir un contrato profesional y eso me asusta. -admití con un suspiro ella me tomó la mano.
Eres muy talentosa hija vas a ver que todo va a salir bien. -dijo y le sonrió siempre me animo con las cosas- Además estas con Elías que es igual de talentoso que vos así que no te preocupes y disfruta.
Eres la mejor abuela... -dije riendo con diversión- ¿Sabes algo de mis hermanos? -le pregunté, aunque no los veía mucho siempre llamaban a la abuela y muy pocas veces venían a visitarnos.
Con tus hermanos no hablé, tengo entendido que están en una misión… -hice una mueca y asentí con mi cabeza- Hablé con tu Padre…
No es mi Padre… No quiero saber nada de él. -la interrumpi con enojo, me abondo con solo 6 años y lo odio por ello- Sabes que aun que sea tu hijo y la persona que me engendró nunca lo llamaré así, lo odio y el me odia a mi.
Hija… -la miró con fastidio y ella asintió con una sonrisa torcida- Está bien mi niña, hablé con el Coronel Miller y nos invitó a ir a la entrega de medallas de condenación de Jonathan. -reí sin ganas cruzando mis brazos.
¿Enserio se acordó que abandonó una hija o que tiene una? -dije y negué con enojo la escuche suspirar- Nana, te amo y ya no soy una niña de 8 años que preguntaba por él y tu me decías cosas buenas de él, -hice una pausa mirándola a los ojos- No me tienes que mentir se que te llamo para que vallas tu sola, de seguro te dijo algo como: “Si vienes madre que sea sola, no quiero ver a esa niña idiota” -la mire y cuando no dijo nada supe que estaba en lo cierto.
Tus hermanos estarían felices de verte, y lo sabes… No pienso dejarte sola aquí si no vienes conmigo no voy. -sentenció y suspiró levantándose de la mesa al ver la hora.
Nana no te alteres, por favor. -me acerqué a ella y le tomé las manos- ¿Tu quieres ir a ver a tus nietos? -ella asintió y cierro mis ojos para luego sonreír forzadamente- Si quieres ir, vamos a ir abuela. Sabes que no puedo decirte que no.
Por eso eres mi nieta preferida… -dijo con una gran sonrisa y negué divertida- Estoy orgullosa de ti hija mía.
Si hablamos de nieta mujer soy la única, aparte vivo contigo es obvio que soy tu nieta preferida abu… -hable para luego darle un beso en su frente- Debo irme a la escuela no te esfuerces mucho y luego sacó los boletos para ir a España. No le digas al Coronel no quiero que se enoje contigo. Te amo abuela. -grite tomando mi mochila, las llaves de mi moto y el casco.
Y yo a ti hija mía, vete con cuidado. -grito haciéndome reír nuevamente.
Al subirme a mi moto, me acomode el casco y me puse en marcha hacia la escuela, gracias al dinero que el Coronel Miller le mandaba abuela por criarme puede comprarme una moto, ya que ella nunca tocó ese dinero. Hace unos meses empezó a sentirse mal y el médico me dijo que no le quedaba mucho tiempo, por lo cual debía cuidarse y no pasar malos momentos. No quería ir a España a la condecoración de Jonathan, no porque no quisiera estar con mis hermanos sino porque no quería ver a mi Padre, pero no le podía decir que no a la abuela.
ʕ•́ᴥ•̀ʔっ♡
Al salir de la escuela fui al gimnasio para practicar con mi amigo y perfeccionar el baile para lla presentación. Me encontraba en la pista de patinaje con mi compañero, estábamos practicando un elevamiento para las regionales, cuando veo entrar al padre de mi compañero con enojo, fruncí el ceño.
Vamos Elías estira los brazos… -gritó el entrenador, sentía como los brazos de mi compañero comenzaban a temblar, mire hacia abajo y fue entonces que caí sobre su cuerpo- Maldición Elías tienes que estirar bien los brazos, si no puedes hacer que Becca se lastime o peor tu. -suspire levantándome y lo mire.
Elías… -dijo una voz masculina y lo ignoré mirando a mi mejor amigo, compañero de patinaje desde los 10 años.
Vamos amigo se que puedes, ya lo hemos hecho en varias oportunidades. -dije mirándolo con una sonrisa- ¿Qué pasa por tu cabeza?