Seguimos en silencio caminando y entré en busca de mi uniforme junto a Jonathan ya que James tuvo que ir con nuestro Padre no se a que ni porque. Había un hombre de unos 40 años que me miró de arriba abajo lo que me hizo sentir incómoda por primera vez desde que estoy aquí, se ve que mi hermano lo noto y me abraza tomándome de la cadera en forma protectora.
Cadete Miller... -dijo con voz ronca sin dejar de mirarme y me acerqué más a mi hermano.
Josue, vinimos por el uniforme de la nueva cadete... -dijo en tono serio y directo.
Señorita su nombre... -habla en un susurro ronco que me dan ganas de vomitar.
Jones... Rebecca Jena Jones. -dijo en voz clara y fuerte, siento la mirada de mi hermano, pero la ignoro.
Perfecto espere unos minutos voy a por su uniforme. -dice este guiñándome un ojo.
¿Jones? -pregunta en susurro mi hermano mayor y le sonrió.
Me he anotado con el apellido de la nana... -me encogí de hombros y suspiré- Sabes que el apellido Miller no me lo dejará usar nuestro Padre, aunque cuando miren los documentos se va a saber que soy su hija.
Enana no digas eso... -dice Jonathan tomándome del mentón para que lo vea- Sabes que nuestro Padre te quiere a su manera, pero lo hace.
Si como sea... -digo dándole un golpe en el brazo- Oye ese Señor me da miedo.
¿Por qué piensas que estoy contigo? -lo miro y este mira detrás de mí.
Aquí está su uniforme Señorita Jones... -me quedo en mi lugar y Jonathan toma la bolsa.
Gracias Josue... -dice serio y me hace caminar hacia la salida dejando escapar un suspiro pesado.
Gracias hermano. -este sonríe y empezamos a caminar una mujer muy linda se nos acerca.
Cadete Miller... -dice firme pero veo brillo en sus ojos- El Coronel Miller lo está buscando.
Muchas gracias Ali... -dice este con una sonrisa y el mismo brillo en sus ojos- Bueno sabes tu cabaña enana te paso a buscar para ir a cenar. -asiento con una sonrisa y este me da un beso en la frente- Te quiero. -dice y sale corriendo. Miro a la chica que está mirando a mi hermano y río.
Disculpa... -hablo y esta me mira con el ceño fruncido- Como verás soy nueva y no recuerdo el camino hacia las cabañas. ¿Me podrías ayudar? -digo con una sonrisa tímida.
Si, con mucho gusto Cadete... -me mira y extiende la mano.
Jones, Rebecca Jones... -esta se siente tomando mi mano en forma de saludo.
El camino a la cabaña fue en silencio, por lo que se es una de mis compañeras y tiene 18 años, desde que me vio con mi hermano no me ha dirigido mucho la palabra y me mira mal. Al llegar a la cabaña veo a unas chicas que al verme se quedan sorprendidas.
Chicas ella es nuestra nueva compañera, Rebecca Jones... -dice Alison les doy una sonrisa.
¿Así que tú eres la nueva? -habla una chica de mi estatura y de pelo negro la cual me mira fijamente, asiento ante su pregunta- La que anda con los hermanos Miller.
Espera ¿Qué? -pregunto con el ceño fruncido.
Si… En la academia se esparció como pólvora que andabas con ambos hermanos… Los Miller. -dice otra de la chica castaña y la más alta de todas. Miro a Alison para que me explique.
Por la forma en la que se saludaron y los vieron a los tres muy abrazados... -dice esta y niego con una sonrisa.
No, ando con ninguno de los dos... -hago una mueca de asco como si fuera a vomitar- Eso sería incestó y los demonios me hicieron imaginar cosas con mis hermanos.
¿Hermanos? -gritan las cuatro al mismo tiempo lo que me hace reír.
Si, son mis hermanos... James es mi mellizo y Jonathan es el mayor.
¿Pero no tienes el mismo apellido que ellos? -dice Alison la cual está confundida al igual que el resto.
Bueno en realidad sí, pero usó el apellido de mi Nana. -me encogí de hombros para restarle importancia- Es una historia que no me apetece contar. Pero díganme como se llaman aunque debo decir que soy mala con los nombres. -todas reímos y me hace sentir un poco más cómoda.
Mientras me cambio con la ayuda de Alison que me dice como es el uniforme, las chicas se presentan la más alta de las cinco me incluyo se llama Olivia y tiene 17 años. La pelinegra se llama Victoria y tiene 16 años al igual que Karen, rubia de ojos claros y es la más callada de todas. Una vez que estaba cambiada con el uniforme seguimos hablando, todas están aquí desde los 10 años y quieren ser militares o lo que sea.
Me encantan tus uñas... -dice Karen y le sonrió- No se te van a romper con los entrenamientos y demás. -Niego con la cabeza.
Son acrílicas y son muy difíciles de romper. -todas asienten mirando mis uñas con un brillo en sus ojos- Cuando quieran se las hago, no creo que haya problema ¿verdad?.