Nos habían despertado nuevamente a los gritos y no faltaban las malditas explosiones de las granadas, dándonos a entender que teníamos entre 60 a 120 segundo para estar listos en el campo principal, la mañana estaba fresca y en cualquier momento se largaría a llover, solo esperaba que nos dejaran ir por las condiciones climatícas, pero al ver la cara de mi padre junto a otros tres coroneles supe que no iba a ser posible.
•̀ Cadetes afuera camperas... -grito mi padre y fruncí el ceño estaba haciendo frio, todos hicieron lo que pidió, imite a mis compañeros- Ahora se van a quedar aquí esta que yo lo diga. ¿Entendido?
•̀ Señor, si Señor... -gritamos respondiendo a su orden.
Al pasar los minutos, el frio comenzó hacer estragos en todos, pero los coroneles estaban abrigados sin pasar frio, claro paso por al lado mío mi padre y me miro con seriedad, solo me limite a mirar al frente sin dirigirle la mirada. Luego de una hora la lluvia se hizo presente, el frio calaba lo más profundo de mis huesos, estaba temblando al igual que todos mis compañeros, apreté la mandíbula ya que sentía como mis dientes chocaban haciendo un sonido horrible. Mientras pasaban los minutos iba dejando ir a algunos cadetes, mis compañeras ya se habían ido, al igual que mis hermanos, solo quedábamos cinco. Podía ver la sonrisa de mi padre, pero no le iba a dar el gusto de verme caer, si tenia que aguantar todo el maldito día bajo la lluvia parada mirando hacia el puto campo lo iba hacer. Al parecer se dio cuenta que no iba a rendirme ya que dejo ir a los cuatro cadetes dejándome sola, se paro frente a mi con los brazos cruzados mirándome fríamente.
•̀ ¿No piensas rendirte?-pregunto y negué con la cabeza ya que no era capaz de abrir la boca por el frio- Nunca debiste venir aquí, mejor dicho nunca debiste de nacer. -gruño a lo que apreté mis puños por detrás de mi espalda- Déjame decirte que nunca vas a ser digna de llevar el apellido Miller, porque eres un maldito error del cual debí deshacer...
•̀ Comandante Miller creo que es suficiente por hoy... -escuche la voz de un hombre del cual no había visto nunca- Cadeta puede retirarse.
•̀ Señor, si Señor... -respondí con voz entrecortada por el frio, pude ver una sonrisa y la mirada fulminante de mi padre.
Intente caminar rápidamente a la cabaña necesitaba un baño de agua caliente, al llegar a la cabaña Ali estaba junto a Oli, al verme se acercaron ayudándome a caminar al baño, me dolía el cuerpo, tenia mucho frio. Me queje cuando el agua caliente golpeo mi cuerpo frio, saliendo de la ducha, puede escuchar murmuro de mis amigas pero no abrí los ojos comenzaba a disfrutar el agua en mi cuerpo. Me acomode escondiendo mi cara entre mis rodillas tratando de entrar en calor, cerré los ojos con fuerza.
•̀ Becca tienes que entrar a la ducha, estas congelada... -escuche la voz de Ali, junto a su mano en mi frente.
•̀ No quiero... -me queje con la voz ronca, volví a cerrar los ojos para tratar de dormir, pero otras manos me sacaron de la cama me queje- No, no quiero...
•̀ Vamos pequeña tenemos que bajar la temperatura... -dijo Jonathan y negué con la cabeza, grite cuando el agua toco mi cuerpo, empecé a patalear para salir de ahí, no quería ducharme, solo necesitaba dormir- No llores enana, es por tu bien...
Lagrimas mojaban mis mejillas las cuales se camuflaban por el agua artificial que caía en mi cuerpo, Jonathan estaba abrazándome por la cintura ambos mojados, una vez que el agua se apago sentí una toalla envolverme aun no abría los ojos no tenia fuerzas para nada.
•̀ Ve yo me encargo Jon... -esta vez hablaba Vicky.
Con dificultad me cambie de ropa con la ayuda de mi amiga, no me agradaba pero prefería que ella me viera desnuda antes que alguno de mis hermanos. Una vez cambiada, ambas salidos del baño y pude ver a K terminando de armar mi cama, le sonreí más bien creo que fue una mueca y me ayudaron a acostarme, sentí como mis amigas se sentaron en mis costados.
•̀ Descansa, te va hacer bien... -escucho a lo lejos pero no puedo distinguir quien es la que me esta hablando.
•̀ Gracias chicas... Las quiero. -hable con los ojos cerrados acurrucándome en busca de calor y en cuestión de segundo caí en la oscuridad.
ʕ•́ᴥ•̀ʔっ♡
Desperté con un fuerte dolor de cabeza, mi cuerpo dolía como el mismo infierno, me queje del frio tapándome hasta la cabeza, una punzada de dolor en mi cabeza me atravesó y gruñí cerrando con mas fuerza mis ojos tratando de hacer desaparecer el dolor. Unas manos sacaron la frazada de mi cabeza y me queje.
•̀ Cadeta Jones estas no son horas de seguir durmiendo... -grito una voz gruesa la cual reconocí, era Alexander- Levántese ahora si no quiere un castigo...
•̀ Señor ella...
•̀ No le he dado permiso para hablar Cadeta Gutiérrez... -volvió a gritar y con mucho esfuerzo me levante de la cama- Tiene 60 segundo para estar cambiada. ¿Entendido?
•̀ Señor si señor... -murmure con esfuerzo me cambie, las chicas no estaban en la cabaña asique decidí esforzarme para que no sufrieran un castigo por mi.
Al llegar al campo, pude sentir las miradas de mis hermanos al igual que las de mis amigas, sentía mi cuerpo temblar, tenia puesta la doble campera mientras que la mayoría estaba en remera, sentía las gotas de sudor frio bajar por mi cuerpo y frente. Teníamos que realizar el calentamiento, ósea correr 20km, cada pazo que daba o bocanada de aire dolía todo mi cuerpo y las puntadas en mi cabeza eran horribles.