Despierto y lo primero que veo es que no estoy en mi cabaña, suspiro pero luego miro a mi alrededor y frunció el ceño, me incorporo rápidamente en la cama y un dolor de cabeza se hace presente, siento frío al apoyar mis pies en el suelo. Me encuentro con una remera blanca de hombre que me queda lo suficiente grande para tapar lo debido, trato de recordar qué fue lo que pasó o porqué estoy aquí pero nada, decido que lo mejor es irme antes que llegue la persona que ha salido, pero al mirar por todo el lugar una foto me llama la atención y me acerco a ella tomando el portarretrato, abro mi boca a ver a mis hermanos con Alexander, los tres se encuentran haciendo caras tontas con sus uniformes, se nota que es de años atrás, trago duro era igual de guapo que antes, dejó la foto donde estaba, pero mis ojos se enfocan en otra foto donde había una niña, la tomo y en ella está Alex con Jonathan con el uniforme de la academia con unos 16 años y en medio de ellos en sus hombros estaba yo con unos 12 o 11 años con una gran sonrisa al igual que los otros dos mencionados, Cooper no mira a la cámara sino a mi y fue entonces que algo me llama la atención detrás de ellos y abro mi boca al ver a mi nana mirándonos feliz. La puerta se abrió dejándome ver a Alex provocando que la foto se me resbalara y esta cae al suelo haciendo un gran ruido me quedo parada en mi lugar y este me mira con una expresión que no entiendo.
•̀ Becca... -dice en un susurro y cuando doy un paso atrás hago una mueca cuando siento vidrios en mis pies- Becca no te muevas hay vidrios y te puedes cortar.
•̀ Lo siento... -digo mirando el portarretrato con el vidrio roto, este sacude la cabeza.
•̀ No te preocupes... -dice y cuando ve la foto tensa los músculos de su espalda para luego mirarme serio aquí viene de nuevo pensé- ¿Cómo te sientes?
•̀ Bien, mejor de lo que merezco… -dije en susurro este asintió mirándome- ¿Qué hago aquí?
•̀ Digamos que ayer te pasaste de copas y tuve que traerte para supervisar que no te ahogaras en vómito, sacando que me rogaste que me quedara contigo. -hablo subiendo los hombros y no mire con la boca abierta.
•̀ Yo no... Mierda… -suspire sintiéndome idiota y este abrió la boca y la volvió a cerrar levantándose del suelo con la foto en su mano- Mira castígame bien, lavando los baño, en la Cocina o en el lago, prefiero mil veces el agua que... -siento sus labios encima de los míos, estoy sorprendida cuando se acercó a mí, mas no le sigo el beso y me separo mirándolo.
•̀ No entiendo... -susurro mas para mi que para él pero al parecer me escucho- Yo no...
No puedo terminar de hablar ya que vuelve a besarme y le devuelvo el beso, este es un beso necesitado, el me toma de la cadera acercándome mas a él, mis manos van a su cuello y juego con su pelo, nos separamos por falta de aire, nuestras respiraciones son rápidas lo miro a los ojos y este vuelve a besarme tomándome de los muslos para así enrollar mis piernas con su cadera, siento la pared en mi espalda y suelto un gemido al sentir el frío pasando la tela de la remera. Siento su mano en mi trasero y ahí es cuando mi frenesí se acaba me separo de él, este me mira sin entender y saco sus manos de mi cuerpo para que mis pies toquen el suelo, cruzo mis brazos sobre mis pecho para poner distancia y este lo entiende dando varios pasos hacia atrás, me muerdo el labio mirando mis pies descanso y ambos estamos en un silencio incomodo, tomó una bocanada de aire profunda cuando sus pies aparecen en mi campo de visión no quiero mirarlo me da miedo que reaccione igual que en el gimnasio.
•̀ Becca... -me llama mas no lo miro estoy avergonzada- Mírame Becca... Por favor mírame Rebecca... -niego tragando la sensación tan extraña que tengo en el estomago, este me toma del mentón obligándome a mirarlo- Se que me comporte como un idiota, pero tengo miedo de lastimarte.
•̀ No... No sigas Alexander. -digo tratando de desviar la mirada pero no lo logro ya que no me puedo mover- No se puede tener miedo de algo que ya se hizo. -se alejó de mí mirando donde se encontraba la foto.
•̀ ¿Te acuerdas de ese día? -me pregunto luego de unos minutos y negué con la cabeza- Cumplías 12 años y tus hermanos hablaron con Ángeles...
•̀ Mi nana... -susurro tratando de recordar ese día pero no lo recuerdo.
•̀ Si, Jonathan y James me pidieron que lo acompañara ya que querían que me conocieras sin contar que Ángeles quería que valla con ellos... -dice con una sonrisa torcida y al mismo tiempo triste- Cuando saliste y viste a tus hermanos sonreíste como un ángel lo primero que abrazaste fue a James y luego a Jonathan estabas con ese vestido blanco, cuando me miraste supe que estaba completamente enamorado de ti... -confiesa y abrí mi boca con sorpresa ya que empecé a recordar ese día.
•̀ ¿Qué? -dije confundida con esa confesión- Tenía 12 años y tú unos 17... -hablé y este asintió con una mueca.
•̀ Lo sé… Lo sé, me sentí tan extraño y al mismo tiempo mal por como me hacías sentir... -hace una pausa y se acerca a mi- Cuando te alce para tomarnos las foto no podía dejar de mirarte, estabas hermosa y me sentí un pedófilo al sentir esas cosas por ti.
•̀ ¿Mis hermanos lo sabían? Es decir ellos... -pregunte y este negó con un sonrisa
•̀ Jonathan ese día me encaró a mi y me pregunto ya que yo no podía dejar de mirarte... -este se acerca más a mi y me tomó de la mejilla- Y cuando me encontró en tu habitación se volvió loco, le mentí le dije que me haces recordar a mi hermana, porque tengo una hermana de tu misma edad. -hizo una pausa y luego continuó- Supe en ese momento que lo que sentía por ti no iba hacer posible, tenias 12 y yo 17 la diferencia de edad era abrumadora.