Hija del Fuego

Capítulo 1

“If something burns your soul, it´s your duty to be reduced to ashes by it.” (BUKOWSKI)

Puedo escuchar el viento silbando y susurrando en mi oído, el frío que trae con el, las gotas de lluvia que empuja hacia un lado, escucho el vacío y la tensión de todo lo que me rodea, siento que hay muchas personas alrededor mío, pero es como si estuvieran muertos, puedo ver la oscuridad al mirar a cualquier dirección, y veo una sombra al frente de mí, lejos, pero siento que me mira, sé que me está mirando y veo como la lluvia golpea su cuerpo y como el viento mueve su cabello.

 

-¡arriba! ¡Ya salió el sol, levántate, levántate! Y los gritos de Scott me traen a la realidad, despierto de mi sueño, salta en mi cama y jala mis frazadas.

-Ya desperté, ya voy- farfullo.

-Ya. Vamos, a desayunar, quiero cereal de… ¡chocolate con leche!

-Mmmm-murmuro, no sé cómo camino y le sirvo el desayuno a mi hermano, solo siento que estoy en un estado automático, le dejo el tazón de cereal en la mesa y vuelvo a la cama, me arden los ojos, y me duele la cabeza, quiero mi adorada cama, y dormir sólo cinco minutos, o diez.

 

-¡Dios que ojeras! ¿No dormiste o qué?

-Si pero no, ósea no sé, dormí pero me siento cansada, me siento mal.

-Y te vez mal.

-Cállate.

Celeste es mi mejor amiga, o eso creo, pasamos mucho tiempo juntas y compartimos los mismos gustos por los tatuajes, la tv y los libros, lo único en lo que no concordamos son chicos, pero la veo siempre en las tardes, después de clases, nos vamos caminamos hasta que llegamos a su casa y de ahí yo continuo mi camino a la mía.

-¿Y hablaste con quien sabemos?

-No, mejor lo dejo así, ya sabes como soy.

-Ajaja te entiendo.

Si, ella me entendía porque las dos éramos tan parecidas en ese sentido también, las dos nos encaprichábamos con algo y al tener ese algo nos aburríamos y lo dejábamos de lado, ella lo era más con las cosas, yo por otro lado....con las personas, para especificar, con los hombres, y eso me metía en muchos líos emocionales, no de mi parte, o no, nunca.

-¿Y si te busca?

-Estoy rezando porque no me busque, que me odie y me aborrezca no quiero verlo nunca más, si me lo encuentro me hago la loca, ciega, sorda y muda.

-¿Y ahora? ¿Quien será el siguiente?

Solo pude sonreí maliciosamente, porque la respuesta era: quien sabe, puede qué conozca a alguien en un mes, tal vez más, o tal vez alguien que ya conozca pero prefiero la primera opción.

No me malentiendan, no soy una zorra, puta, fácil u ofrecida, al contrario, es muy difícil que alguien llegue a gustarme, y ese es el problema cuando encuentro a alguien que me guste me encapricho, y por alguna razón no tengo que hacer nada para que ese chico también se encapriche conmigo, simplemente caen como moscas, como abejas a la miel, el problema es que me aburren o encuentro un defecto, una palabra, una frase incorrecta y entonces puf bye saliste de mi cabeza, y solo he tenido 6 novios, no es mucho, y eso en todaaaa mi vidaaaa en mis largos 25 años.

-¿Dónde se fue el sol?- se queja Celeste

Pero no pude responderle, porque en ese momento vi como todo nuestro alrededor se oscureció como si viniera una tormenta, el viento empezó a soplar y la lluvia a caer, estábamos en el jardín de su casa, recostadas mirando al cielo, recibiendo los rayos del sol, y de repente todo se volvió oscuro, y el viento levantaba mi cabello y no me dejaba ver bien.

Sólo escuche a Celeste gritar.

-¡¿Qué carajos?! ¡Corre!!Amy!!

Pero no corrí, mire hacia arriba donde anteriormente estaba mirando Celeste, y lo vi, un agujero negro, y muy grande, tan grande que abarcaba todo el espacio del jardín, sentí que Celeste me jalaba junto a ella para que corriéramos pero yo no podía moverme, solo me quede mirando el cielo y de repente sentí que el agujero se acercaba a mí, más y más pero fue cuando voltee para ver a Celeste que vi que no era el agujero lo que se acercaba, era yo quien se iba adentrando en el, me estaba atrayendo, absorbiendo a su interior, a mí, solo a mí.

 

Al abrir mis ojos vi otra vez un cielo oscuro, era de noche pero no había ninguna estrella, ni la luna, nada, y al intentar levantarme sentí una punzada en la cabeza, era genial, seguramente me había golpeado al caer del agujero negro, porque obviamente no estaba en el jardín de Celeste, ni Celeste estaba por aquí, lo único que veía era escombros, piedras a mi alrededor, pero nada más, y no se escuchaba ni un sonido, únicamente que mi respiración.




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