Hija del Fuego

Capítulo 5

Luna

Cuando llego a la hoguera, lo primero que hago es buscar a Araid. Pero no lo encuentro, no hay señales de ninguno de los tres fueguitos. Así que comienzo a buscar a Esdra o Iago. Ese es el problema de vivir debajo de la tierra, donde todos se desplazan como criaturas subterráneas, apenas tenemos “habitaciones”, simples cuevas, para mi son agujeros en la tierra, prefiero el aire libre. Ahora… ¿Dónde estarán estos charcos de agua? No tengo una respuesta, lo único que me queda por hacer es ir a los lugares principales, donde comen, donde duermen, a las cascadas, y a la única entrada en la que podrían estar. Pero la entrada a las tierras pastizadas está demasiado lejos, por lo que tardo demasiado tiempo en revisar todos los anteriores lugares, para luego dirigirme a la entrada. ¿Y si no están ahí? Pues me quedare con una única opción, ir al Reino de Fuego, a buscar a Araid, el problema es que apenas puedo soportar estar en las arenas, ir más lejos, es casi insoportable y un suicidio.

Pero tengo suerte. Esdra e Iago están en la entrada, vigilándola. Se ven mejor, aún tienen heridas, pero han comenzado a cerrarse. Al verme llegar, correr a abrazarme. Niños.

-Pensábamos que…- me dice Iago.

-Si, yo también, pero Araid me ayudo, estoy bien. Ahora tenemos otros problemas, problemas más serios, problemas graves. ¿Dónde está Araid y los demás?

-Solo vimos a Ari, hablamos con él, luego se fue, iba a encontrarse con Amy y Araid en las arenas, al parecer los dos estaban demasiado cansados debido a un ataque de una criatura venenosa, y no se que otras complicaciones.- Responde Esdra.- ¿Qué sucede Luna? ¿De que problemas hablas?

- Cuando estaba recuperándome en las tierras rocosas, vi a Jay y Brent, abrieron un agujero.

-¿Qué? ¿Por qué?- grita Iago.

-No lo sabía, deseaba venir directamente aquí, pero decidí esperar a que volvieran….- Miro a Iago.- Lo que te voy a decir no te va a gustar. Tienen a Celeste y a Scott.

-¡¿Qué?! Tenemos que ir por ellos.- comienza a moverse de un lado al otro.- ¿viste donde los llevaban? ¿Cómo estaba ella? ¿La lastimaron?

-Tranquilo, iban en dirección a las tierras pastizadas, los vi bien, no tenían ninguna herida, al menos no alguna que yo haya podido ver, sólo estaban bastante asustados. Ahí que encontrar a Araid, Amy y Ari, no podemos ir solo los tres, somos muy pocos, incluso con ellos, nos superan en número Iago, tenemos que planear muy bien esto.

-¿Pero para que quieren a Celeste? Entiendo que quieran a Scott por ser el hermano de Amy, pero ¿Celeste?

-No lo sabemos, tal vez ella sólo estaba ahí intentado proteger a Scott. De todas formas está es una trampa para Amy, los utilizaran para matarla, para matarnos a todos, no podemos arriesgarnos. No les harán nada, los necesitan, así que tranquilízate. Enfríate, no quiero ver como hierves. Nuestra prioridad ahora es encontrar a esos tres, ustedes no pueden ir al reino de fuego, lo cual me deja en una complicación, yo solo puedo ir hasta los limites de las arenas y el reino de fuego. Pero hare lo que pueda, necesito que ustedes continúen vigilando la entrada, es posible que vengan a dejar un mensaje, informando que tienen a Celeste y Scott.

 

Araid

Dragones. De todos los colores, de todos los tamaños, nos rodean. Literalmente. Alrededor de cien, o tal vez más, nos rodean, dejándonos a Amit, Furia y Arnieskor en el centro de la reunión.

-Amit, tenemos que controlar la situación, hemos reclamado el derecho sobre el fuego, sobre ellos, deben obedecernos. – le susurro. Furia y Arnieskor están demasiado tranquilos observando a todos los dragones. Traidores. Se supone que deben protegernos, aunque no creo que puedan protegernos de aquel dragón de aproximadamente 10 metros. Pero tampoco es para que se queden sin siquiera hacer el intento.

-¿Cómo me entenderán? ¿Acaso hablo idioma dragón? ¿O tú lo haces?

-El fuego Amit, ¿recuerdas lo que te enseño Ari? Controla el fuego, domina el fuego. Forma parte de ellos, están dentro de sus cuerpos. Yo te ayudare.

-Espera.

- ¿Qué?

- Que esperes.

-¿Ha QUÉ? ¿Qué nos despedacen con sus garras? Somos inmunes al fuego no a las filosas y enormes garras o dientes que tienen.

-Shh me estás poniendo nerviosa.

-¿En serio? Lo siento, pensé que estar rodeado de muchos dragones ya te había puesto nerviosa.- me mira, con una mirada de desaprobación.

-Tu sarcasmo no ayuda.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.