Hija del Lobo y la Luna

Capitulo 6- cuatro. Martes

Capitulo 6 cuatro. Martes

Estoy en la playa, está oscuro pero las olas me tranquilizan. Unas luces se me acercan, me rodean y juegan conmigo. Rio hasta que noto que todas ellas se colocan en fila y se van una de ellas se queda en frente mío flotando de pronto se acerca a mí con rapidez y comienza a rodear mi cuerpo en forma ascendente y en espiral.

Se detiene en mi hombro, envuelve mi brazo derecho haciendo que este se levante por su cuenta. La luz rodea mi muñeca, comienza a girar rápidamente y luego desaparece dejando en mi muñeca una pulsera ancha de color plateado con unos dibujos extraños y piedras pequeñas incrustadas en el.

Las luces anteriores vuelven para luego irse una por una. Esta vez las sigo. Ellas son juguetonas a mi alrededor, algunas bailan otras haces carreras yendo hasta las olas y vuelve. Me hacen reír

-ya deténganse- les digo mientras sonrió y ellas se colocan una al lado de la otras frente de mi. Estilo fila militar  -¿Dónde me llevan?- rompen las fila algunas se quedan delante de mí y el resto detrás, estas me empujan. Trato de quejarme pero no puedo, ya que por lo que se ve mi nuevas amigas quieren enseñarme algo, como la otra vez.

Me detengo. Las olas rompen contra la playa, la luna estaba opaca pero llena. Sentado en la arena noto un hombre, al mismo hombre de la vez pasada. Sus pies se mojan cuando las aguas llegan a el, tienes las sus codos apoyados en sus rodillas. Esta encorvado hacia adelante mientras que su cabeza la tiene echada hacia atrás. Esta mirando la luna. La contempla. La añora. La adora.

-hola- le digo mientras trato de acercarme a el.

-no te oye- la dulce voz de una mujer hace que me de vuelta. Siento paz. –lo hará si yo quiero-

-¿que?-

-espera-

De pronto las aguas se calman. Observo las observo y noto que están tranquilas, no hay ninguna ola. La luna comenzó a tener brillo y mis amigas, las luces aparecen y se dirigen en el medio del mar. El silencio se rompe cuando se escucha el llanto de un bebe.

El hombre rápidamente se levanta de su lugar y mira a su alrededor, igual como lo hago yo pero el llanto proviene del mar. El hombre desesperado se zambulle en el en busca del llanto.

Las luces se colocan rodean algo desde el cielo y comienzan a girar con velocidad. El hombre recoge algo y lentamente vuelve a la playa. El llanto cesó.

Apenas el pone un pie en la arena seca el sonido de olas rompiendo contra la costa se reaviva y la luna se vuelve a opacar. El se sienta abraza lo que saco del mar y comienza a llorar mientras se balancea atrás hacia adelante observando la luna.

-¿es ella? ¿Es mía? dame una señal por favor. Por lo menos su nombre- grita hacia la nada.

Ver esa escena me desgarra por dentro y no se porque

-¿me ayudarías?- la dulce voz esta cerca de mí. Giro mi cabeza levemente hacia un costado y ahí la veo. La mujer de mi sueño pasado parada a mi lado pero sin el bulto prominente en su abdomen -¿por favor?-

Al verla, la reconozco pero no se quien es -¿Cómo podría ayudarte?-

-dándole un mensaje- mientras me mira cabecea levemente hacia el hombre sentado en la playa.

-¿Qué tiene en sus brazos?- la pregunta sale de mi boca esperando que su obvia respuesta no sea la que tengo en mente.

-a nuestra hija- como dije la respuesta era obvia

-¿te parece abandonar a una niña en medio del océano?- le pregunto noto un poco de ira en mi voz.

-fue así como yo llegue a el, fue así como me aleje de el. Ella tenia que volver de alguna forma y el creador tiene formas misteriosas- su contestación apacigua mi enojo.

-¿Cuál sería el mensaje?- digo rendida

-que es ella, que la cuide, ya sabe lo que tiene que hacer. No tiene nombre porque confió en el y se que le colocara uno muy hermoso- tristeza eso es lo que refleja su voz y su mirada.

-¿solo me acerco y ya?- asiente.

Suspiro y comienzo a caminar hacia el. Mis amigas se acercan y  me rodean. Me coloco a una distancia razonable de el pero no se percata de mi presencia. Miro hacia atrás y la mujer solo me sonríe, parece como si me estuviera dando ánimos.

-hola- digo. El aprieta contra su pecho lo que vendría a ser un bebe y me mira

-¿Quién eres?- está a la defensiva

-tranquilo, me manda- como se llama la mujer –tu sabes la madre de la niña- noto como se relaja.

-¿es ella?- asiento -¿te dijo algo?-

-que la cuides y que ya sabes que es lo que tienes que hacer. Y no, no tiene nombre- digo con pena –confía plenamente en ti para que le escojas uno- relaja sus brazos y deja a la vista a la niña quien se encuentra dormida, es hermosa. Tiene un pequeño vestido blanco decorado con piedras, su cabello es oscuro,. Es demasiado chiquita se la ve tan frágil. –Es hermosa- me acerco con cuidado hacia el

-si, tiene el cabello de su madre- miro hacia donde está la mujer y veo que tiene razón –no se como nombrarla-

-que no sea con nombres ridículos- murmuro

-¿que?-



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En el texto hay: luna, hombreslobo, mates

Editado: 30.09.2018

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