Hija del poder [nueva Era I]

Capítulo III

Sean

Nos despedimos de Ian y suspiré fuertemente, las luces de la casa están apagadas así que espero que mi padre y hermanos estén descansando ya. —Parece que todos duermen. —Susurra Ross antes de abrir la puerta principal y yo solo asiento. Entramos silenciosos a la casa con la intención de no hacer ni el más mínimo ruido y justo cuando pienso que lo hemos conseguido las luces de la sala se encienden y tanto mi melliza como yo somos capturados In fraganti por mi padre. ¡Joder! 

—Se puede saber ¿¡Dónde demonios estaban!? —Nos grita y Ross y yo nos encogemos en nuestro sitio. Daniel Mitchell suele ser calmado, pacífico y bastante feliz pero cuando alguien logra desatar su rabia logra dar bastante miedo. Para mala suerte de ambos esos "alguien" somos nosotros. —¿¡Tienen la más mínima idea de la hora qué es!? ¿¡De lo mucho que nos han preocupado!? —Grita y grita sin dejarnos responder. —¡Pero por supuesto que no tienen ni idea! ¡Solo les pedí que llegaran a tiempo, que me llamaran al móvil! ¿¡Dónde cojones estaban!? —Pregunta y sé que esta vez aguarda a nuestra respuesta. Tanto Rossie como yo tomamos una bocanada de aire y ambos empezamos a hablar al mismo tiempo. 

—¡Fue culpa de Ross...!

—¡Fue culpa de Sean...!

—¡...Yo no quería entrar al bosque y se lo dije...!

—¡...No me detuvo y solamente me siguió...!

—¡...Le dije que nos podíamos perder, que era peligroso pero me ignoró como siempre, no podía dejarla sola y al final termine siguiéndola y claro como es tonta hizo que nos perdiéramos...! 

—¡...Sabe que en ocasiones tengo ideas descabelladas, pudo haberse negado y obligado a volver pero solo se resignó como siempre hace y terminó acompañándome y claro como es tonto no se fijo por dónde íbamos y terminamos perdidos...!

—¡...Fue su culpa!

—¡...Fue su culpa! 

Es justo en este momento en el que nos damos cuenta de que ambos acusamos al otro e iniciamos una discusión como siempre. Yo solo puedo alegar que Ross me convenció y aceptó asumir toda la culpa en caso de acabar muertos a causa de un oso o perdidos y como no, mi atorrante melliza no hace más que negarlo todo ¡Vamos lo que hace siempre que nos mete en problemas! Pero está vez no pienso aceptar las culpas por todo. 

—¡Ya basta, cállense! —Grita mi padre cansado y masajeando sus sienes, ambos guardamos silencio. —Da igual quién haya sido el de la idea, la cuestión es que ambos me desobedecieron, ambos nos preocuparon y por eso ambos están irremediablemente castigados...

—¡No, por favor! —Rossie se queja interrumpiendo a mi padre pero este solo la ignora.

—No volverán a entrar a ese bosque. —Bueno no es que eso me moleste, aunque por la cara de mi hermana puedo ver que a ella sí. —Y desde ahora en adelante no volverán a vagar solos por las calles de Kyar...

—¡Pero papá! —Grita Ross de nuevo y nuevamente papá la ignora. 

—Por lo tanto no saldrán de esta casa al menos que sea acompañados por Ethan, Toby o por mí ¿queda claro? —Yo asiento de inmediato resignándome a mi castigo pero como no, es Ross quién disputa.

—¡Suficiente tengo ya con tener todo el día a Sean pegado a mí como para ahora estar pegada a otro de ustedes! —¡Auch! eso me dolió pero sé que Ross solo lo dice porque está molesta. O eso espero. —¡Necesito mi espacio papá, no puedes hacerme esto! —Mi padre la observa fríamente y sé que esta vez nos hemos pasado y su castigo no se retirará. Está por contestar pero la puerta de la casa es azotada con fuerza y los tres dirigimos nuestra mirada allí. Son Ethan y Toby, entran con rostros preocupados y ni siquiera nos notan, van directamente hasta mi padre. 

—No hemos podido encontrarlos papá. —Dice Toby preocupado. 

—Hemos avisado a las autoridades pero tendremos que esperar hasta el amanecer. —Habla Ethan esta vez con el mismo semblante. 

—Tranquilo viejo, nosotros no vamos a esperar puñeteras 24 horas o lo que sea. Vamos a salir ya mismo al bosque y vamos a...

—Ya están aquí. —Es todo cuanto dice mi padre y Toby deja de hablar. —Acaban de llegar y están a salvo. —Parece que Ethan intenta decir algo pero mi padre lo interrumpe. —Justo detrás de ustedes, ambos voltean y yo miro al piso avergonzado. Pobres, los hemos preocupado un montón y todo por los caprichos de Ross. 

Y hablando de ella, mi hermanita quién está hecha una furia nos fulmina a todos con la mirada y corre escaleras arriba hasta su habitación, escuchamos el portazo y mi padre suspira. 

—Los he castigado y Ross no se lo ha tomado bien. —Dice papá a manera de explicación y luego se dirige a mí. —Sean creo que tú también deberías subir a descansar. —Asiento y me despido de todos.




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