Pamela
¿¡Qué rayos pasa!? Definitivamente no es algo relacionado a la manada o la alarma estuviera sonando ahora, así que eso solo me deja con dos opciones. Uno: O mis hermanos han llegado demasiado ebrios y arman todo un alboroto a las jodidas tres de la madrugada. Dos: O están ebrios y heridos y mi jeep destrozado... ¡Si destrozaron mi auto voy a matarlos!
Me coloco el albornoz rápidamente y me apresuro a bajar por las escaleras, me detengo al oler esa fragancia salvaje de cerezas y pino que no olvido desde que lo soñé por primera vez, no puedo creer que sea real.
— ¡Está aquí Pam! Nuestra compañera está en casa. —Susurra Lía tan shockeada como yo y es todo lo que necesito para terminar de bajar las escaleras y enfrentarme en la imagen que se encuentra en la sala. Por supuesto no es nada de lo que yo esperaba.
A las primeras personas que veo son a un molesto Alex caminando de una esquina a otra, a una despeinada y preocupada Megan a su lado, seguido de un muy asustado Ian que abraza a un pelirrojo que llora en sus brazos, al lado de otro pelirrojo que ve a un punto fijo sin siquiera pestañear y a juzgar por los parecidos tiene que ser familia del chico que llora ¿Cuántos pelirrojos conocen mis hermanos? Y finalmente una Donna con moretones en la cara, la nariz probablemente rota, sangre seca por todas partes, despeinada y con los nudillos rotos ¿Con quién se peleó está vez? Pero todo deja de importar en cuanto veo a la menuda pelirroja que sostiene en sus brazos, su cabello enredado se arremolina alrededor de su rostro, su vestido que alguna vez fue blanco está lleno de suciedad, vómito y... ¿Sangre? ¿Qué demonios le paso? Me acerco a Donna rápidamente y observo a mi compañera de cerca, sus labios están demasiado pálidos y su corazón late tan lento... Esto está mal, jodidamente mal.
— ¿Qué le sucede? ¿Por qué está inconsciente? ¿Quién se atrevió a hacerle daño? —Pregunto nerviosa y tan rápido que Donna pestañea sorprendida, ninguno responde y eso solo desespera a mi loba y a mí. Necesito saber que le sucedió, quién le hizo esto. — ¡Respondan! —Demando en mi tono alfa, haciendo que Megan y los pelirrojos dieran un salto.
—Hay que atenderla primero. —Susurra Donna y yo asiento. Tiene razón todo lo demás puede esperar.
— ¿Alguien llamó a Toby? —Pregunto y ante sus negaciones maldigo, han pasado al menos cinco minutos, mi compañera no tiene tiempo para perder ahora. — ¡Joder! ¿Y qué esperamos? ¡Vayan a buscarlo! —Grito porque no estoy dispuesta a alejarme de ella y Alex sale corriendo al momento, le pido a Donna que la acueste en el sofá y mientras ella lo hace yo voy por una toalla húmeda para limpiarla. Cuando vuelvo mis padres están absorbiendo la escena al igual que yo cuando llegue.
— ¿Qué sucede? ¿Qué les pasa a esos chicos? —Pregunta mi padre mirando a Ian y a los pelirrojos a su lado en estado de shock ahora.
—¿Y qué le sucedió a la chica? —Habla mi madre está vez y me quita la toalla de las manos. —Permíteme, yo me ocupo. —Un gruñido brota de mí sin poder evitarlo y mi madre me fulmina con la mirada. — ¡Pamela Fox no te atrevas a gruñirme de nuevo! —Dice en ese tono amenazante que usaba con todos cuando éramos chicos y aunque intento controlarlo en el momento que ella se acerca a mi compañera otro gruñido sale de mí y esta vez mis ojos cambian a ese color azul hielo que representa a Lía y mis garras rasgan mis dedos al salir. — ¿Qué es lo que sucede contigo? —Pregunta mi madre con una mueca de molestia pero yo no la oigo, soy incapaz de hacerlo, mis instintos me sobrepasan y solo quiero llevar a mi compañera arriba a mi habitación y no dejar que nadie se le acerque de nuevo.
— ¡Mía! —Digo con voz ronca haciendo notar lo cerca que está Lía de la superficie y la expresión de sorpresa de todos en la sala no me pasa desapercibida —excepto de los pelirrojos, ellos solo ven a un punto muerto —, mi padre por otro lado deja de observar a Ian y el chico que tiene en sus brazos y me mira incrédulo al escuchar la reclamación que acabo de hacer.
— ¡Esto es... Imposible! —Dice mamá al cabo de unos segundos de silencio y yo gruño bajo. Sé que el hecho de que dos mujeres resultaran destinadas era sumamente extraño pero no era imposible del todo ¿acaso no se alegra por el hecho de que al fin encontré a mi alma gemela?
— ¿Ella? ¿Estás segura? —Pregunta mi padre de manera despectiva y con desaprobación y eso no hace más que enfurecerme.
—Tan segura como que me llamo Pamela Fox, ella es mi compañera, mi Luna. —Afirmo totalmente convencida y mi padre me observa sin dar crédito a lo que digo. — ¿Hay algún problema con ello? —Les pregunto desafiándolos y están por responder en el momento preciso que aparece Alex junto a Toby, el medico humano que trabaja con mi grupo de sanadores, no solo para atender a los pocos humanos que residen en la manada sino también para llevar a cabo una serie de investigaciones de fármacos para hombres lobo. Toby da una mirada rápida a la sala y sus ojos se abren con sorpresa al ver a los pelirrojos de la esquina, ellos por su parte parecen reconocerlo ya que palidecen notoriamente al verlo, Toby fija su mirada en ellos por unos segundos y puedo notar la furia y preocupación en sus ojos, su mirada sigue recorriendo la sala hasta parar en mi compañera y su rostro palidece y su expresión de horror es notoria en cuanto la ve.