Hija del silencio

Capítulo 15° Un plan para proteger a Lucía.

Marina despertó nerviosa sin haber dormido en toda la noche. La citación a la audiencia preliminar seguía sobre la mesa,era una amenaza que no podía evitar. La idea de que Samuel tuviera alguna posibilidad de llevarse a Lucía le helaba la sangre.

Carmen llegó temprano a su casa con una bolsa de pan y un semblante serio. Sabía que Marina apenas había dormido.

—Necesitamos actuar con inteligencia —dijo, dejando el pan sobre la mesa—. No podemos permitir que Samuel te quite a Lucía, pero tenemos que hacerlo bien.

—¿Cómo podemos luchar contra esto? —preguntó Marina, frotándose la frente—. Él tiene dinero para pagar un abogado. Yo no tengo nada.

Carmen le tomó la mano con fuerza.

—Tienes algo más importante. Tienes la verdad de tu lado. Y yo no voy a dejar que esto suceda.

Marina la miró con gratitud, pero el miedo aún se reflejaba en sus ojos.

—¿Qué podemos hacer?

—Lo primero es encontrar ayuda legal. No tienes que pagar un abogado caro. Hay asociaciones que ayudan a madres en riesgo de perder a sus hijos. Vamos a buscarlas.

Carmen no estaba equivocada. Ese mismo día, ambas viajaron a la ciudad más cercana y comenzaron a preguntar en distintas organizaciones. Finalmente, encontraron una fundación que ofrecía asesoría gratuita a mujeres en situaciones como la de Marina.

Allí conocieron a Patricia, una abogada con una mirada firme y una voz tranquila que, tras escuchar la historia de Marina, suspiró y aceptó llevar su caso.

—Lo primero que tenemos que hacer es demostrar que Samuel no tiene ningún derecho sobre Lucía. Si él la abandonó y jamás ha aportado nada para su crianza, su demanda pierde fuerza. ¿Tienes alguna prueba de que nunca se ha hecho cargo?

Marina pensó en todo ese año de soledad, en cada noche sin dinero, en cada lágrima derramada.

—Nunca me ha dado nada —respondió—. Ni un céntimo, ni una visita, ni una llamada.

Patricia la contestó.

—Eso nos ayudará. Necesito cualquier documento que pruebe que has sido tú y solo tú quien ha cuidado de Lucía. Recibos, testigos, cualquier cosa.

Carmen intervino enseguida.

—Nosotros hemos estado con ella desde el principio. Vicente y yo podemos declarar a su favor.

—Perfecto. Y también podemos usar la vida que él ha llevado en este año. Si conseguimos pruebas de que ha estado en malas compañias o no tiene estabilidad, podremos debilitar su caso.

Marina sintió una chispa de esperanza.

—Pero… ¿y si el juez cree que él ha cambiado? ¿Si dice que ahora quiere ser un buen padre?

Patricia la miró con seriedad.

—Entonces tendremos que demostrar que el amor no se construye con palabras, sino con hechos. Y en los hechos, tú eres la única madre que Lucía ha conocido.

Esa noche, Marina volvió a casa con un nuevo propósito.Si Samuel quería pelear,ella no se rendiría.

Pero lo que aún no sabía… era que Samuel también estaba preparando su jugada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.