Capitulo 2. Mi Príncipe Oscuro.
JANE CASTLELAND
La luz de la luna parece brillar más que nunca esta noche, el pueblo se encuentra tranquilo y sereno después de la gran celebración del tercer aniversario del Tratado de Paz de las manadas, que ahora unidas se han convertido en las más poderosas y fuertes del continente Europeo. Una sonrisa se forma en mi rostro al recordar a todas las personas bailar felices y gritar de gozo en el parque principal del pueblo, mis pies aún duelen por haber bailado casi toda la noche con mis hermanas y mis padres, sin duda alguna fue una noche mágica.
Y fue aún más especial gracias a Charlie Trainer.
Mis mejillas se sonrojan al recordar la forma en la que me tomó de la mano y me llevó a un lugar apartado solo para pedirme ser su novia. Habíamos sido tan sólo amigos desde que nos conocimos en la boda de Clara y Finn hace un año, sé que se interesó en mi ese día pero mi corazón aún latía por alguien más, me negaba a sentir algo por otra persona que no fuera él. Me negaba a aceptar que se había marchado para siempre, que odiaba profundamente a mi familia y que quizá guardaba sentimientos por mi hermana mayor. Pero al final, después de sufrir mucho tiempo por su ausencia... decidí que ya no podía seguir aferrada a su recuerdo, entonces le di una oportunidad a ese chico divertido y coqueto que no paraba de perseguirme.
Charlie llegó a mi vida para mejorarlo todo, su extrovertida personalidad me cautivó inevitablemente y su cariño opacó el dolor que sentía en el pecho, su presencia fue sanando poco a poco el dolor de aquel amor amargo que había sentido con tan solo dieciséis años. Y supe que haberle dicho que si había sido la mejor decisión. Porque todo con Charlie se sentía bien, sano, colorido.
Siento por él un amor diferente, un amor bonito, e intento sujetarme a él con todas mis fuerzas. Lastimosamente no es suficiente para dejar de traer a mi cabeza al príncipe oscuro que robó mi corazón y se marchó dejándolo hecho trizas, no es suficiente para dejar de sentir el amor ardiente que él trajo a mi vida. El dolor sé fue, pero él se quedó impregnado en mi.
Recuerdo la primera vez que lo vi; Julie y yo acabábamos de cumplir dieciséis años, lo sabía porque en una de las recientes veces que Julie despertó en la Tierra ella se lo escuchó decir a uno de los hombres que nos mantenía presas en un profundo sueño que a su vez nos hacía permanecer en el Bosque Oscuro. Ella regresó muy mal y tuve que consolarla sin saber qué fue exactamente lo que le hicieron, solo tuve que ver sus piernas marchadas de sangre para hacerme una idea.
Lloré.
Lloré de rabia, de impotencia y me odié a mi misma por no ser tan valiente como ella, deseé con todo mi corazón haber sido yo y no ella, pero sabía que Julie jamás me dejaría hacerlo por ser la menor, su actitud sobreprotectora conmigo me molestaba en cierto punto porque ella apenas me llevaba unos cuantos minutos.
Ya no soportaba estar en la oscuridad, así que me encerré en mi propia mente, sentía el poder del sol recorrer mis venas pero no podía usarlo completamente. Estuve varios días intentando hacer algo con él, pero lo único que logré fue conectarme con alguien que se encontraba en la Tierra.
Creé una conexión con esa persona y de pronto pude meterme en sus sueños a través de ella, recuerdo con claridad la primera vez que me metí en su sueño...
De pronto desperté en medio de una casa sumida por completo en la oscuridad, todas las luces estaban apagadas. A lo lejos se escuchaban los gritos desquiciados de una mujer, a pasos lentos comencé a caminar por un largo pasillo acercándome hacia el lugar de donde provenían, abrí una puerta de madera desgastada que parecía llevarme hacia una pequeña sala de estar, todo en ella estaba en desorden, todos los adornos estaban en el suelo, los muebles se encontraban desgarrados y sobre todo aquel desastre había una mujer de cabello oscuro y desastroso, ella gruñía como poseída y tomaba de una botella con desesperación.
—Ella me las va a pagar, ¡ella me lo robó! ¡yo lo amaba más! —murmuraba—. ¡La odio! ¡Freya va a pagar por haberlo apartado de mi!
—Mami...
Un pequeño niño muy parecido a ella apareció a su lado e intentó tomar su mano pero ella lo abofeteó y le gritó en la cara con rabia.
—¡Lárgate de mi vista, mocoso de mierda!
El niño se echó a llorar abrazando con fuerza su pequeño lobo de peluche.
—Pero mami, no puedo dormir, tengo miedo...
—Eres una molestia Khail, me arrepiento de haber conocido a tu padre, ¡me arrepiento de haberte parido! —ella lo volvió a abofetear y el golpe esta vez resonó en todo el lugar sobresaltándome.
Ahogué un sollozo observando como la mujer golpeaba al niño solo porque tenía miedo de la oscuridad, mis ojos comenzaron a derramar lágrimas sin control y justo cuando estaba acercándome para apartar a la mujer desquiciada del pobre niñito alguien tomó mi brazo con mucha fuerza, me quejé del dolor e intenté liberarme para correr hacia el niño que seguía siendo atacado pero la fuerte mano que me sostenía me lo impidió y de repente fui atraída bruscamente hacia atrás, mi espalda se estrelló contra el pecho duro de alguien justo detrás de mi y jadeé por la impresión, otra mano se colocó sobre mi boca y una caliente respiración impactó contra mi nuca.
—¿Quién eres? —murmuró una voz ronca sobre mi oído derecho, apartando su mano fría de mi boca.
Mi piel se erizó y mi cuerpo se estremeció, me paralicé al sentir el aura oscura de la persona tras de mi.
Abrí mi boca para contestar pero me quedé callada cuando vi a una anciana entrar a la habitación y apartar a la mujer loca de encima del niño.
—¿Estás loca, Alaina? —gritó enfurecida la señora tomando al pobre niño en brazos—. Te dije que no volvieras a golpearlo, todavía es muy débil para esa clase de castigos. Además, él no tiene la culpa de que te hayas enamorado de aquel hombre y que el imbécil te haya rechazado, tampoco tiene la culpa de que hayas ido a desquitarte con su padre y hayas quedado embarazada de nuevo.
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Editado: 10.12.2024