Hijas de la Luna

Capítulo 7

Capitulo 7. Debilidad, dolor, humillación.

JULIE

Suspiro pesadamente mientras mantengo mi mirada fija en el hermoso jardín trasero de la mansión Vikram el cual se encuentra iluminado por el suave sol de la tarde, mis manos se afianzan sobre el frío cristal de la ventana, a mis espaldas se encuentran mis hermanas, mamá, Alice, Clara y una señora llamada Isadora charlando, todas estamos en una habitación en el segundo piso de la casa. Abajo hay muchas personas aún, familiares del señor Dominic, Ellie y mi cuñado. La presencia de tantas personas en un lugar cerrado me ponen los pelos de punta así que por eso fui la primera en escapar de allí, luego se fueron sumando las demás.

Un movimiento a lo lejos capta mi atención por completo.

Ruedo los ojos con fastidio al ver que solo se trata de Luka Vikram, parece haberse tropezado con algo y ahora se encuentra de boca en el suelo.

Cuando lo conocí me cayó mal por su forma de ser tan torpe y bobo, pero conforme pasó el tiempo y nos encontrábamos en las fiestas de las familias fui conociéndolo mejor y ya no me cayó tan mal, aún así él llega a frustrarme muchísimo, como aquella vez que intentó llevarme a un concierto de su banda favorita. Él llega a ser muy intenso si se lo propone.

Casi de inmediato el chico se levanta del suelo rápidamente como si no hubiese pasado nada. Estoy a punto de regresar con las demás cuando veo que él retrocede con la mirada llena de pánico, junto mis cejas e intento ver lo que él mira con tanto temor, es entonces que logro divisar la figura de alguien vestido con una cazadora negra acercándose a él con una chica de cabello café siguiendo sus pasos. Mi cuerpo se tensa al ver que el chico de la cazadora negra ha tomado el cuello de la camisa de Luka con fuerza y lo ha estampado contra una columna de piedra que pertenece a un pequeño kiosco. El rostro del escuálido chico se desencaja de dolor y siento que es hora de intervenir.

Después de todo él es como una especie de amigo para mi, aunque me caiga mal siento esa necesidad de defenderlo.

Luka podrá ser como una patada en las pompis pero no dejaré que lo lastimen.

Me separo de la ventana y sin decir nada a las demás salgo de la habitación para después ir corriendo hacia la salida trasera de la mansión, mis botas de combate golpean el asfalto con fuerza mientras camino a paso apresurado y firme hacia las tres personas que yacen en el jardín.

Mi sangre se calienta al ver que el chico de negro le hace una llave a Luka y comienza a frotar su puño con fuerza sobre la cabeza de él, el enojo crece en mi al escuchar la risa de la chica que se encuentra a un lado de ellos burlándose como estúpida. Mis dientes rechinan y acelero mi paso hacia ellos, al llegar ninguno nota mi presencia pues todos me dan la espalda, así que dejándome llevar por la rabia tomo bruscamente el brazo del chico desconocido y con muchísima fuerza le doy un jalón que lo hace separarse de Luka de golpe y voltearse hacia mi dándome la cara.

—¡Oye tonto, déjalo en paz! —grito con la cara roja por el enojo.

Pero cuando veo los ojos claros del chico de la cazadora negra me quedo quieta. Su cabello rubio está cubierto con un gorro gris pero rebeldes mechones se escapan por los lados, su piel es muy pálida y sus ojos me recuerdan a los de Aren, son como una mezcla de gris y celeste ambos enmarcados por unas largas pestañas y unas cejas rubias bastante masculinas, su nariz no es perfecta pero tampoco lo hace ver mal, mis ojos se quedan fijos en un par de labios gruesos y muy rosados los cuales deja un poco húmedos cuando pasa su lengua por ellos, mi respiración se entrecorta cuando me doy cuenta de que al igual que yo él analiza mi rostro con curiosidad. Una de sus cejas rubias se alza y una sonrisa soberbia aparece en su boca tan llamativa. Entonces llego a una conclusión:

Lo odio.

No sé quién es y no me interesa en realidad pero sé que lo odio, debe ser un hechicero porque al mirarme me ha causado un vuelco extraño en el estómago. Seguramente lo hizo para asustarme o para vengarse por haberlo interrumpido.

—No, tranquila Julie, él...

—Te está lastimando —interrumpo a Luka sin mirarlo pues estoy ocupada mirando mal al tonto frente a mi—. Deja a Luka en paz, bruto.

El chico alza ambas cejas y suelta una carcajada, la chica lo imita y la miro mal.

—¿Quién eres tú, niña?

Su voz ronca me pone los pelos de punta, pero no me dejo intimidar por él.

—Soy la niña que va a patear tu trasero si no dejas en paz a mi amigo.

El chico resopla divertido y de un jalón se suelta de mi agarre, él da unos pasos hacia mi haciéndome retroceder. Sus ojos celestes grisáceos me recorren de pies a cabeza provocando que mi cuerpo tiemble ante su escrutinio, su mirada se detiene en mi mano derecha, aclaro mi garganta e intento ocultarla con la manga de mis suéter pero sé que él la ha visto pues su expresión burlona se ensombrece un poco.

—Tranquila Jules, solo es mi primo Daniel actuando como un idiota, no estaba haciéndome daño en serio —interviene Luka acercándose a mi, lo miro confundida—. Dan, ella es mi amiga Julie Castleland, es hija de la Diosa Luna, hermana de la esposa de Aren.

El rubio no quita sus ojos grises de los míos, la chica morena quien se había mantenido un poco alejada comienza a acercarse a nosotros y se detiene a su lado, ella extiende su mano hacia mi y sonríe forzadamente.

—Hola, yo soy Chloë Hayz.

Estrecho su mano incómoda, se nota que no le caigo para nada bien, la suelto rápidamente porque el sentimiento es mutuo. El tal Daniel asiente tensamente en mi dirección y a regañadientes imita la acción de la chica, miro su mano extendida hacia mi insegura.

Volteo a ver a Luka para asegurarme de que solo bromeaba, él me sonríe tiernamente y asiente.

Suspiro y acerco mi mano a la suya, mi piel se calienta cuando siento su toque, su mano es bastante cálida. Una sensación extraña comienza a recorrerme por dentro, como si su mano me transmitiera una ráfaga de fuego que me recorre entera hasta detenerse en mi corazón, mis cejas se juntan en confusión y alzo la mirada para verlo directamente a los ojos; él aún me mira, pero su forma de verme no es normal, es como si lograra ver mi alma a través de mis ojos.




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