Capitulo 9. Mentira.
JANE
Cuatro años atrás...
No sé si es de día o de noche, he perdido la noción del tiempo porque desde que nos enviaron a este horrible mundo todo lo que nos rodea es oscuridad, es inútil tratar de calcular cuánto tiempo llevamos aquí, lo único que sabemos es la edad que tenemos, también sabemos cómo hablar entre nosotras y tratar de escapar, pero cada vez que lo intentamos una de nosotras sale herida, y en mi opinión la que más sufre es Julie, pues es la única que logra despertar en el otro mundo, pero siempre que vuelve las heridas que le provocan allá son visibles.
Me preocupa porque eso quiere decir que lo que le hacen a su cuerpo queda marcado también en su alma.
—Es inútil Jane, jamás nos van a dejar salir de aquí. No si él sigue vivo —susurra Julie entrecortadamente mientras sus ojos se oscurecen—. No hay salida.
El odio en su voz es evidente, siempre se pone así cuando habla de "él", no sé a quien se refiere realmente, pero sé que le ha hecho mucho daño a mi hermana, puedo verlo en sus ojos. Creo que podría ser el gran líder, pero no estoy segura aún.
—¿Qué fue lo que te hizo la última vez que despertaste, Julie? —pregunto temerosa. Hace mucho que fue la última vez que lo hizo, pero aún recuerdo lo destrozada que volvió.
Mi hermana alza la mirada y la fija en mi, sus ojos se cristalizan.
—No te lo diré nunca Jane, no sabrás nunca lo que me hacen cada vez que despierto allá. Créeme, es mejor así. Lo único que tienes que saber es que no voy a dejar que te hagan lo mismo, mientras yo esté viva no voy a dejar que nadie te haga daño, a ti no.
Asiento despacio mientras me siento en el suelo a su lado, rodeo su espalda con mi brazo y reposo mi cabeza en su hombro.
—Yo también quiero protegerte Jules, y lo haré —establezco firme—. No vas a volver a despertar allí nunca más Julie, esa será la última vez que lo haces. Buscaremos otra forma de escapar.
—¿Qué haremos entonces?
Suspiro levantando mi cabeza para poder mirarla de frente.
—Hace un tiempo estuve pensando en la visión que tuviste, aquella de esa chica... Jade, dijiste que nos viste con ella, que las tres abrazábamos a una mujer mayor muy parecida a ella, y que las tres la llamábamos mamá. ¿Qué tal si realmente esa mujer es nuestra madre y esa chica nuestra hermana?
Julie se queda pensativa unos minutos.
—¿Por qué no intentamos conectarnos con ellas? Así como lo he hecho con Khail, podríamos intentar meternos en los sueños de ellas y pedirles ayuda.
—Ya lo intenté con la mujer y no se pudo, no la encontré por más que busqué, ella no está en el mundo de los humanos. Jane, yo creo que ella está muerta.
Mi corazón comienza a doler con fuerza al pensar en que nuestra madre pudiera estar muerta.
—Pero podemos intentar comunicarnos con Jade —digo tratando de ignorar el dolor punzante en mi pecho. Julie está a punto de alegar pero la interrumpo—. Si Jade está viva ella es nuestra única salida, si no lo intentamos nos quedaremos aquí por siempre Jules, y yo siento que pierdo las fuerzas, este lugar está acabando con nosotras. Tal vez ella pueda encontrarse con Khail cuando lo transfieran y los dos podrían buscarnos juntos.
—Está bien —ella extiende su mano hacia mi—. Busquemos a Jade.
Le sonrío levemente antes de tomar su mano y entrelazarla con la mía, juntas la energía se hace más fuerte y solo así podemos encontrar a nuestra hermana mayor.
Y esa es la primera vez que entramos en los sueños de Jade.
Cada vez que lo hacíamos intentábamos darle nuestra ubicación o tan siquiera decirle quiénes éramos, pero la debilidad era más notable en nosotras, y la energía duraba tan poco que apenas podíamos hablar bien con ella. Al volver tanto Julie como yo caíamos en un estado de sueño profundo, consumidas por la debilidad. Hablar con Jade agotaba toda nuestra energía, pero era necesario si queríamos salir del Bosque Oscuro.
Una de esas tantas veces desperté antes que Julie, así que aproveché esa oportunidad para entrar en los sueños de Khail. A Julie no le gustaba del todo que me comunicara con él, pero no podía evitarlo, a veces lo extrañaba tanto que me deprimía por no poder verlo, todo el tiempo quería estar a su lado porque cada vez que estaba con él podía olvidar todo el sufrimiento, toda debilidad, mis miedos se iban y lo único que rondaba en mi cabeza era su mirada azulada, su voz ronca y relajada, su cabello negro brillante y su sonrisa misteriosa.
Mi mundo entero giraba en torno a él cuando estaba a su lado, y eso era lo que más me gustaba, que con él me sentía a salvo. Me sentía viva, sin miedo y tan... libre.
—¿Alguna vez has llegado a amar a alguien? —le pregunto en un susurro.
Ambos estamos acostados sobre el césped de un campo verde, uno al lado del otro con nuestras manos rozándose y nuestros ojos perdidos en las millones de estrellas que brillan en lo más alto del cielo oscuro.
—¿Por qué preguntas eso?
Ruedo mis ojos por su sutil forma de no responderme.
—Es solo que... me pregunto cómo se sentirá amar a alguien más, digo, de una forma diferente a como amo a mi hermana —trato de explicar pero ni yo entiendo muy bien el tema—. Yo no sé cómo es amar de otra manera más que esa; el único amor que conozco es el amor de hermanas, pero sé que existen otros tipos de amor, me preguntaba cómo será el tipo de amor que sientes hacia alguien que no es tu familia.
Desvío la mirada hacia su perfil, su mandíbula se encuentra tensa y sus ojos azules lucen más oscuros de lo normal.
—¿Tú... has amado a alguien, Khail?
Él voltea a verme, puedo ver un deje de duda en sus ojos, pero al final él traga fuerte y niega con la cabeza antes de volver a ver el cielo.
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Editado: 11.01.2025