Hijas de la Luna

Capítulo 11

Capítulo 11. Déjame ir.

JANE

Tal parece ser que los días han pasado como si fuesen pequeños suspiros inconscientes, se han ido tan rápido que el inicio oficial del otoño me ha tomado por sorpresa. Los árboles se han comenzado a tornar de un hermoso color naranja y las marrones hojas secas que decoran el pasto pálido debajo de ellos solo hacen que su imágen completa se vea fenomenal y hermosa, el otoño ya está aquí y el mes favorito de Jules está por iniciar.

Mamá partió a su mundo, Lunaris, hace unos días, las cosas allá han estado tensas desde que Gelathor anda vagando por la tierra, papá ha estado siguiendo sus pasos pero ha sido más que difícil; ese monstruo puede camuflajearse demasiado bien, atraparlo no será tarea fácil. Brandon prácticamente vive en la comisaría del pueblo pues pasa casi todas las noches allí y cuando no se encuentra es porque se ha unido al equipo de investigación y búsqueda en los espesos bosques o en las gélidas montañas de Darkwood.

Por otro lado, Jade y Aren han tomado el rol de encargados tanto de la mansión como de nosotras así que ambos se pasean de aquí por allá comportándose como padres súper sobreprotectores, Julie y yo no les decimos nada porque realmente no son tan malos y ambas sabemos que solo lo hacen para practicar pues la llegada de Keith está a la vuelta de la esquina. Y es que tal parece que los embarazos de las mujeres cambiantes no son iguales a los de las mujeres humanas, pues mientras que unas llegan a cumplir hasta cuarenta semanas de gestación, otras no llegan ni al octavo mes debido a que algunos bebés licántropos se desarrollan muchísimo más rápido que otros, eso pasa a menudo con los futuros Alfas y Betas. A mi me parece fascinante, a Jules le da escalofríos.

Sea como sea, todos estamos ansiosos y temerosos por el gran día. Desconozco si Jade ya le ha contado a Aren el riesgo del embarazo pero por mi parte me estoy muriendo de los nervios, no quiero que nada malo pase ese día.

Suelto un profundo suspiro que atrae la atención de Charlie de inmediato.

Nos encontramos en su habitación en la fortaleza Trainer. Hoy al salir temprano de la universidad me invitó a almorzar a su casa, Finn aún no ha llegado de su viaje pero Clara y Annie fueron una compañía bastante grata y divertida; la pequeña hija de Clara y Finn ya tiene cuatro años y es un completo torbellino, según su madre no hay un solo día de tranquilidad pues Annelisse siempre tiene una travesura nueva bajo la manga, aún así nadie puede negar que es el alma y la alegría de este hogar, y Charlie realmente la adora, la tiene muy consentida, a veces lo cela conmigo pero al final me la termino ganando con una paleta de caramelo.

Charlie deja todo lo que hace en su escritorio y se acerca a mi, me encuentro en su cama acostada boca abajo mientras apoyada en mis codos leo un libro de misterio que cierro cuando acepto que no podré concentrarme en él por más que así lo quiera. Me incorporo para dejar que mi novio se siente a mi lado, él coloca una mano sobre mi rodilla descubierta y me mira intrigado antes de romper el silencio.

—¿Qué es lo que te tiene tan distraída?

Me encojo de hombros mirando mis manos sobre mi regazo.

—No lo sé, son muchas cosas. Jade se ve muy débil con el embarazo, me aterra que algo se complique... Jules no ha querido ir a la mansión Vikram para intentar volver a estudiar, el pueblo con cada día que pasa parece estar patas arriba y...

Y no dejo de pensar en cierto chico inestable mentalmente que invade mis sueños siempre que quiere, y del cual no dejo de preguntarme donde esta, que está haciendo y...

—¿Y?

—Y... me gustaría que todo esto termine de una vez por todas. Extraño la tranquilidad de antes, cuando no teníamos a dos psicópatas y a un monstruo de otro mundo sueltos por nuestro hogar —termino por decir negándome a la idea de contarle a Charlie lo más mínimo de Khail.

—Si. Las cosas no están muy bien que digamos pero... hace cuatro años pudimos liberarnos de la furia de una de las grandes diosas, juntos somos fuertes, rubia. Ya verás que todo va a arreglarse, Jade junto a su cachorro van a salir ilesos de todo y serás la tía más linda —da una caricia a la piel desnuda de mi muslo—. Y en cuanto a Julie, sé que te preocupa pero tienes que darle espacio y tiempo, cuando ella esté lista dará el paso, todos sabemos que presionándola para que avance no lograremos nada más que lastimarla.

—Lo sé —susurro.

—No pienses más en cosas negativas, ¿por qué no mejor me muestras esos avances que me comentaste ayer?

Le sonrío un poco apenada y junto mis manos formando un hueco donde un grupo de chispas doradas aparecen y poco a poco van formando la silueta de un hada y un caballero, ambos se juntan en un abrazo y comienzan a bailar lentamente al son del viento. Mis ojos se encuentran con los de Charlie, quien observa lo que hago con fascinación y una atractiva sonrisa ladina que sacude levemente algo dentro de mi.

Llena de ternura dejo la magia de un lado y elevo una de mis manos hacia su rostro para poder ahuecar su mejilla, él cierta los ojos y deja escapar una bocanada de aire disfrutando de mi toque. Despacio acorto el espacio que hay entre los dos y poso con suavidad mis labios sobre los suyos anhelando poder embriagarme de algo intenso que me ayude a olvidar el caos que amenaza mi tranquilidad. La calidez de su boca envuelve la mía, pero a pesar de lo bien que se siente... simplemente no logra hacer que me olvide de todo, aún así no me doy por vencida y profundizo el beso llevando mis manos hacia su cuello donde enredo mis dedos en los mechones de cabello que caen sobre él.

En un rápido movimiento Charlie me toma de la cintura y me hace recostarme sobre mi espalda en el centro del colchón con él encima de mi cuerpo. Es lo más lejos que hemos llegado en estos meses, pero no planeo detenerme hasta lograr que mi centro sea él y nadie más que él.




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