Hijas de la Luna

Capítulo 17

Capítulo 17. La lluvia de estrellas.

JANE

No puedo dormir.

He decido tener una pequeña siesta antes de la reunión de esta noche, no he dormido más de tres horas desde la reunión general, estoy tan cansada que mis ojos arden, pero mi cerebro se niega a descansar aunque sea un poco.

Mi mente no deja de pensar en Khail, en la forma en la que la oscuridad ha ganado tanto terreno en su corazón, en la forma en la que parece ya haber olvidado lo que nos conecta... lo que significó para los dos. Es como si el Khail que conocí hace años hubiera muerto y alguien desalmado hubiera tomado su lugar. Mi corazón y mi mente se encuentran divididos en dos partes; una parte me dice que es lo mejor que pudo haber pasado, así será más fácil superarlo y cortar de raíz lo único que aún nos une, pero la otra parte se niega a aceptar que así termine todo, esa pequeña parte se aferra al chico lastimado que conocí, se aferra al niño que careció de amor toda su vida.

Una lágrima rueda por mi mejilla al recordarlo, tan pequeño, tan vulnerable, tan herido.

Algunos monstruos no nacen siéndolo, algunos son creados... de las peores formas.

Y no es justo que nadie intente aunque sea un poco luchar por salvarlos. Tan solo desearía que Khail no hubiera tomado tantas malas decisiones, si él no hubiera renunciado a mi todo sería tan diferente... yo no estaría luchando contra el amor que le tengo, mi familia no lo odiaría, no sería un enemigo del pueblo, me tendría a mi dispuesta a darle todo mi amor. Estaría dispuesta a todo por él.

Pero las cosas nunca serán de esa forma. Algo en mi interior me advierte que muy pronto el lazo entre nuestros corazones se romperá, y debo estar preparada porque el dolor de un lazo roto seguramente amenzará con acabar con mi alma.

Sé que cuando Julie y yo podamos finalmente encontrarnos con Owen, será el momento de destruir el lazo, será el momento para decirle adiós definitivamente. Porque después de eso, ya nada nos unirá.

Suspiro entrecortadamente acomodándome en mi cama para poder dormir. Mis ojos se cierran y aunque paso alrededor de dos horas dando vueltas, logro dormirme.

Despierto recostada en medio de un campo de girasoles, el cielo azul está completamente despejado y la brisa es tan fresca que no puedo evitar suspirar y sonreír, este lugar me transmite tanta paz y tranquilidad que desearía quedarme aquí por siempre. Una mariposa se posa sobre la punta de mi nariz haciéndome soltar una risita. A mi alrededor hay tanto color, tanta tranquilidad y amor, estoy en mi mundo, donde no hay guerras ni sufrimiento. Muy pocas veces logro soñar con este lugar.

De repente el sonido de unos pasos cerca de mi espanta la mariposa y yo me siento rápidamente para ver al causante. Mi respiración se atasca al encontrarme frente a frente con el dueño de mis pensamientos, el dueño del dolor que abraza mi corazón desde la última vez que lo vi mientras amenazaba de muerte a todos mis seres amados. Mi cuerpo se estremece cuando sus ojos y los míos se quedan fijos, trago fuerte y mi labio tiembla.

¿Qué haces aqui? Dijiste que me dejarías en paz.

Las espesas cejas negras de Khail se juntan y una mueca de confusión invade su rostro.

Fuiste tú la que me arrastró a su sueño esta vez. Yo no he tenido nada que ver, estaba despierto. Te hice una promesa, voy a cumplirla. Si tanto me quieres lejos, ¿por qué me trajiste? ¿como lograste traerme aún estando despierto?

Me pongo de pie.

No lo sé murmuro con la voz temblorosa.

Nos miramos fijamente por unos largos minutos antes de que él de un par de pasos hacia mi, acortando la distancia entre nosotros. Mi piel se eriza cuando alza su mano y roza la piel desnuda de mi brazo con la punta de sus dedos. Una capa de oscuridad cubre sus ojos.

Tenías miedo susurra ahogadamente—. Tenías miedo de mi...

Se refiere a lo que pasó en la reunión general, cuando se apareció junto a su hermana para desatar el caos, cuando hui lejos de él al presenciar en lo que se había convertido. Aprieto mis labios en una mueca de tristeza y un tembloroso respiro sale de mi nariz a la vez que mis ojos se llenan de agua.

Con gran dificultad obligo a mi voz a salir para poder explicarle lo que sentí en ese momento. Mi corazón me exige decírselo. Así que lo miro directo a los ojos.

Lo tenía. Porque mi peor miedo se hizo realidad... y fue doloroso darme cuenta de ello.

¿A que te refieres? pregunta ansioso.

La oscuridad te consumió, yo... te perdí. Y ya no hay vuelta atrás. Tomaste tu decisión. De hecho hace mucho tiempo que lo hiciste, es solo que yo... tenía la pequeña esperanza de que tal vez, aún podías elegirme. Qué estúpida fui. Todo este tiempo intentando engañarme, diciéndome que te había olvidado, pero en realidad aún me aferraba a ti.

Las lágrimas salen libremente de mis ojos. Me es imposible retenerlas porque el dolor me consume, me quema desde adentro.

Yo...

Mi garganta se cierra impiéndome seguir hablando.

Khail respira agitado y sus manos grandes cubren mis mejillas a la vez que sus ojos azules oscuros me observan con anhelo y desesperación.

Dilo. Dilo Jane me ruega.

Cierro mis ojos con fuerza, negándome a hacerlo. No puedo decirlo, no debo, pero estoy tan destrozada, estoy al borde de explotar y de caer en la locura. Khail deja caer su frente sobre la mía.

Por favor, cariño, dilo. Te lo ruego.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.