Hijo de sangre

Razones

Historia desarrollada en el interior de la casa del antiguo gobernador.

Todos los hombres se habían reunido para recibir las palabras del Lor. Se agruparon en el extenso jardín de la parte trasera.
Durante años, ese lugar había Sido su fortaleza, un sitio impenetrable donde operaron sin restricción. Habían sido alimentados y recibían un salario por parte del vampiro quien supo ganarse la lealtad de todos ellos, adicional al miedo que sentían hacia él.

Aquel lugar les había brindado protección a todos ellos, se sentian muy seguros ahí y libres para hacer lo que les plazca fuera, con el respaldo de sentirse intocables. Su única misión era cuidar al antiguo gobernador y dar sus vidas por él en caso de ser necesario.

Todos ellos habían sido reclutados en diversas etapas. Unos desde que él vampiro llegó ahí, eran los más veteranos y quienes mayor agradecimiento mostraban. Los demás se fueron integrando poco a poco, todos por recomendaciones de sus mismos compañeros. La única regla era abandonar sus vidas anteriores, familia, casa, sueños, nada debía importar en esa nueva vida.

Todos aceptaron no solo por la paga, importó mucho más la promesa de poder que un ser tan siniestro le ofreció.

Los hombres ya se habían adaptado a la idea de la existencia de un vampiro, aunque muchos de ellos no habían comprobado sus alcances o su verdadera naturaleza. Solo lo habían visto y eso bastó para sentir la admiración que tenían. Nadie se animó a comprobar sí era verdad todo el poder que se decía que tenía, ni mucho menos quisieron contradecirlo o luchar contra él. Quizá era un tipo de hipnosis para que ellos fueran así de leales, pero según Ezequiel, el vampiro nunca utilizó esa herramienta en ellos, había optado por algo mucho más maravilloso; el respeto nacido por el propio miedo que reflejaba.

Llegaron todos sus aliados y los que trabajaban para él, incluidos Ezequiel y Helen, que seguía con su rostro apático cómo siempre.

El vampiro Lor llegó caminando lentamente hasta ese reunión. En su rostro podia verse un poco de calma y satisfacción.

Miró hacia el cielo y se centró en la luna, la cual estaba en la fase de luna nueva y brillaba intensamente. Era una noche fría, sin duda aquel astro era un atractivo visual.

Lor la miró por varios segundos, como si mirara a alguien a lo lejos o simplemente se sintiera atraído por su hermosura.

Sus hombres esperaron pacientemente hasta que él se digno a hablarles.

—Han pasado 17 años desde mi desgracia.—Comenzó el discurso.—Para mi especie es muy poco tiempo en comparación con la suya pero eso no quita la agonía que pasé. Hoy gracias a ustedes y al brillante hombre de ciencias que me espera detrás de esa puerta, al fin ha quedado el trabajo que me sanará.—Movia su rostro de un lado a otro lentamente para mirar a todos los hombres sin excepción, quería darles ese detalle.—Les quiero pedir que esperen aquí hasta que yo salga. Después de eso ustedes podrán obtener su recompensa por sus servicios. El momento ha llegado, pidan por mi bienestar que serán gratificados.

Los hombres aplaudieron con mucha emoción por lo que escucharon. Decidieron entonces esperar ahí como se les había pedido.

Lor caminó hacia la habitación donde Ismael ya lo esperaba.

Historia desarrollada en la posada del pueblo.

—¿Te sientes mejor?—Preguntó la posadera a Darinka mientras le llevaba un vaso con agua.

—Si, aunque no puedo olvidar... ¡Fue horroroso!

Las dos habían llegado ahí para ponerse a salvo. La posadera consideró que era un lugar seguro al menos de momento.

—Esa chica no es tu prima ¿verdad?

—No, la conocí ese mismo día a las afueras del pueblo.—Su tono era de decepción.—Jamás imaginé lo que escondía.

—No la culpes. Nadie querría hablar de algo así ¿no crees?

—Si, tiene razón.—Le respondió un poco más animada.—Además ella es una persona muy linda, me agradó desde el primer día.—Nuevamete suspiró al recordar.—Espero que no le pase nada.

—Y a nosotras tampoco.—Dijo la posadera con miedo.—El viento se está poniendo muy intenso, eso no debe ser nada bueno.—Caminó un poco hacia adelante.—Nuestra única esperanza son ese detective, el sacerdote y ese chico que las acompañaba, esperemos que sus sentimientos sean aún más grandes por Eliz que todo lo demás.

Correo electrónico de Walter E. para Estaban G. de la central de policía.

¡ALERTA, ESTO ES UNA EMERGENCIA!

Querido amigo te escribo con la desesperación por delante. El padre tenía razón, en este pueblo se esconde un ser que va más allá de nuestra comprensión.

Me arrepiento tanto de no haberle creído a tiempo, de hacerlo, hubiera tenido más tiempo para esto.

Aún así se que no es tarde. Te estoy enviando varios archivos, casi todos los reunió el sacerdote en estos años... créeme, son verídicos.

El último video lo grabé yo hace unos minutos. Sabía que necesitábamos pruebas contundentes, fue difícil pero conseguí eso.

Aparentemente es el hijo de ese ser y también tiene sus habilidades, aunque no sus debilidades, quizá sea más poderoso que él.

Si confías en mí por todos estos años que hemos trabajado juntos, te pido que no me tomes por un loco y me ayudes a enviar a toda la policía y fuerzas que tengamos disponibles. Es urgente porque están tramando algo que debemos impedir.

El tiempo está en nuestra contra, te pido que en cuanto leas esto organices a toda la fuerza policíaca y los envíes uno a uno a este pueblo. Necesitamos toda la ayuda y que sea lo antes posible.

Ese ser había estado incapacitado pero ahora planea regresar y ha tomado a una chica. Son demasiados enemigos y por eso no pude rescatarla, por favor hazlos venir.

El sacerdote dice que es un ser capaz de destruir al mundo así como lo hizo con este pueblo hace 17 años... yo le creo, no pienso dudar más de él. Por favor envíame ayuda, estaré esperando aquí.




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