Hijos De La Desgracia: Preludio, Tomo I.

Capitulo 18

Año 180 desde la fundación del Bastión Verdegrana.
Año 80 desde la fundación del Reino De Khirintorin.
30mo Día De Junio. 

Cuando Laureano partió en busca del honrado sargento Marcus y Fulgencio se entregó a sus incipientes tareas como fiel asistente real, el rey Fausto compartió su tarde con igual afecto hacia Celestino y Augusto. Fue en esa tarde, en el espléndido alcázar, donde se desarrolló la escena de esta manera:

Luego de haber confiado sus labores a su fiel servidor Fulgencio, Fausto partió en rumbo hacia el paraje ajardinado, con firme resolución de entablar un coloquio con los bondadosos Augusto y Celestino. De esta guisa, solicitó la benevolencia de su compañía, puesto que el cometido que les aguardaba consistía en el exhaustivo reconocimiento de los dominios del castillo, buscando poseer en su mente su semblanza de la misma manera que uno conoce la propia palma de la mano.

A medida que avanzaban, sus pisadas reverberaban sobre la suave grava, mientras la brisa gentilmente acarreaba las efímeras fragancias desprendidas por las flores que orlaban los senderos. Hallábanse en el ala lateral siniestra del recinto ajardinado, no obstante, el castillo, alzado con majestuosidad sobre una prominente meseta, se mostraba en toda su grandiosidad, prometiéndoles un vasto territorio por desentrañar (y cuando digo vasto, me refiero a un espacio sin fin).

—Espero, Celestino, que comprendas el significado de ese fruto que ahora portas en tus manos —dijo Fausto.

—Solo sé que es de gran importancia —respondió el niño—, otorga valor.

— ¿Y no consideras valioso el valor? 

—Puede consultar con Augusto. Él puede decirle que durante todo nuestro viaje hasta aquí, siempre me mostré valeroso. Por tanto, pienso que comeré el fruto cuando sienta la necesidad de valentía.

—Sería prudente colocarla en una canasta y cubrirla con un pequeño mantel —aconsejó el peón—. No obstante… Majestad, según he oído, usted mismo fue bendecido con el mismo fruto que hoy porta Celestino. ¿Qué nos puede contar al respecto? ¿Necesitaba usted valor?

—Esa es una pregunta interesante —respondió Fausto—. Fui un gran guerrero, abatía centauros con la misma facilidad con que uno se come un pavo. Claramente, no me faltaba valentía para la batalla. A pesar de ser solo un príncipe en aquel entonces... Sentía que me faltaba una convicción aún más firme, me costaba tomar decisiones y dudaba mucho. En muchas de esas dudas, he causado sufrimiento a la gente. En cierta ocasión, dudé sobre organizar una defensa escalonada para los ducados junto a las montañas del este, y eso resultó en la captura de tres de ellos —exhaló profundamente—. Comí la fruta deseando no volver a equivocarme de esa manera. Si me toca errar, que así sea, pero que no sea debido a la indecisión. Respecto a la decisión de Celestino, la entiendo. Yo comí el fruto porque sentí la urgencia de hacerlo. Si él cree que aún no ha llegado el momento, es una decisión que respeto plenamente.

— ¿Y cómo lograron recuperar los ducados perdidos? —preguntó Celestino.

—Esas historias las escucharás en las cenas, después de que beba mi merecida jarra de vino —rió Fausto, y prosiguieron con su paseo.

En el jardín contiguo al ala izquierda del castillo se encontraban, puesto que habían cruzado por la senda izquierda de la fortaleza. Estos parajes eran vastos y las soberbias murallas que los enmarcaban parecían diminutas, a pesar de su gran estatura, apenas eran visibles en el horizonte. No obstante, a pesar de tal sublimidad, el monarca y sus súbditos se referían a ellos como los "Jardincitos", en franca comparación con el amplio vergel que yacía en la retaguardia del palacio. Para ilustrar este contraste, conviene observar que, sin excepción, cualquier estancia del castillo que se franqueara en su nivel principal conllevaba inexorablemente a uno de los jardines laterales, ya sea el zurdo o el diestro. Los campos verdes se desplegaban alrededor del fortín como una marea en abrazo, envolviendo su augusta figura y propiciando un recorrido que garantizaba consumir valiosos minutos de paseo.

Dirigieronse hacia el norte (según su mirada), sobrepasando los confines del jardín lateral siniestro, hasta alcanzar la región que abarcaba el jardín posterior. En este sitio, la profusión de flores mermaba, mas los árboles se extendían más allá de las regiones exploradas incluso por el mismísimo soberano.

Según relataba el comandante, aseguraba que, si continuaban por este derrotero, hallarían una senda serena y apacible, delicadamente labrada, aunque de cuesta empinada pero confortable, que descendía mansamente los varios metros de la meseta, culminando en una llanura deslumbrante pero casi estéril, desprovista de boscajes y arbustos, los cuales comenzaban más allá, al sur. Situándose así, a escasos metros al occidente del sendero meridional más próximo a la urbe real, el cual, si se seguía, conduciría a las costas cenicientas que marcaban el confín del continente.

Unos escasos metros previos al acceso de este camino descendente, que serpenteaba desde la altiplanicie, hallábase un vasto establo bajo la custodia de un anciano labrador conocido como Toto. A su lado, compartiendo los días y las tareas, figuraba su amada esposa y su prole de tres retoños. Estos jóvenes vástagos, a su vez, cooperaban con ahínco en la siembra y cosecha de las tierras circundantes.

No se demandaba tributo alguno de esta familia, pues el egregio Fausto sostenía que la crianza de robustos corceles, de indudable utilidad para las variadas empresas que requirieran de veloces expediciones o la confección de carruajes resistentes, constituía una compensación más que suficiente por sus servicios, y que, por ende, no había menester de gravarlos con obligaciones financieras adicionales.

A unas veinte brazadas al septentrión del lugar en que se encontraban en ese mismo instante, se erigía la hostería que alojaba a la honorable guardia real. De tres alturas, alzaba con arrojo su estructura y exhalaba una atmósfera de veneración y virtud.



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En el texto hay: fantasia, aventura, fantasia épica

Editado: 18.01.2024

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