Hijos de la oscuridad

Capítulo 2

Fue tan repentino que apenas pude asimilarlo.

La noche se hizo tan larga y tenebrosa, nuestros corazones no dejaban de latir desmesuradamente. Me temblaban las piernas. El frío no ayudaba en lo más mínimo.

Lo único que se cruzaba por mi cabeza era estar lo más lejos posible de mi casa.

Mi hermano se acurrucó en mi espalda. Y con toda la pena y el dolor , igualmente consilió el sueño.

Sin embargo, yo mantenia los ojos bien abiertos.

Y fue entonces, cuando me detuve frente a una casa.

—Ya llegamos...Hunt.

Mi hermano abrió los ojos con lentitud. Se sentía pesado , sin fuerzas.

Y podía entenderlo. Ambos aún estabamos alterados.

Hunter completamente decaído y yo con los cuatro sentidos en alerta.

Cuidadosamente lo baje de mi espalda.

Pero apenas sus pies tocarón el suelo fue a mis brazos, temeroso de lo que podría pasar en cualquier momento.

—Tranquilo...estaremos a salvo aquí. La abuela nos ayudará.

Toque el timbre y esperamos.

En cuando se abrió la puerta, fue como si en ese preciso momento en que todo transcurrió rápidamente.

Mi abuela llamó a la policía. Mientras que los oficiales nos interrogaban. Aunque yo solo pude aportar, ya que después de lo ocurrido, mi hermano no dijo una sola palabra. Se aferraba a mi. Tanto en el día como en la noche.

Si bien él podía conciliar el sueño, los míos se volvieron muy cortos.

Entre que mi cabeza daba vueltas y vueltas, entre pesadillas y noches de insomio. Comencé a tomar pastillas , debido a lo desgastada que me encontraba.

Aquella noche de terror que vivímos en carne propía se repetía una y otra vez en mis pesadillas.

Hasta que una noche me superó.

Desperté gritando. Y por lo tanto, asusté a mi hermano.

—Evy, ¿estas bién?

—Si...lo estoy—sequé la transpiración de mi frente.

Aunque intentara ocultarlo mi hermano siempre veía a trevés de mi.

Sin decirme algo solo me abrazó.

Pero por desgracia esos días en que estuvimos en la casa de nuestra abuela, Hunter volvió a tener esos sueños promonitorios. Y al decir verdad, desde que fue muy pequeño siempre los tuvo.

Solo que nunca se lo habia contado a alguien, hasta que pasó la desgracia.

—¿Por qué no dijiste antes?

—No pensé que se hicieran en realidad. Creí que solo estaba en mi cabeza.

—Hunt...soy tu hermana. No importa que cosas creas inrrelevantes. Debes decirme todo. De ahora en más. ¿ok?

Asintió un tanto pensativo.

Yo observé detenidamente su rostro.

—Hunt.

—¿Si?

—Tuviste otro sueño, ¿verdad?

—Yo tengo mucho miedo de que mueras...y me quede solo.

Acerqué mi mano a su mejilla. Y se lo acaricie.

—No moriré ni tu tampoco. Siempre juntos, se lo hemos prometido a mamá.

Hunt asintió con lágrimas en los ojos.

—Evy...

—¿Si?

—Esta noche—dijo al tragar saliva—Él vendra por nosotros.

Me empalidecí.

—¿Esta noche precisamente?. ¿Cómo?

—No lo sé...solo soñe que venía —fue explicando y a medida que lo hacia le temblaba las manos—Entrará por la puerta trasera. Luego se dirigirá hacia nuestra habitación y...

Cerro los ojos con fuerza.

Yo apoye mis manos sobre las suyas.

—Hunter.

Lentamente entreabrió sus ojos negros.

—Eso no pasará. Por que nos iremos ahora.

—Pero...¿Y la abuela?

—Nos iremos sin que ella lo sepa. Es por su bien y por el nuestro.

Llevamos lo necesario en nuestras mochilas. Nos apresuramos. Porque la hora exacta en que iba a pasar todo aquello sería a las ocho y media.

Salimos por la la ventana de la habitación que nos dejó usar nuestra abuela.

Y nos marchamos.

Rumbo a lo desconocido. Pues el único pariente más cercano que teníamos era la abuela. Por lo que las pocas opciones que teníamos eran escasas.

Sin embargo, cuando nos dirigimos al parque central del pueblo nos cruzamos con muchas personas.

Entre ellas hubo una que me hizo paralizarme.

—¿Evy, que sucede?

Se me heló la sangre.

Era el asesino de nuestros padres. ¿Y cómo fue que lo reconocí?. Llevaba la misma campera de esa noche.

Tomé a Hunter de la muñeca y comenzamos a correr.

Esquivamos a la multitud.

Pero entre mezcla de adrenalina y desesperación no me fije por dónde cruzabamos.

En ese momento, todo a mi alrededor se movía en cámara lenta: la gente gritando de horror.

Estabamos a punto ser atropellados por una camioneta.

Fue en entonces que de la nada apareció un chico de cabello rubio. Nos sacó del camino justo a tiempo. Rodamos al costado mientras yo contuve a Hunter en mis brazos.

La camioneta siguió de largo hasta parar a unos metros.

Después se escuchó el murmullo de la gente.

—¡Hunter! ¿Estás bien?

Él asintió asustado.

—¿Quién era ese?

—¿Lo viste tú también?

«Pense que solo lo habia imaginado»

Vi que todas las personas se juntaban a nuestro alrededor.

—Oh, Dios mío. ¿Estan bien?—dijo una mujer.

—Se salvaron de milagro—se escucho de un hombre.

Me levante tomando a Hunter desde sus brazos.

Mire por todas partes.

Al parecer el asesino había desaparecido.

Algunas personas qusieron ayudarnos pero yo seguí de largo.

Nos fuimos con algo de dinero. Lo suficiente como para hospedarnos en un departamento.

Mientras tanto, mientras nos alojabamos. Mi hermano se fijo por la ventana.

—Evy, es él.

Yo me acerque apresuradamente a su lado.

—¿Nos siguió?

No supe que responder. Pero algo me hizo sentir extraña. Su mirada , su forma de vestir...¿Ya lo conocía de antes?



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En el texto hay: angeles, sombras, sobrenaturales

Editado: 08.03.2023

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