Hijos de la oscuridad

Capítulo 5

La abuela no nos preguntó más nada después de lo ocurrido. Yo y mi hermano nos sentimos incómodos

¿Por qué seguía sin decirnos nada?. ¿No le parecía extraño todo lo que pasaba?

No sé cuanto nos tardamos en el transcurso del viaje. Pero apenas llegamos a una zona privada —y que por lo visto era de gente adninerada—, la abuela Berenice se detuvo en una casilla dónde un personal de seguridad se arrimó a preguntarle:—¿Tiene indentificación?

—Busco a Nurie Seleh. Soy su amiga Berenice, digale que es urgente.

El hombre uniformado asintió con la cabeza.

Fue adentro de la casilla y esperamos.

Se hizo un silencio incómodo hasta que del enorme portón que se encontraba en nuestro frente se abrió de par en par.

La abuela le agradeció al hombre y luego siguió.

En cuanto al fin nos detuvimos, contemplamos una enorme mansión. A sus alrededores habia una gran cantidad de rosas blancas y rojas. Unos ventanales de color celeste pálido. Una puerta larga de plata , forrada de flores decorativas con el mismo material de la misma.

De el salió una mujer joven, de unos veinticinco aproximadamente. Usaba unos lentes oscuros, una gorra negra y un vestido violeta con encaje.

Tanto mi hermano como yo quedamos impactados.

«¿Desde cuando mi abuela conocía a esta mujer? Jamas nos hablo de ella»

—Berenice, mi reina. ¿Cuanto tiempo?—dijo Nurie.

Se detuvo a unos pasos del auto.

Nosotros salimos.

En cuanto ella se fijo en nosotros, se detuvo especialmente en Hunter.

Le acaricio el cabello.

—Hola pequeño.

Mi hermano le miro con desconfianza. Tomó mi brazo y se ocultó detrás de mi.

Ella se rió divertida, aunque no inspiraba desconfiaza habia algo en ella que me causaba cierta extrañeza.

Mi abuela vino hasta ella y la abrazó. Se hablaron por un momento por lo bajo, por lo que no llegamos a escucharlas.

La sonrisa en el rostro de la joven mujer se fue apagando hasta mostrar un rostro serio.

—Por favor, entren.

Tomó la mano de mi abuela y se adentraron a la mansión.

—Vengan chicos—nos aseguró la abuela.

Yo seguía sin entender.

Hunter entrelazó su mano con la mía.

Tomé un largo suspiro y caminamos adentro.

Apenas ingresamos al lugar la puerta se cerró por dentras sin que nadie lo hiciera.

Hunter pegó un brinco por el susto. En cambio, yo me concentraba a mi alrededor.

Dónde mis ojos se posaban solo encontraba puras obras de arte, objetos bañados en oro o plantas exóticas.

Tragué saliva cuando me detuve en un enorme cuadro.

Habia una familia en el: Un mujer rubia y hermosa , parecida a Nurie. Luego un hombre alto y apuesto con unos ojos verdes oscuros. Después, a su lado los acompañada tres niñas y un chico.

Me quede hipnotica en la pintura. Ya que lo que más me llamaba la atención era el rostro de aquel hombre...

«Demasiado guapo para ser real»

—Chicos, no se atrasen.—nos llamó la abuela.

Hunter seguía escondido en mi espalda.

Yo lo abrace .

—Estaremos a salvo, tranquilo.

Llegamos hasta dónde se encontran ellas.

—Tomen asiento, chicos—dijo Nurie con una sonrisa.

Le hicimos caso, hasta que mi espalda reposo en aquel sillón de cuero.

—Berenice me hablo de su familia. No saben de mi pero yo se mucho de ustedes. Y sobre la tragedia por lo que han pasado, lo lamento mucho.

Yo solo mire a mi abuela.

—Me explicó su situación. Estare encantada de dejarles quedarse aquí.

—Pero...—murmure—Abuela, ¿Qué harás tú?

—Yo estaré bien, cariño. Mientras ustedes esten a salvo no me pasará nada.

Nurie apoyo una mano sobre mi abuela.

—Tranquilos. Nada le sucedera a su abuela. Después de todo no dejaré en descuido a mi mejor amiga.

«¿Mejor amiga?» pensé.

Sin decir más nada, mi abuela se levantó del sillón.

—Protegelos con tu vida. Por favor.

Nurie también se levantó para abrazarle.

—Lo haré, descuida.

Luego la acompaño hasta la salida. Dónde nosotros también fuimos para despedirnos de ella.

La abuela Berenice nos sonrió antes de poner en marcha el auto y retirarse.

Nurie nos trajo de vuelta a su mansión.

Cuando cerro la puerta con llave nos condujo hasta unas habitaciónes.

—Estas son suyas. Sientanse como en casa.

Yo entre lentamente. Era demasiado espacioso. Mucho para mi.

Mi hermano no quería dormir en otra habitación que no sea cercano de la mía.

Nurie percibió el miedo como si no le hiciera falta preguntar.

Se arrodilló en frente de Hunter.

—Nada malo les pasará mientras esten adentro de mi hogar. No hay nada que temer , pequeños. Yo sé mucho sobre las visiones. Y puedo aconsejarte como lidiar con ellos.

Hunter la miro sorprendido. Luego a mi.

—¿Cómo es que lo sabes?

—Soy una bruja. Pero tranquilos, no prentendo lastimarlos. Son familia de mi amiga.

Yo arrugue mi entrecejo.

—¿Una bruja?. Debes estar jodiendo.

Nurie se rió.

—No. No estoy mintiendo. Puedo comprobarlo—dijo tras sacarse los lentes oscuros. Para dejar en visto dos ojos verdes oscuros. Identicos al hombre del cuadro—Y puedo ver a trevés de cada persona. Por ejemplo, Hunter...tu eres muy parecido a mi. Solo que llevas un poder oculto en ti...

Le apoyo un dedo en su pecho.

—Aunque curiosamente...es diferente.

—¿Diferente?—pregunte incrédula.

Nurie se levantó. Al lado de nosotros se veía imponente.

—No es magia negra ni blanca. Son de los pocos que portan ambas. Yo conocía a una tía mía que poseía tal poder. Pero al tener ambas suele ser algo dificil de controlar, más aún, cuando desconoces su potencial.

Hunter tragó en seco.

—¿Entonces...me ayudarías a evitar que más gente muera?—dijo Hunter con tristeza—No soporto ver como los que me rodean mueren por mi culpa.



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En el texto hay: angeles, sombras, sobrenaturales

Editado: 08.03.2023

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