Hijos de la oscuridad

Capítulo 11

Edthian miro un punto fijo mientras sus sonrisa torcida permanecía en su rostro.

Evelina se cruzó los brazos, un tanto impaciente.

—¿Y, lo harás o no?

Los ojos amarillentos del rubio se posaron en sus propias manos.

—Esto no te dolerá.

—¿De qué estas hablando?

Y sin mediar palabra corrió hasta ella para atravezar su mano en el pecho de la pelirroja.

Evelin abrió los ojos de par en par, no sintió dolor. Sin embargo tuvo una sensación extraña...como si algo adentro suyo comenzara a salir.

Fue así como que de a poco su vista comenzó a tornandose oscura. Hasta que al fin se desplomó.

De un momento a otro, se encontraba en los brazos de Edthian.

—¿Dónde me estas llevando?—murmuro con pesadez.

Edthian miraba hacia adelante. Cuando ella se fijo a su alrededor, se percató de que no era su mundo. El cielo era de color oscuro y gris. Y las nubes complatamente negras.

Los arboles marchitos y secos por fuera. Habia edificios pero estos se encontraban en ruinas.

—¿Qué es este lugar?

—Mi hogar.

Evelina le miro sorprendida.

Edthian la sujeto con más fuerza.

—¿Por qué no me sueltas?

—Tu no perteneces a este mundo...si te suelto lo demás lo sabrán. Hasta que lleguemos no estarás a salvó.

Evelina se aferró al rubio.

—Eres pequeño...¿Cómo puedes cargarme?

Edthian se rió divertido.

—Tengo mucha fuerza...como Superman.

Evelina sonrió incrédula.

—Ajá...claro.

«Bueno...si eres hijo de una Diosa, poderes seguramente deberás tener», pensó Evelina.

De un momento a otro, él se detuvo.

Evelina miro al frente. Habia un puente que conectaba otro extremo del cuál Edthian tenía que pasar. Pero la manera del puente estaba tan estropeado que seria peligroso avanzar. Por lo que el rubio tuvo que pedirle a la pelirroja que se sujetara fuerte.

—Espera...no harás lo que creo que harás.

Edthian tomó impulso. Estaba a punto de saltar pero Evelina se soltó de su agarre.

—¡¡¡Definitivamente estas locoooo!!!

Edthian se detuvo casi al borde del abismo. Se volteo para mirar los pies de la asustada Evelina.

—¡Ya estas! ¡Hazme volver a la mansión!. No pienso ir contigo a ningún lugar.

—Eve..

—¿Quién en su santo juicio salta hacia la nada?

—Eve...

—Pudimos haber muerto. ¡Idiota!

—Eve...

—¡¿QUÉ?!

Edthian le señaló a sus espaldas.

Cuando ella se dio media vuelta, ahí pudo comprobar con sus propios ojos, lo que Edthian le habia advertido.

—Ven.

Agarró su mano para que fueran corriendo hacia atrás.

—¡No!—exclamò Eve —Nos moriremos.

—No nos va a pasar nada. Debes confiar en mi.

Evelina volvio a mirar a sus espaldas. Unos entes oscuros y sin cuerpo estaban a solo pasos de alcanzarlos.

—Ellos no me quieren a mi. Es a tí.

Evelina se mordió el labio con fuerza.

Se sentía atrapada. Y no tenían como escapar.

Sin embargo, recordó las palabras que Nurie habia dicho sobre èl.

«Espero que no se haya equivocado»

Se maldijo en sus adentros. Abrazó con fuerza a Edthian.

—¡Vamónos!

El rubio tomó nuevamente impulsó y saltó.

Y para la sorpresa de ella , su saltó fue tan grande que no hizo falta calcular. Habia llegado de sobra al otro lado.

Evelina volvió a pisar el suelo, pero al hacerlo tuvo un pequeño tambaleo.

Él logro sostenerla justo a tiempo, antes de que cayera de cola al piso.

—Ah...¿cómo?

Edthian tomó su mano para que no perdiera el equilibrió.

—Mi hermano esta esperandonos.

La pelirroja alzo la vista hacia una enorme mansión.

El más gigantezco que jamás habia llegado a ver con sus propios ojos.

—¿Es ahí?

Edthian la fue llevando con su mano.

Evelina habia quedado hipnoptica ante la majestuosa arquictetura de aquella mansión. Si bien estaba pintando de un color negro opaco. Cada detalle era perfecto. No habia imperfecciones.

En cuanto Evelina llegó a la puerta principal, por primera vez sintió una fuerte escalofrió que le recorrio en cada fibra de su cuerpo.

Fue como si de pronto sintiera miedo, y que por alguna extraña razón su cuerpo querí huir de ahí.

Pero ante todo esto, Edthian tocó el timbre.

La piel de ella se erizó por completo.

El semblante de Evelina claramente demostraba panico.

«Ya estoy aquí...no puedo echarme para atrás. Necesito respuestas»

Inhaló profundamente, cerró los ojos y los puños.

La puerta se entre abrió , pero quién los atendió fue un hombre alto y sin rostro.

Aquello perturbó a Eve.

—Señor Edthian. Bienvenido a casa.—habló aquel hombre. Si bien ni poseía boca, su voz era muy ronca y grave.

—¡Hola Yleir!—exclamó Edthian completamente emocionado. Fue hasta él para abrazarlo.

Sin embargo, este ente no demostró ningun sentimiento.

—Es una agradable sorpresa verlo por aquí, señor. Sus hermanos se encuentran en sus respectivas habitaciones.

Evelina quiso entrar detrás de Ed pero el hombre actuó rapidamente y se interpuso en su camino.

Allí de la nada aparecieron dos ojos rojos en su rostro blanco.

Evelina retrocedió horrizada.

—Es mi amiga , Yleir. No es una intrusa. Dejala pasar.

Obedeció sin replicar en absoluto.

Le dio paso para que Evelina ingresara, pero ella se quedo tiesa en su lugar.

—¡Vamos, mi hermano esta seguramente en la biblioteca!—dijo Ed al correr hacia un pasillo.

—¡Espera!

Eve miró con miedo al supuesto Yleir, entró con duda pero luego de mantener una distancia prundete, solo cuando se sintió segura corrío a dónde se dirigió Edthian.

Camino lo más rapido posible. Pero entre cada sector de aquella sala le parecía de lo más escalofriante.



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En el texto hay: angeles, sombras, sobrenaturales

Editado: 08.03.2023

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