Hijos del caos - Saga Gem Heart

Flor de Sangre

Con el fuego y el pelaje conseguido, estaban a solo una misión de distancia de culminar las peticiones. Ni el frio de la noche podía bajar sus ánimos y menos la falta de comida. Nil sumergió los dedos y extrajo la ultima perla.

Estas primeras tareas fueron sencillas en cierto modo, si bien implicó un poco de peligro, no los había expuesto en sobremanera. Nil se tomó su tiempo, parecía que le costaba traducir la ultima perla.

— ¿Y bien? — apresuró Bald a la ninfa

—Dame un momento, solo…

La falta de palabras de Nil sonaba a un mal augurio, impacientes, los ojos de todos estaban posados en la ninfa y la diminuta perla entre sus dedos.

—Devolver lo que el dolor pintó, entregar la vitalidad y arrepentimiento con honor

Leyó en voz alta la ninfa, quien derrotada admitía que no lograba entender de que hablaban. Al menos nadie le encontraba sentido mas que Skaev quien al instante murmuró.

—Flor de sangre

— ¿Qué? — preguntaron al unisonó las tres quimeras — ¿Una flor pintada con sangre?

—No — interrumpió Nil — la flor de sangre es muy rara, pero tiene cierto sentido o eso creo

—Tiene sentido — confirmó Skaev — La flor de sangre lo hacen dos seres, tomados de la mano alrededor de una daga, unen su sangre y lo dejan caer sobre una semilla, la sangre es absorbida por esta y deja florecer una flor roja. Por eso la llaman flor de sangre. No hay nada mas que represente al sacrificio y al honor como esa planta, entre las quimeras tiene un gran significado

Baldwyn trataba de recordar si alguna vez oyó de eso, aunque estaba seguro que nunca escucho nada parecido, pero no le dio importancia, después de todo Skaev era mas viejo que él, seguro sabia más cosas.

— Entonces se necesitan dos para esto ¿Verdad? — Bald dio un paso adelante – lo haré yo

Ady, al igual que Raff no le encontraba la gracia en cortarse. Pero sabían que alguno debía dar la cara. La joven se levantó para ofrecerse de voluntaria, a la vez Skaev se levantaba también.

— No digas que no lo haga — se adelanto la joven ante la evidente futura oposición de Skaev — Así Nil pueda curarte, perderás energía y necesitamos estes fuerte para cualquier eventualidad

Ante ello no había negativas, de entre todos ahí, quien podía ser su escudo ante ataques, era Skaev, el debía estar al cien por ciento de sus capacidades para enfrentar lo que se viniera.

—Si es así entonces yo debería hacerlo y no Baldwyn — afirmó Raff quien coincidía con el pensamiento de Ady

Entre esas idas y venidas, discutiendo quien debía dar su sangre y quien no, finalmente quienes terminaron ganando fueron Raff y Ady, si es que se podía llamarlo ganar a cortarse la mano.

Nil invocó una semilla, la cual puso bajo el agarre que ambos chicos mantenían. Con las manos entrelazadas alrededor del filo de una daga, Skaev es quien jalo esta haciendo un corte limpio que estremeció a los dos chicos.

Si bien ninguno se quejó, el dolor los hizo temblar. Pronto, el liquido rojo surgió y varias gotas cayeron sobre la semilla la cual se fue lentamente tiñendo de rojo. Gota tras gota, la semilla se fue abriendo hasta dejar ver un retoño el cual rápidamente dio el paso a una flor similar a un diente de león, salvo por el fuerte color rojo sangre que exhibía.

Los chicos no se soltaron hasta que la flor hizo acto de presencia. Nil, tomo la flor entre manos y la colocó a un lado junto a la piel de linquen y al fuego escarchado. Con la ultima tarea cumplida, la ninfa curó las heridas de ambos.

Raff necesito de una venda, en cambio Ady solo necesito limpiar la herida. El corte era tan poco profundo, que en cuanto calmó el sangrado, esta se fue cerrando lentamente. Ese era el efecto de la gema. Permitía la recuperación acelerada de ciertas heridas leves.

—Bien, ya que nuestras almas están a salvo, invocare de nuevo a los fugulvand

Anunció la ninfa poniéndose de píe. Era cierto que querían avanzar con el viaje lo más que se pudiera. Pero, Skaev detuvo a la ninfa.

—Los invocas mañana, es de noche y creo que todos necesitamos descansar para enfrentar bien a los Fugulvand

Nil lo miró confusa, en un principio parecía dispuesto a no descansar para nada, pero notó como el humor del viejo lobo decaía mientras la ultima tarea se realizaba. Nil noto la extraña mirada que tenia el lobo al mirara a los dos jóvenes quienes juntos hablaban a un lado de la fogata.

—¿Estas bien? — preguntó extrañada. Nunca le había visto con aquella mirada tan brillosa

—Si, solo estoy cansado también, Nil

La ninfa sabía que no podría obligarlo a decir lo que pensaba, ese lobo era muy testarudo, pero definitivamente, parecía que algo en aquellos dos jóvenes quimeras, despertaba la melancolía del viejo lobo.

Skaev esa noche no riño a nadie, estaba pensativo. Miraba la flor de sangre lista para ser entregada la mañana siguiente. Si bien lo que dijo era cierto, en el fondo sabia que obvio cierta información sobre la flor.

Aquella flor de sangre solo podía ser germinada por la sangre de dos seres quienes tuvieran una entrega voluntaria y total el uno al otro, por eso también se le conocía como la flor de los amantes, pues el que una pareja pudiera hacer germinar dicha flor, significaba que su amor era verdadero.

Skaev sabia que esos dos podían no recordar su pasado, pero era evidente que no importaba cuanto los separen, sus almas seguían unida a un nivel que ni siquiera el mismo entendía.

La mañana siguiente inicio incluso antes que el sol despuntara sobre los árboles. Nil volvió a invocar a los fugulvand, en esta ocasión no se hicieron espera. Alos pocos minutos de realizada la invocación. Las aguas se agitaron y nuevamente aparecieron en la superficie cuatro guardias armados y el pequeño hombre sapo del dia anterior.

—Vaya, que efectivos, veo que no les fue difícil nuestras tareas.

Afirmó la criatura quien miraba los tres objetos en manos de Skaev. El hombre sapo se acercó, llevando nuevamente un cuenco entre sus manos.




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