Con el fuego y el pelaje conseguido, estaban a solo una misión de distancia de culminar las peticiones. Ni el frio de la noche podía bajar sus ánimos, y menos la falta de comida. Nil sumergió los dedos, y extrajo la última perla.
Las primeras tareas, fueron sencillas de resolver, en cierto modo. Si bien implicó algo de peligro, no fue nada que no pudieran hacer. Nil, se tomó su tiempo, parecía que le costaba traducir la última perla.
— ¿Y bien? — apresuró Bald a la ninfa, mientras veía como el cielo se iba aclarando con la llegada del amanecer.
—Dame un momento, solo…— los ojos de la ninfa se entrecerraban, como si no pudiera distinguir la inscripción en la perla.
La falta de palabras de Nil, sonaba a un mal augurio. Impacientes, los ojos de todos estaban posados en la ninfa y la diminuta perla entre sus dedos.
—Devolver lo que el dolor pintó, entregar la vitalidad y arrepentimiento con honor.
Leyó en voz alta la ninfa, quien, derrotada admitía que no lograba entender de que hablaba. Al menos, nadie le encontraba sentido más que Skaev, quien al instante murmuró.
—Flor de sangre.
—¿Qué? — preguntaron al unisonó las tres quimeras.
— ¿Una flor pintada con sangre? — preguntó Ady.
Su mente, viajo a la película de Alicia. Donde recordaba, como los guardias de la reina de corazones, pintaban las rosas del jardín. Incluso, pudo recordar la tonada de la canción que iba en esa escena.
—No — murmuró Nil — la flor de sangre es muy rara, pero no tiene sentido que pidan eso.
—Tiene sentido — confirmó Skaev — teniendo en cuenta que, somos sus enemigos. A pesar del tratado, es normal que aún tras generaciones, guarden rencor.
El viejo lobo pasó su mano por su rostro, se veía cansado. Todos ahí estuvieron trabajando en las tareas toda la noche, y el cansancio comenzaba a cobrarles. Las sombras bajo los ojos de todos, resaltaba ante la luz del amanecer.
—La flor de sangre —continuó Skaev — simboliza sinceridad, entrega, sacrificio y honor. Quieren comprobar que, nuestras intenciones sean puras.
—¿Y dónde la encontramos? —Raff no pensaba perder tiempo. Con sus almas en juego, era mejor iniciar la búsqueda de la dichosa flor.
—No se busca —dijo Skaev con desánimo—, se cultiva,
El mayor, parecía tener mucho conocimiento, acerca de aquella flor. Por ello, explicó a detalle, como era su proceso de cultivo.
Al igual que cualquier flor, se necesitaba una semilla y algo de tierra. Pero, lo que hacía especial aquella planta, era que, se necesitaba de dos personas para hacerlo.
El proceso iniciaba, con ambas personas sujetando la semilla, y vertiendo un poco de sangre en ella. Luego, meterla en la tierra y dejar que florezca. No existía nada más que represente al sacrificio y al honor, como esa planta. Pocos eran los que alguna, vez vieron la flor de sangre en persona.
—Pero… —murmuró Nil pensativa — si dices que se debe esperar a que germine, eso podría tardar días. Y no creo que tengamos muchos, para ser sincera.
—La velocidad de germinación, depende de la unión de los que lo hagan —afirmó el viejo lobo —cuanto más unidas estén sus almas, más rápido crecerá.
Durante todo ese rato, Raff y Ady, se limitaron a escuchar. Analizaban la situación, y las posibilidades que tenían de conseguir la flor. Con todo lo que decía Skaev, aquella tarea, parecía ser la más compleja.
—Entonces se necesitan dos para esto ¿Verdad? — Bald dio un paso adelante — lo haré yo ¿Alguien me acompaña?
Ady, al igual que Raff, no le encontraba la gracia en dar su sangre, de nuevo. Pero sabían que alguno debía dar la cara. La joven, se levantó para ofrecerse de voluntaria, a la vez, Skaev se levantó, con una clara negativa en el rostro.
—No digas que no lo haga — se adelantó la joven, ante la evidente oposición de Skaev — Aunque Nil pueda curarte, perderás energía, y necesitamos que estes fuerte para cualquier eventualidad.
Ante ello, Skaev no podía replicar. Eran un grupo casi sin defensas, donde solo él estaba al total de su capacidad de lucha. Él era el único que podía ser su escudo ante ataques.
—Bien, pero, aunque quieran hacerlo, no funcionará. —afirmó muy seguro de lo que decía — ¿Acaso no entendieron mi explicación?
Bald y Ady se quedaron mirándolo. La joven estaba segura que entendió la premisa, pero ahora ante la mirada del hombre, sentía que estaba muy equivocada.
—No funcionará, porque necesitan estar unidos a un nivel que pocas personas pueden lograr en su vida. —Respondió Raff.
—Eso, gracias al menos alguien si entendió —dijo Skaev señalando al chico.
—Una pareja — dijo Nil, parándose de un salto —, una pareja podría hacerlo —afirmó con ilusión, tomando el brazo de Skaev, con sus ojos brillantes.
—No — la voz de Raff y Skaev, negaron al unísono.
Ambos, se miraron confusos. Parecía que coincidían en opiniones, aunque era claro que cada uno tenía un motivo distinto. Skaev, no dijo más, solo se limitó a separar su brazo de Nil.
—¿Por qué no? —preguntó ofendida, y casi forcejando con Skaev.
—Porque incluso las parejas se traicionan —afirmó el chico sin titubeos.
Silencio. Ante sus palabras, nadie supo que más decir. Cada uno volvió a sentarse. Estaban en una encrucijada, la flor era todo un reto, algo que ninguno ahí parecía poder tocar. Ady no pudo evitar preguntarse, qué le habría pasado a Raff, para decir aquello sin dudar.
El sol fue despuntando y la fogata apagándose. Nadie parecía tener una solución ante su problema. El agua dentro del cuenco de roca, ya casi se acababa.
De improviso, Raff se levantó, la mirada de todos, se pusieron en el chico con la esperanza de que tuviera la solución al problema.
—Iré a caminar — dijo en respuesta, al notarse observado — no iré lejos.
No espero una respuesta, sacudió su ropa y luego de estirarse un poco, se marchó. El resto del grupo, extrañados por la actitud del joven, se miraban preguntándose si es que debían seguirlo.
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Editado: 18.05.2025