Hijos del dolor - Saga Gem Heart

Actos y Héroes

Los altos muros que rodeaban el pueblo de herreros, fueron finalmente visible al principio de la tarde. Desde una ladera se podía observar las altas torres vigías que se encontraba en a la entrada del pueblo. En cada torre se podía observar al menos tres arqueros que vigilaban todo a su alrededor.

Los cuatro viajeros, observaban a la distancia el lugar que era su destino. Era evidente que la vigilancia estaba atenta a cualquier cambio, era más que seguro que los buscaban. Entrar sería un nuevo reto si es que el pueblo estaba plagado de soldados del Rey.

— Seguro que tienen un puesto de control en la entrada — murmuró Skaev mientras caminaba de un lado a otro — están intentando acorralarnos

— Bryoner debe estar desesperado por encontrarnos — afirmó Baldwyn

SI bien era cierto, desde que llegaron, pudieron moverse casi con parcial libertad por la región, pero ahora, era seguro que el general ya sabía que estaban en aquel mundo así que su objetivo era capturarlos, con o sin vida, probablemente.

Ady miraba a los arqueros de las torres, se movían en aquel pequeño espacio como pequeños muñecos armados. Aquello parecía una película, claro que ahí si corrían el riesgo de morir.

— Hay que buscar una forma de entrar antes que cierren las puertas — dijo de pronto Raff, llamando así la atención del resto

—¿Cierren las puertas? — repitió el oso

— El chico tiene razón — secundó Skaev — no lo pensé, pero tienen un puesto de control, es más que seguro que tienen también una hora para abrir y cerrar las puertas, así nadie puede meterse aprovechando el sueño de sus soldados.

Con aquella premisa apremiante y la tarde corriendo, necesitaban pensar en un plan pronto. Esperar a la noche para escabullirse no era opción, y mucho menos luchar porque seguro que tenían refuerzos dentro del pueblo.

Ady, en silencio miraba las torres y por momentos su mirada se perdía en el camino de tierra, metros abajo, que conducía al pueblo. Se veía rastros de carretas, aquello significaba que era una ruta frecuente. Pronto surgió una idea, pero no sabía que tan bien podría funcionar o si es que los demás estarían dispuestos a seguirla.

— Yo tengo una idea — dijo luego de un rato. Tres pares de ojos se posaron en ella en silencio — Bueno, veo que por el camino que cruza este bosque, pasan carretas, probablemente mercancía o mismos pobladores del lugar, eso quiere decir que son caravanas con más de dos o tres a bordo y rodeando.

— Esta es una ruta mercante — afirmó Skaev — así que si, el flujo de carretas y carruajes es constante, ¿A dónde quieres llegar con eso? ¿Piensas robar una carreta?

— No — respondió en automático la joven — Eso solo crearía alarma y pues tampoco vamos a lastimar a inocentes en el proceso. Skaev tu dijiste que dentro del pueblo tienes aliados, ¿Hay alguno que sea de tu plena confianza que estes muy pero muy seguro de que sigue apoyando a la reina?

El viejo lobo no respondió, parecía estar analizando su respuesta. Fueron unos breves segundos en los que los nervios de Ady se tensaron temiendo que la respuesta fuera negativa.

— Si, si hay uno que no tengo dudas sigue siendo fiel a la reina

— Genial — suspiró aliviada — Bien esta es mi idea. Esperemos que pase un carruaje y nos colamos entre su gente, si es un carruaje que se note que va alguien de dinero, mucho mejor.

— ¿Crees que no se darán cuenta de que su gente aumentó de la nada? — preguntó Baldwyn — después de todo somos cuatro

— Exacto, ya pensé en eso — continuó la joven — aquí viene la segunda parte, solo podríamos colarnos Raff y yo — Ady pudo ver como el lobo estaba listo para oponerse hasta que ella levantó la mano para callarlo — Escucha primero, soy consciente del peligro, pero es cierto, somos un grupo grande y tu junto con Bald son bastante grandes y fáciles de ver. En cambio, Raff y yo podemos camuflarnos mejor. Mi idea es que nosotros entremos, busquemos a tu aliado y le digamos que nos ayuden a pensar en una forma de hacerlos entrar a ustedes dos.

La idea de Ady era arriesgada y ella lo sabía pues cabía la posibilidad de que no pasara ningún carruaje, o pudieran ser descubiertos en la puerta o por los mismos dueños del carruaje. Eran muchas cosas que podrían salir mal de un segundo a otro.

La castaña miraba a sus compañeros esperando alguna respuesta de su parte, todos parecían estar analizando aquella posibilidad, pero Skaev, quien parecía siempre tener la última palabra, era quien más le preocupaba. El viejo lobo movía la cabeza negativamente desde que ella comenzó a hablar, así que no estaba segura de que a él le gustara su plan.

— No, en definitiva, no — tal como ella lo esperó, él no estaba de acuerdo — que ambos se puedan colar con un sequito de un carruaje es demasiado improbable, si se fijan que no son parte de ellos, los van a entregar a los soldados y no tendríamos forma de rescatarlos

— Skaev tiene razón — dijo Raff. Ady, volteo a verlo con algo de sorpresa, realmente ella esperaba contar con su apoyo. — Y creo que tengo una idea para que tu plan salga bien

La decepción anterior, fue reemplazada por una energía renovada, contar con su apoyo significaba mucho. Skaev no parecía feliz de ver como ambos se coludían casi en su contra.

— Analicé tu idea y es buena, pero creo que sería más seguro, si los dueños del carruaje nos acogieran voluntariamente.

— ¿Y eso como piensas hacerlo? — preguntó el oso que parecía cada vez mas interesado en el plan

Raff estaba comenzando a explicar su idea para hacer funcional el plan de la joven, cuando el lobo se levantó con el entrecejo fruncido.

— No, no y no. No es buena idea, tiene muchas fallas es…es un plan suicida

— Pero ni siquiera escuchaste mi idea — afirmó Raff sin dejarse amedrentar por el viejo lobo

— No necesito escucharla, simplemente sé que no funcionará — Sentenció Skaev con la mirada fija en los ojos del chico.




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