Hill's Mortem: The Dungeon

Strange Day

Alastor vagaba por las inhóspitas catacumbas, apenas tenía visibilidad por las antorchas, el guerrero seguía buscando a sus compañeros extraviados, sin siquiera cuestionarse el por qué las antorchas estaban encendidas, lo que si hacia era no bajar sus armas. Seguía andando por el extenso lugar, pero ningún ruido se hacía presente, Alastor comenzaba a sentir la angustia de la soledad, sentía como las paredes del lúgubre sitio se achicaban y ante la desesperación se vio obligado a cometer una imprudencia.

—¡¡¿Alguien está ahí?!!— gritó al aparentemente pasillo infinito, el hombre espero una respuesta, la cual tardo en llegar.

—... ¡Aquí! — escuchó una voz proveniente del fondo del pasillo.

Sin esperar más corrió, sus armas fueron guardadas, su corazón se exaltó de emoción al poder escuchar la voz de otra persona.

—Cometí un error, pero conseguí un resultado favorable y por la voz de aquella persona debe tratarse de un hombre —pensaba Alastor con mayor calma.

Llegó a una amplia sala, llena de pilares de piedra, muchas cadenas se encontraban sujetas a las paredes, restos de ropa y huesos las adornaban, también estaba una figura humana apoyada en un pilar, se trataba del otro hombre en la mazmorra.

—Vaya, vaya — decía fascinado el extraño — Comenzaba a creer que yo era el único humano.

—Tú... No me eres familiar — dijo desanimado al verlo y  supo de antemano que ese hombre no había visto a ninguno de sus compañeros.

—¿Porqué habría de...— apenas iba a preguntar pero se percató de lo que le pasaba al aventurero — Tienes compañeros... Es una pena.

—¿Pena? — Alastor se sorprendía de las palabras del hombre abandonado.

—Ellos ya están muertos o al menos pronto lo estarán — su voz sonaba con un tono lúgubre, el cual inquietaba al aventurero.

—¡¿Cómo puedes decir eso?! — sujeto violentamente al extraño de sus harapos.

—Yo he visto como funciona esta mazmorra, como “esa entidad” los devora — contaba mientras miraba de reojo el lugar, como si fuera a ser atacado por el sitió al enterarse de la naturaleza de las catacumbas — Este sitio no es como cualquier lugar en ruinas, no puedes venir a saquearlo tan tranquilamente, lo has sentido ¿Verdad?.

—He sentido algo extraño, algo no humano — describía el aventurero recordando la funesta presencia.

—Si... Eso te trastorna, te mira hasta tus adentros y poco a poco te consume y te devora — apretaba los puños, parecía saber muy bien de lo que hablaba.

—¿Cómo has sobrevivido aquí? — parecía dudar de sus capacidades y menos de su fuerza en combate.

—Este lugar te obliga a cometer actos impuros — la angustia invadió al extraño, se mostraba penoso de contar, pero se animó a decirlo— Como alimañas... En el peor de los casos restos... De los muertos...

—Calma — decía Alastor sin acercarse al individuo, temía que aquel sujeto no tuviera una estabilidad mental — ¿Acaso nunca has pensado en salir? ¿Te gusta vivir de está manera?

—¡Lo he intentado varias veces! — su voz cansada llenaba de preocupación al guerrero, el tema parecía exaltarlo bastante — Pero nunca he encontrado la salida, muchos la han buscado.

—¿Y que me dices del tesoro?— preguntó intentando calmar al extraño, además él tenía un amplio interés.

—Se encuentra en el corazón de la mazmorra, es una cámara llena de monedas doradas y objetos valiosos— respondió el individuo, sus ojos parecían revivir su estancia en aquel lugar— Pero es justo allí donde yace el mal.

—Dígame señor ¿Cuánto tiempo lleva aquí encerrado? —está última pregunta inquietó al extraño aún más que las preguntas anteriores.

—¡¿Cómo me has dicho?! — preguntaba molesto, la pregunta no fue lo que irritó al extraño.

—Perdón, ¿Lo he molestado señor? — preguntaba respetuoso, intentando calmar y alejarse más del individuo.

—¡Basta! —lo detenía molesto, él no lo podía soportar más — Deja de hablarme como si fuera un... Un...

—Usted es un anciano — afirmó Alastor con temor al no saber cómo dirigirse al hombre arrugado frente a él.

El anciano miro sus temblorosas manos con apuro, estás estaban llenas de arrugas y manchas de edad, su rostro estaba igual.

—¡¿Qué es esto?! — se tocaba el rostro, sintiendo las arrugas y su larga barba blanca — ¿Años...?¿Aquí?— su pálido rostro comenzaba a adquirir un tono rojizo por su llanto, sus ojos dejaban caer un mar de lágrimas cargadas de dolor — ¿Cuánto...? ¡Yo sólo te buscaba..!

El anciano comenzó a reír, Alastor retrocedió, la risa de aquel hombre no era normal, era demencial, en la habitación sonó un molesto zumbido, el guerrero miraba nervioso los corredores; Apenas se apartó del anciano esté fue corriendo a donde él estaba. 
—¡No me dejes aquí! — imploraba con una apariencia desagradable, mocos y lágrimas adornaban su rostro mientras sujetaba a Alastor.

—Tengo que irme, mis amigos me necesitan — decía con prisa, el no quería seguir estando con el viejo demente y el ruido era algo muy preocupante.

El anciano observó el arma que colgaba de su cintura, parecía llamarlo.

—¡Bien vete! — gritaba sin quitarle la vista a la espada — ¡Pero libérame de este sufrimiento!

Su petición tomó por sorpresa al guerrero, pero lo entendía, comprendía que la parte aún lúcida de su desquiciada mente suplicaba por su ayuda. La espada fue liberada de la funda, el anciano temblaba pero se le notaba determinado, era lo que él ansiaba.

—Hija pronto estaré contigo, nos volveremos a reunir... — decía a sus adentros el anciano.

—Si llegaste aquí acompañado, no vivirás tanto, él los comerá — contó con unos brillantes ojos, su temible advertencia inquietó a Alastor, pero su espada encontró el pecho del señor, murió al instante, soltando un collar de plata que tenía en la mano.

El guerrero no puede evitar sentir pena por él, la sangre se derramó por el piso y llamó a una gran multitud de ratas, Alastor no pudo hacer nada para apartar a los carroñeros del muerto, solo vió como estas alimañas se daban un festín destrozando el cuerpo, parecía una venganza de su parte, estas correteaban por el cuello, hasta llegar a la boca, sólo para meterse y comerlo desde dentro, el espectáculo era enfermizo, Alastor casi vomita, pero se apartó antes de que lo notarán.



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En el texto hay: paranormal, medieval, fantasiaoscura

Editado: 16.03.2020

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