Hilo Rojo

Capitulo 18

Capítulo 18

Jonathan.

Volvemos a donde todos se encuentran y la primera persona que mis ojos ven es a Dafne, quisiera decir que es casualidad que ella fue la primera, pero no, la busque hasta que di con ella.

Esa sentada con Paula a su lado, hablan animadamente sin prestarle atención a nada de lo que pasa a su alrededor. Suspiro mientras la sigo observando, no quiero estar peleado con ella. Jordán es el primero en llegar y saludar animadamente a todos, le entrega los obsequios a cada una de las mujeres que se encuentran en la mesa. Muevo mis pasos hasta llegar y tomar asiento en el lugar al lado de Dafne.

Dafne mira el collar que Jordán le dio hace poco, es una perla.

—Dafne, tenemos una duda en la cual estas involucrada— Jordán habla captando la atención de todos.

—¿Cuál es tu duda Jordán?— pregunta Dafne con una sonrisa.

La sonrisa de Jordán crece cuando sus ojos grises caen en mí.

—Mi hermano y yo nos preguntábamos hace rato si tú usaría algo hecho en plata— Jordán suelta la palabras sin importancia.

Lo voy a matar luego de esto, no es una opción es una realidad. Dafne se queda un momento pensativa y todo esperamos su repuesta.

—¿Por qué no lo usaría?

—Buenos, conociendo tu gusto y tu preferencia por las joyas de calidad, pensamos que no usarías el collar.

Vuelve a mirar el collar de Jordán sus manos.

—Me gusta el que me obsequiaste y lo usaré no tengo problemas con ello.

Lo coloca con facilidad en su cuello y finaliza sonriéndole a Jordán.



—¿Donde dejaste a Dafne?— le pregunto a Jordán que está más concentrado en besar los labios de Paula que otra cosa.

No me responde con palabras solo hace una señal con una de sus mano detrás de su espalda.

Miro y no veo nada. Los jalo por el cuello de su camisa para separarlo de Paula.

—¡¿Qué?!— protesta molesto cuando se voltea hacia mí.

—¿Donde está Dafne?— repito mi pregunta con fuerza por culpa de la música alta que llena el ambiente.

—No lo sé Jonathan, dijo que iría por unas bebidas.

—¿Y la dejaste ir sola?

Parece que cae en cuenta de ello ahora porque extiende sus ojos de par en par al darse cuenta de la situación.

Hace más de una hora estamos en este lugar que es como la especie barata de un club en medio de la isla. Jordán y Paula fueron los que más insistieron en venir aquí. Yo me negué desde el primer momento porque no me apetecía lidiar con este ambiente contagiado de gente, pero al ver como Dafne aceptó sin pero cambie mi respuesta.

Sabía que mi hermano la descuidaría en el primer momento y no me equivocaba por qué fue lo que sucedió, me largué solo dos minutos por unas bebidas y ya ella no se encuentra aquí.


Aun no me ha dirigido ni una sola palabra y no lo hará porque se lo manipuladora que es y es esta es su manera de demostrar que debemos de hablar de lo que pasó hace cinco años atrás.

—umm… ¿Creo que no va a gustarte lo que verás ahora Jonathan?— Paula señala detrás de mi espalda, su tono de voz es serio sin ninguna de sus bromas presente.

Me giro sobre mis pies a donde ella señala y tiene toda la razón en lo que dice. No me gusta nada lo que veo.

—Mierda— exclama Jordán a mi espalda. —Dafne se ve caliente.

Doy grandes sacadas a donde ella se encuentra. Claro que se ve caliente, el maldito idiota desconocido le está comiendo la boca como si no hay un mañana. Están en una de las esquinas de club en total oscuridad, los reflectores solo iluminan de vez en cuando hacia el lugar.  Dafne tiene su cuerpo recostado de la pared con una de sus piernas desnuda colgada en la cintura del tipo. Este la toca sin ningún descaro metiendo su mano en donde no debe.

Poso mi mano en el hombro del tipo y lo alejo con brusquedad de sus labios. ¿Cómo se atreve?

—Pero…— las palabras de Dafne quedan en el aire al ver mi puño estrellarse en la cara del tipo. Este cae al suelo llevándose las manos a su cara. —. ¿Qué te pasa?

¿Qué me pasa? Ese maldito idiota la toca a su antojo y ella solo disfruta que otro ponga sus manos en ella.

Me empuja a mí para llegar hasta el chico que se levanta con su ayuda agarrándose la nariz y tratar de para el sangrado que ha empezado a tener.

—Aléjate de él, no lo conoces— digo molesto tratando de quita a Dafne de al lado del tipo.

—¡A mí no me toques!— brama con fuerza.

Las personas a nuestro alrededor siguen en su mundo bajo los defecto de alcohol.

—Apártate de ese tipo Dafne, nos largamos— hago el intento de volver a tomar su brazo y salir de este lugar.

—No iré contigo a ninguna parte Jonathan, déjame en paz.

—No vamos, no lo volveré a repetir.

—Y yo no volveré a repetir que no iré a ningún lado contigo— me sostiene la mirada con desafío. El chico a su lado suelta un gemido de dolor al tocar su nariz sin cuidado y lastimarse. —. ¿Está bien?

Dafne llega hasta el.

—Si, solo hay que detener el sangrado— dice con dificultad mostrándole el rostro. —, es muy abundante.

—No.

—Lo va hacer si no la sueltas rápido.

El chico me mira un segundo, no puede hacerlo por más tiempo porque inclina la cabeza hacia tras tirando de no sangrar.

—¿Quién eres?

—Nadie.

—Su novio.

Respondemos al mismo tiempo Dafne y yo.

Mi enojo va creciendo segundo a segundo. Ella no lo suelta preocupándose por su bienestar y eso me está cegando en ira.

—¿No me dijiste que tenías novio?— le pregunta el chico. —. Fue lo primero que pregunte.

—no tengo novios.




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