No hay mejor momento durante el día, que aquel en el que pienso en ti.
Las agujas danzan sobre un ritmo lento, es entonces cuando decido quitármelo. Enciendo la pantalla y comienzo a ver tu foto, te ves tan bonita como siempre: sonriendo, siendo tú misma.
Me pregunto ¿En qué estabas pensando cuando la tomaste?, me pregunto ¿Si habrías pensado en nuestra cita?, llevas puesta aquella muda ¿Tal vez tomaste aquella fotografía minutos antes salir, o minutos después de regresar? Tal vez, sólo tal vez.
Continuo observándote tras la pantalla, miro el reloj de reojo y, ya ha transcurrido más de una hora. Cierro los ojos muy fuerte, con la ilusión de que al abrirlos aparezcas a mi lado, los abro poco a poco pero, esta es la realidad y tú no estás aquí en este momento. Me pregunto ¿Qué estarás haciendo y, si piensas en mí como yo pienso en ti?
Apago la pantalla, me coloco de nuevo el reloj de pulsera, me preparo un café suave, uno de esos que tanto detestas, para luego, escribirte estas líneas.
♥