En el trayecto rumbo a casa, observe el panorama que se pintaba sobre el horizonte, cientos de luces muertas que marcan la huella de la humanidad.
He levantado la vista a lo alto, donde las últimas farolas no alcanzan a alumbrar. Allá, donde se encuentran las estrellas, al verlas siento un vacío en las manos. Las estrellas se veían tan frágiles, tanto que coloque mi mano en la ventana del autobús, pensando que en cualquier momento podrían caerse.
Vi mi mano y su reflejo en la ventana, —algo le falta— pensé.
Sigo pensando en ti.
Falta media hora para la media noche y sigo viendo tu foto. Sobre mi mano derecha se ha quedado el calor de tu mano. Observo una vez más tu foto en mi pantalla, le doy el último sorbo a mi café y me dispongo a dormir, con la intención de tomarte la mano una vez más.
No tardes.
♥