Hilo Rojo||kookmin||ᴀᴜ

HILO ROJO

Cuenta una antigua leyenda japonesa, que un hombre llamado el abuelo de la luna sale todas las noches en busca de recién nacidos, al encontrar alguna pareja este les ata un hilo de color rojo en el dedo índice, el cual los conecta y en el futuro los ayudaría a encontrar al amor de su vida, este hilo jamás se romperá sin importar que tan lejos estén o cuanto se enrede, las personas destinadas no lograrán amar a alguien más de la misma forma que amaran a su otra mitad.

Todos conocemos esta leyenda del Hilo Rojo, la cual es tan hermosa pero dolorosa. Sí, dolorosa ya que no siempre termina con un final feliz y esta pequeña historia es una de ellas.

Jimin y Jungkook eran una pareja envidiable, casi nunca peleaban y cuando lo hacían se reconciliaban casi de inmediato, ya que eran el uno para el otro y su amor es más fuerte que cualquier cosa. El amor que se sentían era tan puro y real que todos los envidiaban por eso, si pasaban cerca de ti podrías sentir su amor y felicidad, siempre se apoyaban el uno al otro y al enterarse de que eran el indicado para el otro lo hacían aún más.

El amor de esta pareja era uno de esos que casi no se encuentran, pero lastimosamente no todo era felicidad, Jungkook tenía una enfermedad que era su corazón.

—¿Qué dice doctor? —Preguntó Jimin al ver que Jungkook estaba en shock.

—Señor Park, Jungkook tiene lo que se conoce como insuficiencia cardiaca.

—¿Eso que significa doctor? ¿Jungkook se pondrá bien? —La voz de Jimin sonó preocupada y algo exasperada.

—El corazón de Jungkook no funciona como debería ser, no puede bombear la sangre con facilidad, lo que implica riesgos muy graves en su salud. Por el momento no sabemos con exactitud que tan bien pueda estar, pero podemos iniciar un tratamiento.

—¿Y eso hará que el corazón de él mejore?  —Miró a Jungkook, quien no decía nada.

—No es seguro, pero estaremos al pendiente.

Ambos jóvenes aceptaron el tratamiento con la esperanza de que Jungkook mejorara.

—Te pondrás bien mi vida, no te preocupes, yo te cuidaré. —Acunó Jimin el rostro de Jungkook en sus manos mientras los miraba con amor.

El pequeño Jungkook sonrió con sus ojos llenos de lágrimas.

Los meses pasaron y la salud de Jungkook no mejoraba, su corazón se deterioraba con cada día que pasaba.

—Por ahora lo mantendremos en observación y entrará a la lista de trasplantes. —Informó el doctor.

—¿Cuál es la probabilidad de que reciba el trasplante? —Preguntó Jimin mientras sostenía la mano de Jungkook.

—Es por lista y por paciente, así que no puedo asegurarles el trasplante, pero se hará lo posible para que Jungkook lo reciba.

El doctor salió de la habitación dejando a ambos jóvenes solos.

—Tengo miedo Jimin. —Se escuchó la voz débil de Jungkook.

—No tengas miedo, yo estaré contigo, no te dejaré solo. —Jimin se sentó en la silla junto a Jungkook. —Te amo Jeon, así que no temas.

—Yo también te amo Park.

Seguían pasando los días y ambos jóvenes perdían las esperanzas con el pasar de estos, el sufrimiento de ambos se sentía en el aire a la vez que se notaba a leguas, pronto se darían por vencidos hasta que un día, para la suerte de Jungkook encontraron un corazón que era compatible Jungkook.

Ambos jóvenes muy felices y emocionados aceptaron el trasplante, era lo que estaban esperando y no lo harían más, así que programaron la cirugía lo más pronto posible.

Luego de varios días llegó el día del trasplante.

—Estarás bien, no temas mi vida. —Besó Jimin las manos de Jungkook.

—Estoy asustado Jimin. —La mirada del pequeño Jeon era temblorosa y expresaba su miedo.

—No hay nada que temer. Eres muy fuerte y saldrás como nuevo de la cirugía, yo estaré acompañándote desde aquí. —Lo animó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. —Vas a vivir Jungkook, yo lo sé.

—Te amo con toda mi vida, Park Jimin.

—Yo también te amo con toda mi vida, Jeon Jungkook.

Ambos jóvenes sonrieron mutuamente para luego unir sus labios en un dulce beso. Un beso en el que ambos saboreaban los labios del contrario mientras se transmitían todo su amor y afecto, demostrándose cuan importantes eran para el otro.

Felizmente, todo salió a la perfección, el corazón encajo perfectamente en el cuerpo de Jungkook y también funcionaba a la perfección, además de que no hubo complicaciones durante el trasplante. Pasaron tres semanas y Jungkook podía irse a casa en la cual su madre y su novio lo estarían esperando con muchos abrazos, mimos y cuidados especiales para que la recuperación de Jungkook fuera exitosa.

Luego de cambiarse la bata del hospital por su ropa, salió de la habitación para ser acompañado por su hyung y mejor amigo Seok Jin.

—¿Listo para ir a casa? —Preguntó el mayor mientras tomaba el bolso con las cosas de Jungkook.

—Sí, no puedo esperar para ver a Jimin. —Sonrió Jungkook con alegría.

Ambos jóvenes salieron del hospital luego de firmar unos papeles y recibir las indicaciones y medicamentos para su recuperación.

El transcurso a casa se hizo largo, mucho más largo de lo que esperaba Jungkook, quizás por las ganas tan inmensas que tenía el joven de por fin estar en la comodidad de su casa acompañado por su novio y en algunas ocasiones su madre.

Cuando por fin llegaron a la casa que compartían Jungkook y Jimin ambos jóvenes bajaron del auto del mayor, para dirigirse a la puerta principal de la casa.

Cuando ambos jóvenes ingresaron a la casa y vieron a la persona que estaba de pie frente a la puerta, la expresión en el rostro de Jungkook cambio de una alegre a una expresión de confusión y preocupación.

Aquel joven preguntó a su madre por Jimin, pero como respuesta solo recibió una carta y unas cuantas lágrimas por parte de aquella mujer, lo que logró preocuparle aún más.



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En el texto hay: amor, jikook, kookmin bts

Editado: 23.04.2024

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