"Hilos del Destino: Lúmina Bajo el Velo"

Capítulo 23 — Llamas entre los Hilos

La niebla cubría las calles de Lúmina, difuminando las luces y haciendo que cada sombra pareciera un enemigo. Los hilos de energía vibraban con fuerza, reaccionando a los latidos acelerados de la ciudad.
Aria avanzaba con Kael, ajustando los hilos que se retorcían entre edificios, cuando un portal emergió desde el suelo de la plaza central. De él surgieron criaturas que se movían con rapidez sobrenatural, desestabilizando los hilos cercanos.
—¡A la izquierda! —gritó Kael, desviando un rayo de energía que amenazaba con derribar a los civiles.
Raven y Tharen aparecieron desde los tejados. Una criatura descendió sobre Raven; Tharen reaccionó sin pensarlo, lanzando un hechizo que desvió el ataque y permitió que Raven se reincorporara con agilidad. Sin intercambio de palabras, continuaron moviéndose juntos, cubriéndose de manera sincronizada, cada gesto marcado por la urgencia del peligro.
En otro extremo, Selia corría entre los escombros, ajustando hilos que vibraban violentamente. Una criatura oscura se lanzó hacia ella; Eldan apareció justo a tiempo, bloqueando el ataque y empujando a Selia hacia un lugar seguro. Mientras ella se recompone, ayuda a controlar la energía de los hilos que aún intentaban envolver la plaza.
—Eldan, hay demasiada energía inestable —dijo Selia, moviéndose con rapidez, ajustando cada hilo mientras esquivaba fragmentos de magia dispersa.
—Solo mantenlos bajo control —respondió Eldan, sin dejar de enfrentarse a la criatura—. Confío en ti.
Selia apenas respiró un instante antes de lanzarse hacia otra área donde los hilos se retorcían, anticipando cada movimiento de Eldan mientras él enfrentaba los ataques más peligrosos. Cada coordinación silenciosa mostraba la confianza implícita, aunque ninguno verbalizaba nada.
Mientras tanto, Raven y Tharen interceptaban a otra criatura que trataba de atacar a los civiles. Tharen fue empujado hacia un lado por el impacto de un hechizo, y Raven reaccionó de inmediato, colocando su cuerpo como barrera. Cada gesto, cada movimiento, indicaba un entendimiento profundo que solo surgía en situaciones de vida o muerte.
—¡Raven, cuidado! —gritó Tharen cuando otra criatura descendía en espiral—.
—Lo tengo —respondió él, desviando la trayectoria del ataque y empujando a Tharen fuera de peligro.
Aria y Kael avanzaban hacia el portal, lanzando pulsos de energía para mantenerlo estable y proteger a los ciudadanos cercanos. Cada vez que un ataque se desviaba hacia ellos, Raven y Tharen lo bloqueaban o redirigían con movimientos precisos. Al mismo tiempo, Selia y Eldan mantenían los hilos bajo control, asegurando que la energía residual no destruyera la plaza.
En un momento breve de calma, Liora observaba desde la distancia, envuelta en sombras. Su mirada se posó en la escena, y un fragmento de su pasado cruzó su mente:
"Perdí todo una vez… confié demasiado, y el mundo me enseñó a no depender de nadie."
No intervino, pero su presencia silenciosa dejaba entrever que su historia aún no había terminado, y que los guardianes estaban siendo observados más de lo que sospechaban.
El portal comenzó a cerrarse lentamente, y las criaturas restantes se dispersaron entre la niebla. La plaza quedó en un silencio tenso; los hilos aún vibraban con energía residual, recordando que la calma era solo temporal.
Raven y Tharen se movieron hacia la siguiente zona de riesgo con coordinación perfecta, mientras Selia y Eldan avanzaban entre hilos que aún chispeaban con energía inestable. Nadie dijo palabra sobre lo que acababa de ocurrir; el aire estaba cargado de presagios, y la noche sobre Lúmina parecía contener la respiración, aguardando el próximo peligro.

Continuará…



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En el texto hay: romance, drama, aventura

Editado: 21.12.2025

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