"Hilos del Destino: Lúmina Bajo el Velo"

Capítulo 34 — “El Juego de Sombras”

El refugio todavía vibraba con la energía residual de los hilos rotos y tensos. Raven y Tharen seguían inconscientes, y Aria, exhausta, apenas podía mantenerse sobre las rodillas, con la respiración entrecortada mientras sus manos sostenían los hilos que protegían a los jóvenes.
Un movimiento imperceptible entre las sombras del bosque hizo que todos contuvieran la respiración. Liora, frustrada por no poder controlar a Raven, se desvaneció de golpe, fusionándose con la oscuridad que rodeaba el refugio. Sin embargo, su presencia seguía siendo palpable, un frío inquietante que recorría la piel de los presentes.
Eldan, apoyado contra un pilar, sonrió apenas perceptible, observando cada hilo residual que quedaba en el aire.
—Interesante —susurró para sí mismo—. Aunque se retire, deja grietas. Esa es mi oportunidad.
Selia frunció el ceño, alerta.
—¿Se ha ido? ¿Ahora qué planea?
Eldan giró la cabeza con calma, los ojos brillando de manera inquietante.
—No se ha ido por completo. Sus hilos aún vibran en la penumbra. Puedo usar eso a mi favor… guiarla, provocarla. Jugar con ella.
Aria, con la voz débil y temblorosa, lo miró con desconfianza.
—¿Jugar con ella? ¿Estás diciendo que vas a aprovecharte de ella?
—No se trata de aprovecharse —respondió Eldan, con una calma que parecía casi cruel—. Es cuestión de estrategia. Cuando alguien intenta manipular desde las sombras, deja fisuras. Y yo… puedo señalarle esas fisuras.
Aria se inclinó sobre Raven, comprobando que su respiración se estabilizaba aunque seguía débil.
—Lo que hagas… no interfieras con ellos —dijo, refiriéndose a Raven y Tharen—. No puedo soportar más pérdidas hoy.
—Tranquila —replicó Eldan, cruzando los brazos—. Solo observo. Y cuando llegue el momento, usaré la oportunidad correcta.
Una brisa recorrió el refugio, levantando hojas y haciendo que las velas lumínicas parpadearan. Los hilos de Raven, aún oscilando entre conciencia y sueño, emitían pulsos débilmente dorados, y Aria sintió que cada vibración la drenaba un poco más.
Liora, desde las sombras, lanzó un hilo oscuro hacia Raven, intentando infiltrarse nuevamente, pero Eldan intervino silenciosamente. Su magia no era violenta, sino sutil, moviendo los hilos de manera que desviaba la influencia de Liora, haciéndola retroceder sin que ella lo notara del todo.
—¿Qué… qué estás haciendo? —murmuró Liora, con la voz cargada de sorpresa y enojo, desde su escondite—. ¡Esto no es posible!
—Siempre hay alguien que observa cuando juegas demasiado cerca —respondió Eldan con una leve sonrisa—. Aprende a no subestimar a los que parecen neutrales.
Selia se tensó, observando cómo los hilos de Liora se debilitaban momentáneamente ante la manipulación silenciosa de Eldan.
—No me gusta esto —dijo, sus manos listas para intervenir si la situación se volvía peligrosa—. Está jugando con ella y con nosotros al mismo tiempo.
—Exactamente —dijo Eldan, con los ojos brillando mientras mantenía su atención en Liora—. Y ella ni siquiera lo sabe. Esa será su perdición si no tiene cuidado.
Aria respiró con dificultad, aún protegiendo a Raven. Su mirada se cruzó con la de Selia, y ambas compartieron un instante de entendimiento silencioso: mientras Tharen y Raven descansaban, la batalla mental y estratégica apenas comenzaba.
El refugio quedó sumido en un silencio tenso, saturado de hilos vibrantes, sombras y emociones contenidas. Cada respiración, cada hilo y cada movimiento de Liora y Eldan mantenía a todos al borde de un abismo invisible. La confrontación real no había terminado; apenas se estaba gestando.

Continuará…



#3330 en Novela romántica
#763 en Fantasía

En el texto hay: romance, drama, aventura

Editado: 21.12.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.